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domingo, julio 27, 2025

«El mal de Aira»: La novela que parodia y celebra a César Aira, el eterno candidato al Nobel

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“Una vez César Aira me respondió un mail”. Así comienza El mal de Aira, primera novela del realizador audiovisual, guionista, dramaturgo y escritor colombiano Andrés Restrepo Gómez. Publicada por el sello español Barrett, la historia sigue a un joven colombiano fanático de la literatura que, junto a un amigo y cómplice de aventuras lectoras, decide invitar al célebre autor argentino César Aira a la Feria del Libro de Medellín. Ese es apenas el disparador de una trama que, como si estuviera pergeñada por el mismísimo eterno candidato al Nobel oriundo de Coronel Pringles, se desenreda y vuelve a enredarse una y otra vez.

A lo largo de 124 páginas, Restrepo Gómez –residente en Buenos Aires despliega una serie de procedimientos narrativos que podrían calificarse, sin exagerar, como aireanos: parodia, delirio, monólogo a borbotones, digresión, absurdo, realismo y fantástico conviviendo codo a codo, improvisación, ritmo vertiginoso y una verba lúdica cercana al espíritu Oulipo.

Un ejemplo: “Se preguntarán en este punto por la bóveda privada donde guardo mi ejemplar de En el pensamiento. Por fortuna, a pesar de ser deudor moroso, los del Hospital Italiano pudieron conservarme un cupo en una caja fuerte compartida con un sindicalista pastelero, a través de un coseguro que hasta el día de hoy transfiero sagradamente durante los primeros cinco días del mes”.

Prosa astringente y corrosiva

“Aira seguía publicando libros y mi economía languidecía a una velocidad con la que ni el cáncer más agresivo habría de desinflar una barriga”, escribe Restrepo Gómez con una prosa astringente y corrosiva.

El narrador (una suerte de alter ego del autor) atraviesa estados alterados: leer a Aira. Vender a Aira. Contactar a Aira. Mandarle un mail. Comprarle un regalo. Prenderle fuego. Releerlo. Ser Aira. Su obsesión alcanza niveles que rozan la parodia devocional: todo lo que hace, narra o desea está atravesado por la figura de un escritor que se transforma a medida que avanza la novela.

La narración, estructurada como un diario íntimo intervenido por ficciones, se puebla de meditaciones sobre la obra de Aira teñidas de emociones oscilantes: del entusiasmo a la decepción, de la envidia a la admiración.

El mal de Aira, de Andrés Restrepo Gómez (Barrett).
El mal de Aira, de Andrés Restrepo Gómez (Barrett).

Restrepo Gómez compara su estilo con el cine del chileno Raúl Ruiz, y reflexiona sobre la concepción aireana de la literatura como arte conceptual: “Su defensa del arte por el arte, que en esencia no es más que el derecho humano y soberano a evadirse, a no estar de ninguna manera en deuda con la realidad, me conmovía hasta las lágrimas”.

También hay observaciones aparentemente triviales que se convierten en signos de una obsesión estética: “Me gusta que el semblante de Aira no se parezca en absoluto al arquetipo del escritor. Jamás lo vi con traje. Jamás lo vi con corbata, ni siquiera cuando le dieron el Premio Formentor en 2021”.

César Aira no sólo ha generado amantes, detractores y cientos de páginas críticas. También ha generado una variante dentro de la propia literatura que podría ser un género en sí mismo: el género Aira. Allí pueden inscribirse títulos como La última de César Aira, de Ariel Idez, o Aira o muerte, de Daniel Mecca. El mal de Aira se suma con originalidad y delirio a esta tradición.

Algunos pasajes alcanzan el disparate más lúcido. Como cuando el protagonista descubre que Aira es fanático de Bob Esponja y le quiere regalar las temporadas en DVD: “Reflexioné sobre cómo, en Aira, la puesta en escena realista de episodios surrealistas se asemejaba a los asquerosos planos detalle que cada tanto aparecen en Bob Esponja”. Otro momento tragicómico ocurre cuando se cruza en un bar con un posible doppelgänger del autor de Ema, la cautiva.

No tiene sentido googlear

Pero el mayor atractivo de la novela está en sus fugas y derivas. En ese espacio donde ya no importa distinguir si está inventando un nuevo Aira o si simplemente está inventando. No tiene sentido googlear.

Hay que entregarse al delirio de un narrador que construye un artefacto meta-literario: una novela que puede leerse como diario de una obsesión, relato de iniciación o comedia de aventuras literarias. Una novela que, aunque parezca escrita solo para iniciados, se abre también a los que nunca leyeron a Aira.

El mal de Aira, de Andrés Restrepo Gómez (Barrett).El mal de Aira, de Andrés Restrepo Gómez (Barrett).

“Yo mismo sigo a la espera de otro mail. No suyo. No de alguien en particular. Sigo a la espera de la idea del mail como heraldo definitivo de la felicidad: la lámpara donde habita el Genio”, escribe el protagonista.

En esa espera, tamizada de obsesión y delirio, podría sintetizarse el espíritu de este libro y resumirse, en otras palabras, con una frase de Charly García: “Te amo. Te odio. Dame más”.

El mal de Aira, de Andrés Restrepo Gómez (Barrett).

Redacción

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