El roedor andino fue registrado en su hábitat natural. Su presencia indica buena salud ambiental en la zona.
Las cámaras trampa instaladas en el Área Natural Protegida Copahue, en el noroeste de la Patagonia, permitieron registrar imágenes de una especie nativa poco conocida: el chinchillón (Lagidium viscacia), un roedor que habita las zonas rocosas de alta montaña de los Andes, desde Perú hasta la Patagonia argentina.
El chinchillón andino es un animal de hábitos crepusculares, con un cuerpo compacto, un espeso pelaje grisáceo, largas orejas y una característica cola peluda que le sirve para mantener el equilibrio mientras se desplaza entre rocas.
Se alimenta de pastos de altura, líquenes y otras plantas andinas, y vive en colonias, pasando la mayor parte del día refugiado entre grietas para protegerse del frío y de posibles depredadores.
Aunque no se encuentra actualmente en peligro de extinción, su presencia es considerada un indicador ecológico clave del buen estado ambiental de los ecosistemas andinos.
Estos registros, obtenidos mediante tecnología de monitoreo no invasiva, aportan datos relevantes para el conocimiento y la conservación de la biodiversidad en áreas protegidas de Neuquén, reforzando la importancia de seguir preservando estos espacios únicos.