El reconocido futbolista paraguayo Osvaldito Martínez estuvo en las noticias de los diferentes portales de nuestro país y también de México, donde supo brillar con una impresionante carrera de varios años. Una entrevista realizada en una cancha del interior, “sacó a luz” una situación personal que está pasando. El propio deportista tuvo que salir a aclarar a través de sus redes sociales acerca de la enfermedad que le fue detectada.
20 de julio de 2025 08:30
Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)
Mucha preocupación, y en algunos casos, el característico morbo, causó la imagen difundida días atrás sobre el talentoso exfutbolista de la Selección Nacional, Osvaldo Martínez, ya que su aspecto físico no era el que estábamos acostumbrados a ver de él.
Sin embargo, la situación fue rápidamente aclarada por el propio Osvaldito. A través de sus redes sociales explicó que se encuentra en buen estado de salud, a pesar de que hace poco tiempo le diagnosticaron el principio de la enfermedad de Esclerodermia. “Estoy siguiendo el tratamiento correspondiente con profesionales médicos especializados y me encuentro estable y bajo control”, expresó.
Asimismo, pidió que no se difundan rumores que “solo generan confusión”.
Pero, de qué se trata esta “rara enfermedad” que padece Osvaldito.
La esclerodermia es una enfermedad autoinmune, que en este caso también puede afectar los órganos internos, como el corazón, pulmones o el tracto digestivo.
De acuerdo a diversos estudios científicos y médicos, el origen de la enfermedad hasta el momento es incierto, pero lo concreto es que la esclerodermia provoca la inflamación corporal y deriva a su vez a una “anormal” acumulación de colágeno en determinadas partes del cuerpo.
En ese sentido, las primeras partes del cuerpo que se ven afectadas son los dedos, las manos, los pies y la cara. En algunas personas, el engrosamiento de la piel también puede presentarse en los antebrazos, la parte superior de los brazos, el pecho, el abdomen, las partes inferiores de las piernas y los muslos.
Los síntomas no solo se dan en la piel y el aspecto físico, la esclerodermia puede afectar cualquier parte del sistema digestivo, desde el esófago hasta el recto.
Es importante acotar que hasta el día de hoy, la enfermedad no tiene una cura definitiva. No obstante, existen tratamientos para controlar los síntomas y avances de la enfermedad, que pueden dar al paciente una mejor calidad de vida.
En nuestro país, la Asociación Paraguaya de Esclerodermia y Enfermedades Autoinmunes (APEyEA) es una organización que brinda apoyo a pacientes con esta y otras enfermedades autoinmunes. La organización fue fundada en 2008 por Deolinda Acosta, quien sigue desempeñándose como presidenta.
La Asociación trabaja para mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de la provisión de información necesaria para tratamientos adecuados y la prevención de daños mayores. Asimismo, aglutina a más de 700 organizaciones de pacientes con “Enfermedades Raras”.
ChatGPT, más que solo para hacer la tarea: el desafío de integrar IA en las aulas
La utilización de la inteligencia artificial puede ser contraproducente en el escenario educativo, impidiendo el desarrollo del pensamiento crítico o habilidades cognitivas en los estudiantes. Una especialista aboga por cambiar el enfoque y construir un diseño pedagógico que integre la IA de manera asertiva.
20 de julio de 2025 12:00
Por Robert Bourgoing (@robertb_py)
La adopción de la inteligencia artificial está cada vez más impregnada en la vida cotidiana, volviéndose parte del día a día para varias necesidades, sobre todo aquellas en las que obtener información rápida y precisa es una prioridad.
El ámbito educativo no queda exento de ello. Desde la irrupción de herramientas con ChatGPT, Gemini o Claude, tanto estudiantes como docentes recurren a su vasto conocimiento (por no decir inmensa base de datos) para elaborar resúmenes, tareas, trabajos prácticos o cuestionarios, entre otros.
Quiérase o no, a la larga esta dependencia de la IA para la resolución de problemas traerá consigo otro nuevo problema: la dificultad para elaborar trabajos escritos por cuenta propia y desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, a la par de un menor esfuerzo cognitivo.
Esto fue lo que pudo demostrar un reciente estudio elaborado por MIT Media Lab (un laboratorio dependiente de la Escuela de Arquitectura y Planificación del Instituto de Tecnología de Massachusetts) titulado “Your Brain on ChatGPT”. Este trabajo confirma que el uso frecuente de inteligencia artificial puede desencadenar en una disminución en la actividad cerebral relacionada con la memoria, la atención y la apropiación del contenido.
Lilian Demattei, especialista en IA y EduTech, advierte sobre la importancia de adoptar estrategias pedagógicas que permitan integrar el uso de la IA dentro del contexto educativo, sin que ello genere inconvenientes para los estudiantes que necesitan desarrollar sus capacidades y aptitudes.
“Hoy por hoy, lo que se hace es utilizar la IA desde el punto de vista de generar trabajos o respuestas a determinadas consultas, hay un uso indiscriminado de estas herramientas”, mencionó en entrevista con HOY. En situaciones así, lo que hacen los alumnos se limitan a “pegar las respuestas, sin construir su propio conocimiento”.
El uso ético de esta clase de herramientas, basadas en LLM (Grandes Modelos de Lenguaje, por sus siglas en inglés) definirá de qué manera impacta la inteligencia artificial en el estudiantado. “Hay una oportunidad para que sea un motor de personalización, creatividad, pensamiento crítico o computacional si se implementa de manera intencional”, agregó.
Para ello, Demattei aboga por elaborar un diseño pedagógico dentro del currículo nacional, como parte del Plan Nacional de Transformación Educativa, de modo a adoptar la IA en las aulas sin afectar de manera negativa el proceso de aprendizaje de los niños y jóvenes.
A su criterio, se debe plantear la inteligencia artificial como una herramienta de propósito pedagógico y no solo como un sustituto de enseñanza, o en todo caso, como un “ayudante” para la elaboración de tareas o trabajos con el mero objetivo de cumplir lo que los maestros exigen para sumar puntaje.
“En Paraguay, debemos hacer énfasis en el diseño de políticas públicas educativas claras, o sino, en vez de disminuir la brecha digital, vamos a aumentar las brechas existentes. La IA no es un problema, el verdadero dilema es cómo la utilizamos en el aula”, afirmó.
Un aspecto crucial es la formación de docentes en pedagogía digital nativa (que —aclara— no es lo mismo que una una pedagogía con utilización de tecnología), permitiendo guiar el uso de la IA de una manera más humana. A su vez, se debe poner énfasis en la “humanización y ética” en el aprendizaje con inteligencia artificial, aseguró.
Demattei considera que la IA debe estar al servicio de los valores y el desarrollo humano, por lo que se debería incorporar dentro del diseño educativo aspectos como ética digital, ciudadanía responsable, creatividad, uso crítico de la información, por citar algunos tópicos.
“Es importante construir un sistema educativo innovador”, refirió la profesional, quien aboga por la construcción de espacios de experimentación a través de laboratorios de inteligencia artificial y la creación de un marco curricular flexible, que integre el pensamiento computacional, con un enfoque educativo basado en el STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), que busca fomentar el aprendizaje interdisciplinario y la innovación.
Una olvidada etnia chaqueña de la que los paraguayos sabemos poco o nada
La historia de los pueblos nativos del Chaco y el Amazonas sigue en la nebulosa. Tal es el caso de los “naperú”; etnia prácticamente desconocida en el presente, cuyo rastro sobrevive en los escritos de un soldado europeo del siglo XVI.
20 de julio de 2025 09:27
Por Gonzalo Cáceres – periodista
Entre los testimonios tempranos, sobre los distintos grupos que habitaron el actual territorio paraguayo, destaca el del alemán Ulrico Schmidel (Ulrich Schmidl, Schmidel o Schmidt). Aventurero para unos, cazafortunas/mercenario para otros, pero indudablemente un consumado viajero, formó parte de la expedición de Pedro de Mendoza al Río de la Plata y vivió en carne propia los horrores de la (primera) fundación de Buenos Aires en 1536 (abandonada en 1541).
Este “intrépido bávaro” publicó en la ciudad de Fráncfort la “Vera historia y relatos de la conquista del Río de la Plata y el Paraguay” (1567), un compilado de sus andanzas por los actuales Paraguay y Argentina, siendo de los contados testigos no españoles en tomar parte de la empresa conquistadora, erigiéndose como fuente indispensable para académicos e investigadores.
Schmidel permaneció en Sudamérica por unos 20 años (1534-1554), participando en un buen número de incursiones, fundaciones de ciudades, conflictos internos entre los conquistadores y, sobre todo, en los encuentros (muchas veces violentos) con los nativos.
“NAPERÚ”
En el contexto de las empresas que partieron de Asunción hacia el Chaco; territorio que a ojos europeos era “inhóspito, impredecible y peligrosamente indómito”, Schmidel registró la presencia de un pueblo aborigen denominado “naperú”, cuyo feudo ubicó a “cien leguas tierra adentro desde Asunción”, unos 400 o 600 kilómetros al noroeste, posiblemente en el límite entre los actuales departamentos de Boquerón, Presidente Hayes y Alto Paraguay (algunas fuentes hablan de todo el margen entre Bahía Negra y el río Pilcomayo).
“Primero, después que partió de los pyembas, llegó él (Juan de Ayolas) a una nación llamada naperus, que son amigos de los pyembas (una de los nombres de los payaguaes) y no tienen más que pescado y carne; es una nación de mucha gente. De estos naperus también nuestro capitán general se separó algunos que le sirvieran de baqueanos (guías); pasaron en seguida por muchas naciones con grandes penas y trabajo, y se les hizo gran resistencia”, contó Schmidel.
Los naperú contaban con “hombres altos y fuertes” quienes “estaban bien adaptados a los montes, ríos y esteros”. Estos subsistían exclusivamente de la pesca y la caza y no practicaban la agricultura. De indudable naturaleza nómada (la principal característica que los diferenciaba de los pueblos guaraníes de la región oriental, que eran agrícolas y sedentarios), los naperú tampoco dieron forma a asentamientos permanentes.
La simpleza aparente de su estilo de vida no debe confundirse con precariedad. Las sociedades de cazadores-recolectores del Chaco poseían complejos sistemas de organización, conocimiento del terreno y estrategias enfocadas a tan hostil entorno.
JUAN DE AYOLAS
Además de los -escasos- aspectos etnográficos que llegaron a nuestros días, uno de los pasajes más significativos de la crónica de Schmidel es el que imputa la participación de los naperú en la emboscada que dio muerte a Juan de Ayolas, uno de los principales capitanes del primer adelantado del Río de la Plata.
Siempre en la versión de Schmidel, una alianza entre los naperú y los temidos payaguaes tomó por sorpresa a los combatientes europeos en un bosque, asesinando no solo a Ayolas, sino también a buena parte de su grupo.
“Jann Eyollas (Juan de Ayolas), el capitán, con los cristianos, marchaban a medio camino y fueron sorprendidos por los naperus y pyembas con gran fuerza en un espeso bosque; porque los naperrus y pyembas, según su convenio de sorprender en la selva por donde tenían que pasar (los) cristianos, embistieron sin piedad al capitán y (a los) cristianos, como si fuesen perros rabiosos, y acabaron de matar y destruir a los debilitados cristianos junto con el capitán Jann Eyollas, de suerte que ni uno de ellos escapó”.
Un hecho mayúsculo: se trata de la muestra de articulación política/militar de los pueblos chaqueños, desdibujando la imagen de fragmentación tribal irreconciliable que se les atribuye desde tiempos remotos.
En otro punto, lo que más despierta la inquietud de los antropólogos actuales es el enigma de su origen. ¿Quiénes eran los naperú? ¿A qué tronco lingüístico pertenecían? ¿Dónde están hoy sus descendientes, si alguno sobrevive? Las respuestas a estas preguntas son esquivas y, en muchos casos, meramente especulativas.
HIPÓTESIS
Una de las hipótesis más sólidas sugiere que los naperú podrían haber formado parte de la familia de lenguas mascoyanas (Lengua-Maskoy), que incluye a etnias actuales como los Angaité-Emok, Sanapaná y Guaná, todas ellas con raíces en centro del Chaco paraguayo (o alguna rama pámpida). La descripción de su dieta (basada en la depredación del ecosistema a través de la pesca, caza y recolección) se condice con la vida de sus ancestros (antes de los procesos de sedentarización forzada durante los siglos XIX y XX).
Otra línea de interpretación vincula a los naperú con los zamuco, porque también estos ocupaban amplios sectores del Chaco paraguayo. Otros pueblos, como los Ayoreo, comparten las características puntuales atribuidas por Schmidel (vida nómada, casi nula práctica agrícola y el conocimiento del monte y sus recursos).
Pero también existe la posibilidad de que el término “naperú” fuera una designación solo circunstancial, aplicada por los conquistadores a una diversidad de grupos que, en ese momento, se desenvolvían como una confederación (haciendo frente común a los españoles).
En la dinámica precolonial, las alianzas y choques entre etnias eran cosa de todos los días, debido a las cambiantes necesidades ecológicas como políticas. Sea cual fuere su filiación, lo cierto es que la huella de los naperú se desvanece tras el siglo XVI. Ninguna otra fuente colonial (ni de los primeros años del Estado paraguayo) vuelve a mencionarlos de manera explícita.
Esta ausencia plantea dos posibilidades: o el grupo fue absorbido/eliminado por otras etnias vecinas y/o rivales, o bien fue víctima de las enfermedades, los desplazamientos forzosos y los efectos devastadores de la conquista, como sucedió con otros pueblos y naciones a lo largo y ancho del continente.
Para cuando la gran Branislava Sušnik desarrolló sus estudios entre las etnias chaqueñas, ningún grupo se identificaba o respondía al nombre de “naperú”, por lo que se entiende que para inicios/mediados del Siglo XX ya fueron totalmente desaparecidos (o asimilados).
La ausencia de los naperú en la historiografía posterior no se debería aceptar como un accidente, sino como un amplio proceso de invisibilización de otras etnias en la construcción de las identidades nacionales. Mientras que los guaraníes carios ocupan un lugar central en la narrativa paraguaya, los pueblos chaqueños fueron históricamente marginalizados, tanto en el discurso oficial como en los estudios académicos y políticas de gobierno, hasta fechas muy recientes.
La crónica de Schmidel nos restriega la incómoda realidad: parte de la diversidad humana que existió en el Chaco fue condenada a existir en forma de eco. Entonces, redescubrir a los naperú no es solo un ejercicio académico, sino un acto de justicia hacia aquellos cuyos nombres y culturas fueron engullidos por la vorágine colonizadora, pero que, de alguna forma, se resisten a desaparecer del todo.
La alta cocina paraguaya se reinventa: innovación, técnica y sabor con identidad propia
La gastronomía paraguaya vive un momento de transformación y crecimiento que va mucho más allá de los sabores tradicionales. Con chefs y empresarios que apuestan a la innovación y a técnicas internacionales, la cocina local está alcanzando un nuevo nivel de sofisticación y reconocimiento regional.
13 de julio de 2025 10:00
En los últimos años, restaurantes y cocineros reconocidos incorporaron métodos como la maduración de carnes, el uso de productos nativos en presentaciones contemporáneas y la exploración de nuevas texturas y combinaciones. Este proceso logró captar la atención de comensales locales y turistas que buscan experiencias gastronómicas auténticas y sofisticadas.
El cambio en el paladar paraguayo también es evidente, ya que los consumidores demandan platos más elaborados, donde se valoran ingredientes autóctonos con un toque innovador. La alta cocina paraguaya supo adaptarse a tendencias globales, como la sostenibilidad y el respeto por el origen de los alimentos, integrándolos en sus propuestas.
Leticia Villalba Pomata, licenciada en Administración, máster en Finanzas y experta en Culinary Management, es una de las impulsoras de esta revolución gastronómica. CEO de Central Market, Alma Cocina con Fuegos y Sello 33, Villalba es pionera en la introducción de técnicas avanzadas como la maduración de carnes, que hoy está cambiando la experiencia del comensal paraguayo.
“En los últimos años, la gastronomía paraguaya ha experimentado un salto cualitativo notable, tanto en técnicas como en propuesta conceptual. Hemos pasado de una cocina tradicional a una escena más audaz, que se anima a reinterpretar ingredientes locales con estándares internacionales”, señala.
Agrega: “La incorporación de técnicas como la maduración, el sous-vide, la cocción a baja temperatura, y la integración de productos de origen controlado marcan una evolución clara. También se ve una mayor conexión entre el productor, el cocinero y el consumidor final, con una búsqueda por calidad real y la oferta gastronómica diferente”.
La maduración es un proceso controlado que mejora la calidad de la carne mediante la descomposición natural de fibras musculares, resultando en cortes más tiernos y con sabores intensificados, sin alterar la esencia original. En palabras de Villlaba, “el objetivo no es cambiar el sabor o aroma, sino potenciarlo para una experiencia sensorial superior”.
Esta técnica, antes reservada a restaurantes de lujo, comienza a popularizarse en el país. “Hoy vemos que cada vez más establecimientos incluyen carne madurada en sus menús de forma estable y con muy buena aceptación del público,” explica Villlaba, quien subraya que el acceso a estos cortes ya no depende del precio original, sino del proceso de maduración.
El consumidor local, cada vez más informado y exigente, está dispuesto a explorar nuevas texturas y combinaciones, siempre que la calidad esté garantizada. “La gente quiere entender qué está comiendo, conocer el origen y la técnica detrás del plato,” señala Villlaba. Esta curiosidad abre las puertas a innovaciones que respetan la tradición, pero rompen moldes.
Los extranjeros que visitan Paraguay también valoran la nobleza de los ingredientes locales. “Quedan sorprendidos por la terneza de nuestras carnes maduradas, incluso de cortes que en otros países serían considerados secundarios,” comenta Villlaba. Su empresa ya está exportando estos productos a mercados exigentes como Madrid, lo que marca un hito para la cocina paraguaya.
Asunción se convirtió en un laboratorio culinario donde conviven cocinas abiertas, restaurantes de autor y fusiones audaces. Sin embargo, Villlaba reconoce que hay desafíos pendientes, como la formación técnica, la mejora en la cadena de frío y el acceso sostenible a insumos de calidad.
“El proceso de maduración requiere paciencia y tecnología avanzada; nosotros hemos trabajado durante casi cinco años para perfeccionar nuestro producto,” destaca, poniendo en valor la dedicación necesaria para lograr estándares internacionales.
El siguiente paso para Paraguay es definir una identidad clara y construir una reputación sólida basada en la autenticidad y la excelencia técnica. “No basta con tener un plato espectacular o una experiencia puntual”, resalta Villalba.
Exportar carne madurada con sello paraguayo es una meta concreta que posicionaría al país en el mapa regional como referente en carnes de autor, tal como Perú tiene su ceviche o Argentina su parrilla. “Este es el gran desafío y objetivo que perseguimos desde Sello 33,” remarcó.