A pesar de los muy denodados esfuerzos de los barrenderos del Ayuntamiento, buena parte de las 26.500 papeleras de Barcelona están quedando este verano desbordadas cada dos por tres por montículos de latas de bebidas vacías, de pringosas tarrinas de helados, de bandejas de raciones de comida para llevar… cada día con mayor frecuencia, sobre todo al anochecer, muy especialmente en el centro de la urbe, en los rincones más transitados de la Barceloneta, el barrio Gòtic, la Rambla, el Raval, el Eixample…

Las papeleras de los alrededores de la Boqueria se llenan estos días a toda velocidad
Llibert Teixido
Lo que está ocurriendo estos días es que muchas papeleras se están revelando insuficientes para cumplir sus funciones y recoger el gran incremento de envases individuales de un solo uso tan propios de esta época del año. Porque muchos vecinos se empeñan en dejar en las papeleras sus bolsas de basura, en lugar de hacerlo en los correspondientes contenedores. Estas manifestaciones de incivismo autóctono se producen durante todo el año, pero esta temporada estival encima están siendo alimentadas por los despistes y desganas de numerosos turistas.
Los servicios de limpieza del Ayuntamiento sumaron este verano 234 profesionales

La situación en la calle Ferran acostumbra a complicarse al anochecer
Luis Benvenuty
Muchos visitantes alojados en pisos turísticos presumiblemente ilegales no se aclaran con el sistema de recogida del Gòtic, y en lugar de dejar sus desperdicios en las aceras los depositan en las papeleras. No pocos vecinos cuelgan carteles en sus esquinas para pedir que no dejen allí desperdicios. Todo es confuso. En el Raval, en cambio, estos turistas son más bien presa de la desconsideración, porque a este lado de la Rambla los contenedores sí que se encuentran con mucha facilidad. Lamentablemente, dado el estado del tantas calles del Raval, muchos visitantes tienen la impresión de que aquí todo vale y nada importa. A la postre el panorama es muy parecido al registrado en el Gòtic.

Los envases de un solo uso se multiplican en verano
Llibert Teixido
De esta manera las bolsas de basura abandonadas hurtan su espacio a los mega vasos para llevar de las grandes cafeterías globalizadas, a los triángulos de cartón de porciones de pizza take away , a los botellines de plástico de agua mineral… Las críticas vecinales por estas latitudes al Pla Endreça, al plan estrella del gobierno del alcalde Jaume Collboni para el cuidado del espacio público, son muy habituales. No es una cuestión baladí. El Ayuntamiento gasta un millón de euros al día en la gestión de sus residuos. Además, este verano, hasta octubre, los servicios de limpieza incorporaron 234 profesionales distribuidos en 99 equipos.
Las más cercanas a la Boqueria presentan los montículos de desperdicios más rocambolescos

El abandono de bolsas de basura que deberían ir a los contenedores colapsa muchas papeleras
miquel Muñoz / Shooting
Fuentes municipales detallan que durante estas semanas muchas papeleras se llenan mucho antes de lo habitual porque la gente necesita hidratarse todo el rato, y que ello se manifiesta sobre todo “en plazas, parques, zonas de paso, manzanas interiores, frente a edificios singulares, en los alrededores de las paradas de transportes…”. “Los equipos de limpieza hacen seguimiento de estos llenados y programan vaciados adicionales donde es necesario. El problema –subrayan las fuentes del Ayuntamiento– es que muchas personas emplean las papeleras como contenedores y dejan allí sus bolsas de basura. Una sola bolsa puede comportar el desbordamiento de la papelera”.

Una papelera desbordada en el centro de Barcelona
Miquel Muñoz / Shooting
La abundancia de restaurantes de comida rápida, de riadas de gente que viene y va y de muy grandes heladerías dibujan una tormenta perfecta en la calle Ferran. Además, el vaciado de las papeleras entre las playas y la estación de metro de la Barceloneta, y también las del camino al Born, también parece muy insuficiente. Las papeleras desbordadas también brotan de manera abundante en el Moll de la Fusta, en la nueva ronda de Sant Antoni, en las esquinas de las tiendas de la calle Pelai, en los alrededores del monumento a Colón, junto a las paradas de autocares turísticos de la avenida del Paral·lel… Al caer la noche, en las horas críticas, confluyen quienes regresan de la playa, aquellos que ya arrancan su juerga, los que salen a cenar, quienes continuan haciéndose selfies ante los edificios más singulares…
Desperdicios que deberían acabar en los contenedores colapsan muchas papeleras del Raval y el Gòtic

Estas semanas el uso del espacio público es muy intensivo
Luis Benvenuty
Las papeleras dispuestas en los alrededores del mercado de la Boqueria presentan los montículos de desperdicios más rocambolescos e imposibles. Estos desparrames parecen por momentos obras de ingeniera. Los equilibrios de estas composiciones de cucuruchos de dados de jamón serrano, de vasos de zumos de frutas aún con su pajita, de fiambreras de plástico de macedonias de frutas a ratos se atojan imposibles ¿acaso uno podría levantarlas adrede si se lo propusiera?

Los desperdicios se desparraman en torno a las papeleras desbordadas
Luis Benvenuty
De todas formas estos desparrames son también los más efímeros. Acostumbran a alcanzar su punto álgido a la hora de comer, pero al poco los barrenderos los hacen desaparecer. Las fuentes municipales también señalan que de manera general las papeleras de la ciudad son vaciadas un par de veces al día, pero que esta frecuencia se multiplica en muchos puntos en función de las necesidades del momento. De este modo, estas semanas, las de la Rambla quedan impolutas cada jornada como poco en una docena de ocasiones.
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En verano los barrenderos vacían las de la Rambla al menos una docena veces cada día
Los servicios de limpieza mantuvieron la situación bajo control al menos hasta finales de junio. Hasta entonces las papeleras desbordadas se antojaban más bien puntuales y acostumbraban a concentrase en los fines de semana. El resto de días apenas te encontrabas con unas pocas. Pero a medida que avanzó el verano los montículos de deshechos no cesaron de multiplicarse por Ciutat Vella. Quizás las previsiones municipales quedaron un pelín cortas. Estos últimos días las papeleras atestadas también se dejan ver en muchas vías secundarias del Eixample, en lugares que la gente frecuenta mucho más durante los meses de invierno y otoño, en calles donde estas escenas no se daban hace muy poco.