Latinoamérica experimenta un alarmante aumento de ciberataques en 2025, con un promedio de 2.716 incidentes semanales por organización, un 39% por encima del promedio global.
Según los últimos análisis de Check Point Research, la región enfrenta una ola sin precedentes de amenazas, impulsadas por malware avanzado, operaciones sostenidas por gobiernos y vulnerabilidades en plataformas en la nube.
Este entorno de riesgo se ve potenciado por la creciente sofisticación de técnicas como el phishing de marca, que imitan a gigantes como Microsoft, Google o Apple, para engañar a los usuarios.
Uno de los datos más preocupantes es el dominio de la explotación de vulnerabilidades de «divulgación de información«, responsables de 75% de los ataques en organizaciones latinoamericanas.
Además, el 62% de los archivos maliciosos fueron distribuidos por correo electrónico en el último mes, evidenciando el peso del vector humano en la cadena de riesgo.
Frente a estas cifras, América Latina supera ampliamente los medios mundiales, quedando en la mira de los cibercriminales más avanzados.
Principales sectores y países más afectados por las amenazas de ciberseguridad
Los sectores gubernamental y militar, salud y comunicaciones encabezan el ranking de las industrias más atacadas, soportando entre 3.800 y 4.200 incidentes por semana en 2025.
Este aumento está vinculado a la digitalización acelerada y la dependencia de infraestructuras críticas, algo que eleva el atractivo de estos sectores para los ciberdelincuentes.
Países como Perú, Colombia, México, Jamaica y Paraguay figuran entre los principales objetivos, con Colombia alcanzando picos de hasta 3.406 ataques semanales, muy por encima del promedio regional.
Los expertos advierten que estos ataques no solo buscan beneficios económicos, sino que también están vinculados a motivaciones ideológicas y de sabotaje, aumentando la sofisticación del panorama de amenazas.
Las operaciones de phishing y la suplantación de identidades mediante inteligencia artificial crecieronexponencialmente, y facilitan desde robo de datos hasta ataques de ransomware y espionaje corporativo.
La vulnerabilidad del sector público y el avance de la IA maliciosa refuerzan un escenario donde cada incidente puede tener consecuencias a escala nacional.
Inteligencia artificial: el aliado y el enemigo oculto en los ciberataques
La inteligencia artificial se transformó en protagonista tanto para atacantes como para defensores, y generó un salto cualitativo en la capacidad y velocidad de los ciberataques en la región.
Los actores de amenazas aprovechan la IA generativa para crear:
- malware avanzado
- campañas de desinformación
- suplantaciones de identidad por deepfake
- herramientas de ataque personalizados
Según el informe de Check Point, los nuevos ataques impulsados por IA son más difíciles de detectar y responder con rapidez a las defensas tradicionales, algo que obliga a las empresas a replantear completamente su estrategia de seguridad.
Algunas técnicas identificadas son el uso de modelos de lenguaje para phishing automatizado, ataques de ingeniería social más difíciles de reconocer y la automatización de la explotación de vulnerabilidades en plataformas cloud y aplicaciones críticas.
La proliferación de infostealers -malware diseñado para robar información sensible- alcanzó un crecimiento de 58%, especialmente sobre credenciales y tokens de acceso a redes empresariales y VPN.
Esto exige una adaptación constante de las infraestructuras de defensa y una gestión integral del riesgo digital, destacaron desde la firma.
Brechas de seguridad en la nube y adaptaciones en las estrategias defensivas
La multiplicación de incidentes en la nube marca otro punto crítico: el 65% de las organizaciones latinoamericanas sufrió al menos una brecha en plataformas cloud, según el Informe de Seguridad en la Nube 2025.
Estos ataques suelen aprovechar configuraciones incorrectas, accesos indebidos y la falta de parcheo en entornos virtuales, abriendo la puerta a ataques de múltiples etapas que terminan en robo o extorsión de datos sensibles.
La tendencia dominante entre los cibercriminales es pasar del cifrado de archivos a la extorsión por amenaza de filtración, buscando maximizar el daño reputacional y la presión sobre las víctimas.
En este contexto, la velocidad de ataque es cada vez mayor, lo que obliga a las defensas corporativas a incorporar soluciones de prevención basadas en IA, inteligencia en tiempo real y plataformas de ciberdefensa en malla híbrida.
Los expertos remarcan la importancia de apostar por estrategias centradas en la gestión proactiva de vulnerabilidades, capacitación continua de usuarios y monitoreo inteligente de amenazas, como pilares para reducir el daño futuro.
Ante un escenario cada vez más automatizado y desafiante, la prevención y la colaboración regional se consolidan como la única hoja de ruta viable frente al auge de las ciberamenazas en América Latina.