Por Luci Cavallero*
En esta deriva autoritaria del Gobierno nacional, cada poder del Estado tiene que asumir sus responsabilidades. En este caso, la Justicia funciona de forma complice, criminalizando y persiguiendo militantes. Esto es así desde el inicio del Gobierno de Javier Milei, pero se puede hacer otra secuencia histórica que empieza con el caso de Milagro Sala.
Hoy, un sector del Congreso nacional tiene la intención de hacerse cargo de la gravedad de la situación institucional. Un poder del Estado, como es el Poder Legislativo, está tomando cartas en el asunto de una deriva autoritaria que es gravísima y que compete a todos los poderes. Sobre todo, en un marco donde el Congreso no ha servido como un lugar para poner límites al Gobierno de Milei. De hecho, ya se cumplió un año de las facultades delegadas que se votaron, con las que se pudo hacer una destrucción del Estado muy profunda.
Hoy, es importante que el Congreso asuma un lugar de, por lo menos, amortización de lo que hace el Ejecutivo. Es ahí donde tenemos que denunciar los casos de persecución y criminalización política.
La Justicia está funcionando como un brazo ejecutor de la política de criminalización y persecución del Gobierno. Lo que pasó con Alexia Abaigar es un ejemplo: detención arbitraria, hostigamiento durante la detención, humillación, la falta de elementos que configuren los delitos por los cuales está acusada, son todos mensajes aleccionadores para la militancia.
Nuevas formas de hostigamiento
Otro aspecto que tenemos que pensar: el lugar que está ocupando el hostigamiento en el entorno digital, algo que diferencia a este momento de otros momentos de persecución. Hay una particular saña con las mujeres activistas, por el protagonismo político, los lugares preponderantes como articuladoras políticas que tomaron. La militante Eva Mieri es otro ejemplo: ella ha sabido generar una articulación muy interesante entre el campo popular, las bases del movimiento feminista, todo eso se está criminalizando.
Vemos que se intenta desarmar un tipo de organización social en las bases, solidaria, que puede hacerse cargo de, por lo menos, dar de comer en comedores, pero esto va hasta la participación y exposición política en cualquier tipo de oposición. Es muy importante dar cuenta de todos los tipos de liderazgo que se criminalizan.
Todo es parte de un tipo de gobernabilidad. La exhibición de la crueldad, los insultos, los gritos, son parte de todo lo que configura el tipo de gobernabilidad de este régimen, y hay que ver como responder a eso, hay que utilizar otras instituciones del Estado para denunciar este tipo de políticas. Hay que repudiar, denunciar un modo de actuar del Ejecutivo dentro del Legislativo. Hay un proyecto, incluso, que repudia la proscripción a Cristina Fernández de Kirchner, el ataque a periodistas y la persecución a militantes.
El ataque a las libertades democráticas tiene que ver con el ajuste que se está llevando a cabo sobre la salud, la educación, los jubilados, por eso es importante la tarea de componer las luchas y que no queden como esferas separadas.
*Socióloga feminista e investigadora
