Pablo Cortese dejó su cargo tras un conflicto con laboratorios por la importación de vacunas veterinarias. Alegó razones personales, pero fuentes cercanas revelan presiones internas y desgaste.
El presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Pablo Cortese, presentó este lunes su renuncia indeclinable en medio de una creciente polémica vinculada a la importación de vacunas contra la fiebre aftosa. Aunque oficialmente alegó razones personales, fuentes cercanas aseguran que su salida estuvo motivada por presiones cruzadas entre laboratorios del sector veterinario y funcionarios del área de Agricultura.
Cortese, un técnico de larga trayectoria en el organismo —al que ingresó en 1992—, había sido designado al frente del Senasa en diciembre de 2023, con la asunción del gobierno de Javier Milei. Según allegados, «se cansó del desgaste y la tensión» que generó el reciente conflicto por la autorización de vacunas importadas.
La disputa escaló a mediados de julio, cuando el laboratorio Biogénesis Bagó envió una carta documento al titular del Senasa y una nota formal al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, exigiendo explicaciones por el ingreso de 8.300 dosis de la vacuna «Ourovac Aftosa Biv», producida por el laboratorio brasileño Ourofino y distribuida en el país por Tecnovax SA.
El trasfondo del conflicto se vincula con la desregulación del comercio veterinario impulsada por el Ejecutivo nacional, que busca flexibilizar el ingreso de productos importados. Esta medida fue cuestionada por sectores de la industria local, que ven amenazada su posición en un mercado históricamente concentrado y regulado.
La renuncia de Cortese deja un vacío en la conducción sanitaria y comercial del organismo, justo en un momento clave para la prevención de enfermedades animales y el control del comercio de insumos veterinarios.
Hasta el momento, no se ha designado oficialmente a su reemplazante.