En Neuquén, la comunidad mapuche será socia accionista de un proyecto de 18 MW. Ya cuenta con licencia ambiental y se perfila como un modelo de desarrollo con inclusión.
La comunidad mapuche Millaqueo, ubicada en la provincia de Neuquén, se convertirá en la primera comunidad indígena de América Latina en desarrollar un parque solar como socia accionista.
El proyecto, impulsado junto a empresas del sector energético, ya obtuvo la licencia ambiental y avanza hacia su concreción a 30 kilómetros de la ciudad de Zapala.
Se trata de un desarrollo fotovoltaico de 18 megavatios de potencia que será construido en tierras comunitarias.
El consorcio está conformado por Sustentar Energía, con más de 4200 MW en proyectos renovables; la comunidad mapuche Millaqueo, titular de las tierras; y Meliquina, una empresa enfocada en transición energética justa.
“El involucramiento de comunidades locales como socias y propietarias mejora los resultados para todos los actores: inversores, desarrolladores y población”, sostienen desde Meliquina.
El parque solar tendrá usufructo por 30 años, cuenta con factibilidad técnica del EPEN y ya superó la audiencia pública ambiental.
El origen del proyecto se remonta a 2017, impulsado por Patricio Zapata, ex lonko de la comunidad y fundador de la sociedad «Cla Nehuen Antu», vehículo jurídico del emprendimiento. Tras su fallecimiento, su hija Stella Zapata —estudiante de Ciencias Agrarias y Planificación Ambiental— asumió el liderazgo y hoy es presidenta de la sociedad.
“Como socios pasamos de criar animales a manejar un glosario de términos financieros. Esto es para las futuras generaciones”, afirma Stella.
El lonko actual, Blas Ortiz, destaca que “este es el futuro de la comunidad, que podrán disfrutar nuestros hijos y nietos”. También celebró que “todo ha marchado bien, desde la idea hasta los permisos clave”.
Durante la etapa de construcción, estimada en 12 meses, se generará empleo temporal para la comunidad y empresas locales. En fase operativa, el parque requerirá personal para mantenimiento y seguridad.
Desde Meliquina resaltan que este tipo de proyectos permite:
Mitigar riesgos sociales
Acelerar permisos regulatorios
Facilitar el financiamiento
Promover impacto positivo y sostenible
Nora Romero Inal, referente comunitaria, subraya que haber obtenido la titularidad de las tierras fue “un paso clave para llegar hasta aquí”. Por su parte, Adela Acuña, werken (secretaria), reconoce que al inicio no comprendía de qué se trataba el proyecto, pero hoy valora cada paso dado.
Con la licencia ambiental otorgada por la Secretaría de Ambiente de Neuquén, el parque solar Antú se posiciona como un ejemplo de integración entre comunidades indígenas, empresas y transición energética.
Un modelo pionero que ya despierta interés en otras comunidades originarias del país.
Bichosdecampo