Lo que parecía una noche común en el Gillette Stadium de Boston se convirtió en el inicio de una verdadera crisis corporativa. El 16 de julio, durante un show de Coldplay, la pantalla gigante enfocó a una pareja del público en plena «kiss cam». Allí aparecieron abrazados Andy Byron, CEO de la empresa tecnológica Astronomer, y Kristin Cabot, su jefa de Recursos Humanos. Lejos de seguir el juego, ambos reaccionaron con incomodidad. “O están teniendo una aventura o son muy tímidos”, comentó Chris Martin desde el escenario.

Las imágenes, captadas por una fanática desde las gradas, se viralizaron en cuestión de horas y despertaron todo tipo de rumores, ya que ambos ejecutivos están casados con otras personas. La exposición pública y las críticas desataron un escándalo que rápidamente llegó al entorno laboral.
Tras la viralización del video, la empresa Astronomer lanzó una investigación interna y apartó a ambos ejecutivos de sus cargos. En primer lugar, Andy Byron presentó su renuncia como CEO el viernes 19 de julio, aduciendo que sus acciones no se alineaban con los valores de la compañía. En su reemplazo, fue designado de forma interina Pete DeJoy, uno de los cofundadores de la firma.
Hasta ese momento, Kristin Cabot había permanecido en silencio. Su nombre fue tendencia en redes sociales, y su rol en Recursos Humanos generó aún más polémica por ser la encargada de velar por las buenas prácticas y el cumplimiento del código de conducta interno. Finalmente, esta semana, presentó su renuncia formal y su perfil fue eliminado de la web oficial de la compañía.
A diferencia de Byron, cuya salida se concretó rápidamente, el caso de Cabot generó debates legales. Según expertos consultados por medios internacionales, despedirla sin pruebas de un incumplimiento contractual específico podría haber derivado en una demanda laboral. En ese marco, la renuncia fue considerada la vía más conveniente para ambas partes.
El escándalo despertó una conversación global sobre los límites entre la vida privada y profesional en tiempos de hiperconectividad. También reveló cómo una situación personal puede impactar directamente en el entorno laboral, especialmente cuando se trata de figuras clave en una organización.
Curiosamente, mientras Astronomer atravesaba esta tormenta institucional, la banda Coldplay vio incrementado su número de escuchas en plataformas digitales, y el video sigue circulando en redes como símbolo de un fenómeno que unió cultura pop, romance prohibido y consecuencias reales en el mundo corporativo.
Con las salidas de Byron y Cabot, Astronomer busca ahora reconstruir su imagen y volver a enfocarse en su negocio, dejando atrás un episodio que, sin proponérselo, puso a la empresa en el centro del mundo.