2001 fue para nosotros el ao del Big Bang, la voladura del orden de los hoy idealizados aos 90. Para Stanley Kubrick, la referencia a la Odisea del Espacio, la prueba extrema de habitar el vaco, la nada. En cierta forma, 2023 fue una interseccin entre aquella realidad y la ficcin del cineasta britnico, in memoriam. Por un lado, el punto final de una poca sellada por el liderazgo de una Cristina Kirchner con un rcord electoral apenas inferior al de Juan Domingo Pern. Por el otro, el inicio de una aventura poltica liderada por la nica pandilla en pie en aquella instancia.
Por cierto, a esta altura de la velada apenas resulta necesario desmenuzar el concepto de faccin que contina materializando un Javier Milei no slo distanciado de su propia vicepresidente, sino con un gobierno plagado de funcionarios a prstamo y con un partido en formacin cuyos cuadros polticos tienen ms dificultad para pasar un test bsico de libertarismo que uno de pertenencia a la tan denostada «casta». Para muestra, sobra el botn de los Menem, los Ritondo y los Santilli de la vida, siempre tan vidos de tirarse en palomita a las magnticas aguas de los presupuestos estatales.
Vale aclarar a favor de Milei: el actual presidente nunca tuvo la intencin de construir una nueva mayora sino, sintonizando el manual de las nuevas derechas en particular, vigorizar al mximo a un tercio electoral que, al momento del cierre inexorable de su misin en diciembre de 2027, es muy probable que lo contine valorando como portavoz de la bronca que fue cuidadosamente barrida bajo la alfombra por los mandarines de la correccin poltica, sea en su versin kirchnerista de Palermo Soho o en su variante macrista de Recoleta y zonas cool aledaas.
Para ponerlo en blanco sobre negro, el espejo de un Carlos Menem yendo al departamento del Almirante Isaac Rojas apenas asumi su presidencia en 1989, no resulta de ninguna forma apropiado para aproximarse a la actual experiencia de Milei. Por el contrario, el ensayo del riojano antes que nada fue inspirado por una biografa personal y poltica tan cinematogrfica, que hoy no debera sorprender que sea llevada a la pantalla por Amazon, as como en el pasado ya captur la atencin de diversos autores cuyos libros continuarn alimentando el trajinado gnero de ficcin menemista.
Bastn en el suelo
Para que no quede ninguna duda al respecto: as como el 50% obtenido por Carlos Menem en su reeleccin de 1995 fue precedido muchos aos antes por ese tipo de iniciativa tendiente a la construccin de una nueva mayora, lo mismo ocurri de arranque con Nstor Kirchner integrando en la frmula presidencial a una figura emblemtica del menemismo y de la dcada del ’90 como el motonauta Daniel Scioli. En tal sentido, vale resaltar que, antes que un determinado programa econmico, en ambas situaciones hubo un ntido proyecto poltico orientado a la integracin sectorial amplia.
En tal sentido, esa clase de bastn de mariscal hoy est tirado en el suelo y la poltica profesional, an sin poderlo siquiera araar, bien lo sabe. Empezando por la propia Victoria Villarruel y, de ah hacia abajo, gobernadores, legisladores, intendentes y, a tono con el clima de poca, una galera de outsiders seducidos con la idea de repetir el batacazo libertario de 2023. Por cierto, buenas razones para soar tienen desde el momento que circulan algunos sondeos de opinin que ubican en zona negativa y de slvese quien pueda a toda la primera lnea de la clase poltica hoy visible.
Ms an, los altos ndices de abstencin de este proceso electoral de medio trmino en marcha sugieren que caminar de la mano de los candidatos del nuevo oficialismo en gestacin no entusiasma mucho a una amplia franja social pero, por el otro lado, lo viejo conocido activa la misma sensacin que una extraccin de muela sin anestesia. Parafraseando el gran hit de Sumo, la gente sabe lo que quiere: que no los quiere ya. En ese mbito, la conducta electoral tpica es un aval limitado al experimento en curso y, en paralelo, un bloqueo a una oposicin todava en modo tren fantasma.
En tal aspecto, Argentina hoy vive un proceso poltico 2 en 1 tanto de disolucin como de activacin de un nuevo ciclo, donde Milei marc la cancha con nuevos ejes estructurales, tal como el ex presidente Duhalde lo hizo hace ms de dos dcadas, en oportunidad de la fase tambin 2 en 1 de explosin y salto al vaco pos convertibilidad. Ya en el presente, las nuevas canciones tienen que ver con el equilibrio macroeconmico, una nueva poltica exterior con epicentro en Washington y, a la par, la promocin de poderosos motores asociados a la energa y a la minera.
Kinsukoroi
«Una eleccin de tercios». En esos trminos defina la previa electoral de 2023 quien hoy purga su condena en el portesimo barrio de Constitucin. A este paso y, en especial, a raz de los crecientes ndices de insatisfaccin poltica apenas transcurrido la mitad del mandato de Milei, es muy factible que semejante vaticinio peque de insuficiente rumbo al prximo turno presidencial. En particular, tras la aparicin de un nuevo actor incierto que representa un enorme desafo para todos los componentes del sistema poltico. Son lo ni ni, pero no los que ni estudian ni trabajan, sino los que ni votan ni vetan.
En tal sentido, resulta imaginable que el principal rasgo del proceso poltico por delante sea aqul que caracteriza un arte milenario oriental llamado kinsukoroi que consiste en la meticulosa reparacin y revalorizacin de piezas de cermica astilladas. En trminos estrictamente polticos, un rasgo distintivo del trabajo de orfebrera por delante ser la amplitud, la humildad y la frrea voluntad del nuevo liderazgo para sacar a la primera minora del estado de apata que torna inviable cualquier proceso de reconstruccin poltica y, en simultneo, cualquier programa econmico.
Semejante enfoque supone la inauguracin de un nuevo ciclo poltico dirigido a la clausura de una ya larga fase de elecciones de doble vuelta que, con la nica excepcin del fraude poltico del Frente de Todos, coincide, para nada casualmente, con un largo ciclo de estancamiento econmico y la vigencia del fenmeno poltico conocido como «empate hegemnico» o, en su rtulo ms pedestre, como «la grieta». Es decir, un sistema dnde una faccin no logra imponer a la otra la orientacin de las polticas pblicas, ni los trminos bsicos de la organizacin del Estado.
«Riesgo kuka» de un lado, «deriva fascista» por el otro. Si ello fuera slo parte del folclore de las campaas polticas, no pasara de ser una nota de color ms, pero cuando la lgica facciosa navega en medio del mar del vaco y la ausencia de fuerzas con vocacin de liderazgo mayoritario, la historia es otra. En particular, nuestro gran dficit que es la madre de todos los dficits es que, en el mundo poltico, el deseo de Joan Manuel Serrat de que todo fuera como est mandado y que no mande nadie slo se trata, como lo reza el nombre de esa sublime cancin, de una botella arrojada al mar.
La fantasa actual de un inexistente tringulo de hierro, tan cargada de imaginacin como la analoga de un Grupo Peaky Blinders dnde no existe alguien anlogo al temible y calculador Tommy Shelby, la calamitosa experiencia del Frente de Todos dnde todo no era como estaba mandado y no mandaba nadie, el ensueo macrista del gobierno de los CEOs que no ejecutaban rdenes, conforman una larga saga que explican el presente proceso poltico de implosin y salto al vaco que, de ninguna manera, ser llenado de golpe. Lleg la hora de juntar, con modestia y coraje, los pedazos rotos del sistema poltico.
