Más de 30 expertos internacionales liderados por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz confirmaron que, entre 2023 y 2025, la carga de la deuda externa obligó a los países de América Latina a reducir las inversiones en salud, ciencia, educación y adaptación a la crisis climática.
Esta fue la principal conclusión del Informe Jubilar: una hoja de ruta para abordar las crisis de la deuda y el desarrollo, una iniciativa impulsada por el Papa Francisco para el Año del Jubileo 2025, y que hoy continúa su sucesor León XIV.
El trabajo fue presentado en el Vaticano a fines de junio y destaca que, en más de 50 países, los pagos de intereses superan a la inversión en desarrollo social y acción climática, lo que socava los esfuerzos para adaptarse o mitigar la triple crisis ambiental (cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación).
Al mismo tiempo, la ayuda global para mitigación y adaptación climática cayó un 7,1% en 2024 en términos reales comparada con 2023. Y los fondos destinados a América Latina cayeron el doble, un 15%.
La deuda mundial es hoy un 25 % superior a la de 2019, cuando ya se encontraba en niveles históricos. Además, desde 2010, la deuda pública en los países en desarrollo crece el doble de rápido que en los países desarrollados.
En tanto, la financiación anual necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en los países del Sur Global aumentó un 36 % entre 2015 y 2022. Sin embargo, los recursos disponibles solo crecieron un 22 % en ese mismo período.
Año Jubilar, año del perdón de deudas (injustas)
El alivio de los intereses de la deuda para países en desarrollo fue una de las propuestas centrales del Papa Francisco, quien impulsó el canje de deuda por acción climática y convocó, en 2024, a reformar los sistemas financieros y a crear un mecanismo internacional para la reestructuración de la deuda soberana, animando a los líderes financieros a adoptar un código de ética para el diálogo entre las partes.
El Jubileo es una festividad de la Iglesia católica que se centra en el perdón de las deudas y la lucha contra la injusticia y la desigualdad.
Hace 25 años, en el anterior jubileo del año 2000, se cancelaron más de u$s 100 mil millones de deuda soberana por parte de los países más pobres. Sin embargo, la ausencia de reformas estructurales, sumada a acontecimientos como la pandemia de Coronavirus y las guerras, amenaza con revertir los avances conseguidos.
No obstante, el alivio de la deuda cuenta con el apoyo de la opinión pública: una encuesta incluida en el informe muestra que el 79% de la población de los países acreedores apoya condiciones de préstamo más justas para las naciones más pobres, mientras que casi la mitad cree que los países vulnerables al clima deberían obtener mejores condiciones de préstamo.
Las propuestas
Además del diagnóstico, el informe presentado al Vaticano ofrece recomendaciones y una hoja de ruta para afrontar la crisis socio-ambiental. Entre otras, se destacan:
- Mejorar la reestructuración de las deudas soberanas, para obtener plazos más largos y tasas más bajas.
- Poner fin a las políticas de austeridad asfixiantes para pagar a bonistas y acreedores privados (hold-outs y fondos buitre).
- Impulsar inversiones a largo plazo para financiar la mitigación y adaptación al cambio climático, y controlar los flujos de capitales especulativos.
- Mejorar la transparencia y comunicar a la sociedad con qué fin se toman deudas.
- Reformular las finanzas globales, orientando la financiación a aquellas industrias y obras que promuevan el desarrollo social y la acción climática.
Los resultados y propuestas de este informe se debatieron en la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebró en Sevilla (España) del 30 de junio al 3 de julio, y volverán a discutirse en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se realizará en Nueva York en septiembre, y la Cumbre del G20, en Johannesburgo (Sudáfrica) en noviembre.