Como muchos otros fenómenos virales, el «family vlogging» surgió como un formato inicialmente espontáneo. Consistía en videos donde mujeres documentaban sus embarazos y aconsejaban a otras madres, o donde padres de familias numerosas compartían su experiencia en la crianza
Sin embargo, con el boom de los blogs de video («vlogs«) a finales de los 2000 en Youtube, estas producciones caseras se convirtieron en una industria lucrativa, sobre todo en los Estados Unidos, donde generan millones de reproducciones por video y atraen a sponsors de productos infantiles.
En los últimos años, la práctica del «family vlogging» dejó de ser percibido por la mayoría como contenido inocente, y cada vez se cuestiona más si realmente es ético que un padre exhiba cada detalle de sus niños online.
La falta de consentimiento, la invasión de privacidad y los castigos a los niños por no comportarse adecuadamente frente a la cámara son algunas de las acusaciones más graves contra los vlogs familiares, y en los casos más extremos llevaron a denuncias penales y al cierre de sus cuentas.
Ruby Franke: castigos extremos y negligencia
Ruby Franke y su esposo Kevin lanzaron el canal de YouTube «8 Passengers» en 2015, donde documentaban la crianza de sus seis hijos en Utah. Para 2020, contaban con más de 2 millones de suscriptores.
Ese mismo año, sus fans comenzaron a notar situaciones alarmantes en sus videos, en los cuales Ruby se jactaba de los castigos que empleaba frente al «mal comportamiento» de los niños, como obligar a su hijo adolescente dormir en el living en una bolsa de dormir; o mandar a su hija de seis años al colegio sin comer.

Sin embargo, el punto cúlmine del caso recién sucedió en septiembre de 2023, cuando uno de los hijos Franke escapó a la casa de su vecino, donde la policia lo encontró con aspecto «escuálido y desnutrido«, y con «heridas por estar atado con una cuerda«. También rescataron a su hermana en condiciones similares. Su madre fue detenida y tiempo más tarde dio de baja su canal.
En febrero de 2024, Ruby Franke fue condenada a 30 años de prisión por abuso infantil agravado. Su padre, quien se había divorciado y mudado de su hogar, no estaba implicado, aunque asumió responsabilidad por abandonar a sus hijos.
Desde entonces, los hermanos Franke mayores, Sheri y Chad, compartieron el maltrato físico y psicológico que sufrieron en el documental de AppleTV «El diablo en la familia», y el libro «La casa de mi madre».
Myka y James Stauffer: los padres que «devolvieron» a su hijo adoptivo
El matrimonio Stauffer comenzó a subir videos de su vida cotidiana en 2014 en Youtube, donde hicieron foco en su proceso de ampliar su familia. Myka ya tenía una niña, y junto a James, recibió a dos hijos biológicos más, a la par que su canal crecía.

Su salto en popularidad llegó en 2016, cuando adoptaron a Huxley, un niño de tres años nacido en China con un tumor cerebral. La acogida de su nuevo hijo le brindó a los Stauffer una ola de interés y nuevos suscriptores: entre 2017 y 2020, su canal «The Stauffer Life» pasó de menos de 100 mil seguidores a 320 mil.
Pero detrás de escenas, la crianza de Huxley se tornaba difícil; resultaba que su hijo no tenía un tumor, sino un grado severo de autismo, que implicaban comportamiento «agresivo» y requería un nivel de cuidado para el que sus papás no estaban preparados.
A inicios de 2020, el niño dejó de aparecer en sus «family vlogs«. Los fans notaron su ausencia, pero los youtubers no dieron una explicación hasta que se viralizó el hashtag #justiciaporhuxley. El 26 de mayo, Myka y James anunciaron que habían entregado a Huxley a otra familia por su «bienestar emocional».
La pareja recibió duras críticas por su manejo de la situación, y por haber hecho tan pública la adopción de su hijo en redes sociales para luego «desecharlo«. En junio de 2020, borraron permanentemente su canal. Cinco años más tarde, estrenó la docuserie de HBO «Una Actualización Sobre Nuestra Familia«, que explora la controversia.

Protección de menores: las nuevas leyes que regulan al «family vlogging»
A raíz de casos emblemáticos como los de las familias Franke y Stauffer, numerosas regiones en los Estados Unidos comenzaron a implementar nuevas leyes reguladoras, que garantizan la protección de los hijos de influencers y buscan prevenir situaciones de explotación infantil.
Estados como Illinois, California, Minnesota y Utah aprobaron entre 2024 y 2025 proyectos de ley que requieren que los creadores de «family vlogs» destinen entre un 15 y 50% de sus ganancias a un fideicomiso al que sus hijos puedan acceder al cumplir los 18 años.
Además, en algunos casos, limitan la cantidad de tiempo que un menor de edad puede aparecer en pantalla, y les provee el derecho de pedir que se borre contenido donde aparecen si lo desean.