La pretemporada es tiempo de rendimiento ficticio, ese terreno de juego en el que el resultado importa poco y las conclusiones, menos. Todo es un ensayo donde las piezas se desordenan para más adelante intentar construir algo reconocible. Por eso sería imprudente, y algo ingenuo, afirmar que este nuevo Espanyol, aún con Mao Ye en el palco y Chen Yansheng al frente del club (aunque no por mucho tiempo), ya ha despertado una ilusión real. Sería exagerado hablar de un equipo sólido, maduro y preparado. Ni siquiera tras una pretemporada marcada por buenas sensaciones y victorias, como la de ayer, frente al Union Berlin.
]]>