La tasa de homicidios es más baja que hace 10 años en Guatemala; sin embargo, existe una preocupación creciente por el comportamiento de la violencia homicida en el país. Esto se debe a que desde hace algún tiempo las muertes violentas han aumentado y, de no intervenir con acciones efectivas, la tendencia seguirá al alza.
Los registros oficiales documentan la dinámica de la violencia homicida. En el 2016 la tasa interanual hasta junio de homicidios era de 28.1 por cada 100 mil habitantes; en el 2024 la tasa era de 16 y este año la misma muestra cerró con 17.3 homicidios por cada 100 mil personas.
La Asociación Diálogos, a través de su Observatorio de la Violencia, al hacer una comparación interanual hasta junio, entre 2016 y 2025 los casos han disminuido; pero este año hay un repunte.
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“Desde el 2009 hasta febrero de este año la tendencia era a la baja. Lo que hemos observado es que ha habido un comportamiento distinto”, reconoce Walter López, coordinador del Observatorio de la Violencia, en la Asociación Diálogos.
López saca sus conclusiones a partir de los registros oficiales que cada mes el Ministerio de Gobernación hace públicos.
Estos registros, por ejemplo, revelan hasta junio en el país se han contado mil 597 muertes violentas, 288 más que en el mismo periodo del 2024.
Previo, el modelo de predicción de violencia de Diálogos, indica que entre enero y junio del 2025, durante cinco meses consecutivos —desde febrero—, las cifras oficiales superaron el límite superior esperado.
A partir de los datos oficiales, Walter Menchú, investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), también coincide en la preocupación de que la violencia homicida está revirtiendo su tendencia a la baja y podría representar un problema.
Menchú comentó que las restricciones de movilidad por el coronavirus impactaron de forma histórica la reducción de muertes violentas en los últimos 20 años en Guatemala, con una tasa de 15.3 por cada 100 mil habitantes, pero ahora se ve un rebote y los homicidios han aumentado.
Una razón que según Menchú explica ese rebote de la tendencia es que en el país hay problemas que no se solucionaron al levantar las restricciones de movilidad impuestas en la pandemia del 2020; y el crimen organizado ha ganado espacios y es esta la razón que provoca más muertes violentas en el país.
Violencia focalizada
Guatemala, Escuintla, Zacapa y Santa Rosa concentran las tasas de homicidio más altas en este 2025. Totonicapán es quien reporta menos muertes violentas, seguido de Quiché y Baja Verapaz.
Otro hallazgo que presentan los registros oficiales es que aunque nueve de cada 10 homicidios en el departamento de Guatemala son cometidos con armas de fuego, esta no es una constante en todo el país.
En Huehuetenango, por ejemplo, el 42% de los homicidios se perpetran con arma blanca y el 17% por linchamiento. Sololá también es distinto, ahí la mitad de los homicidios violentos que se registran son por estrangulamiento.
Sobre la violencia en el departamento de Guatemala, Menchú sugiere que puede tratarse de un fenómeno empujado por el crimen organizado.
“Hemos visto que sí ha recrudecido la violencia en asuntos ligados a pandillas y al narcomenudeo, principalmente”, dijo el investigador del CIEN.
Para Allan Ajiatas, exfiscal del Ministerio Público y analista en seguridad, el aumento de muertes podría estar relacionado con los operativos contra estructuras criminales y su consecuente reacomodo.
Ajiatas dijo que la detención de cabecillas y operadores de bandas criminales genera una reducción de hechos violentos durante semanas o meses, pero cuando otra estructura intenta tomar control del territorio, nuevamente se genera violencia.
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Añadió que habría que hacer un análisis en los departamentos donde se registran más muertes por arma blanca y estrangulamiento, las cuales podrían estar relacionadas con bandas criminales.
Para Sandino Asturias, analista en seguridad y justicia, el aumento de homicidios se debe a múltiples factores, pero se detiene a explicar que el mayor problema radica el “privilegio otorgado a los negocios privados de armas de fuego”, lo que ha generado “una sociedad armada y con poca investigación criminal cuando se comete algún delito”.
Asturias refuerza su hipótesis en que Guatemala y Escuintla son departamentos colindantes y ahí se registra una mayor tenencia de armas de fuego legales e ilegales, por eso en esas áreas se registran más muertes.
“Hay que recordar que Guatemala es una sociedad armada: 500 mil personas están armadas legalmente y otra cantidad similar está armada ilegalmente. Por lo tanto, las políticas del Estado deben orientarse a desarmar a la población”, enfatizó.
Tanto Sandino Asturias como Allan Ajiatas coinciden en que otro factor que hay que tener en cuenta para explicar el alza de la violencia homicida es la impunidad que sigue siendo alta cuando se trata de investigar y condenar este tipo de crímenes.
“No hay consecuencias y hay impunidad. Entonces, lo que se genera es un factor de amplificación de la violencia. Cuando hay un homicidio, un marido que mata a su esposa y no hay consecuencias, este va a ser un factor que incremente la violencia”, insistió Asturias.

Tres áreas con mayor índice de homicidios a nivel nacional
José Portillo, viceministro de Seguridad, dijo que han detectado que el aumento de homicidios se debe a un reacomodo de las estructuras criminales.
Agregó que en el departamento de Guatemala y en Escuintla hay un repunte de muertes violentas que están asociadas a la militancia en grupos criminales.
En el caso de los lugares más violentos, como Escuintla, la zona 18 y Villa Nueva, Portillo explicó que se ha mejorado la estrategia de seguridad ciudadana y se tendrán resultados pronto.
“Estas tres comisarías representan un 60% de la incidencia criminal, hablando de homicidios o muertes violentas a nivel nacional. Entonces, hay que trabajar en estos tres lugares para tratar de disminuir los índices”, comentó.
Portillo también ve la reducción de violencia como un asunto de tiempo. Asumió el cargo el 29 de mayo y ese mes hubo 304 homicidios, pero en junio, luego de implementar operativos multisectoriales y aumentar las requisas en los centros carcelarios, la cifra disminuyó a 254. Hasta el 15 de julio se registraban 106, lo que refleja un descenso, aseguró.
¿Cuáles son los departamentos con menos homicidios?
El aumento de homicidios, aunque sostenido, no es general. Las cifras oficiales señalan que en Quiché hubo una reducción del 50% de los homicidios; en El Progreso, del 33%, y en Sololá, del 22%. A estos se suman Huehuetenango, Totonicapán y Baja Verapaz, con menos muertes violentas durante el 2025.
A criterio de Asturias, uno de los factores que influye en la baja tasa de homicidios en estos departamentos es que la mayoría de la población es indígena y hay menor cantidad de armas de fuego.
Ajiatas ve una reducción de este fenómeno criminal en que en estos departamentos podrían la violencia, en su mayoría, está asociada a problemas domésticos y comunitarios.
El Ministerio de Gobernación explica que hay una reducción de los homicidios porque existe un plan robusto de trabajo comunitario que realiza la Policía Nacional Civil. Además, existe un trabajo interinstitucional en los departamentos fronterizos donde se han detectado estructuras del crimen organizado.