En el partido ante Danubio en Belvedere por la primera fecha del Clausura, el club negriazul encontró una particular forma de ofrecerles refrigerios a los hinchas de La Franja.
Fotos: @manufdefacha1 y Archivo El País
Redacción El País
Por la primera fecha del Torneo Clausura de laLiga AUF Uruguaya, Liverpool recibió a Danubio en Belvedere y el equipo negriazul improvisó una llamativa forma de brindarle un servicio de cantina a los hinchas visitantes.
En la cancha no pasó demasiado. Durante el primer tiempo La Franja estuvo mejor y un remate en el palo de Lucas Sanseviero pudo abrir la cuenta, pero el palo derecho atajó por Sebastián Lentinelly. Para el complemento los de Joaquín Papa ajustaron y los de Juan Manuel Olivera lo sufrieron. El equipo local mereció mejor suerte y la más clara fue un zurdazo de Abel Hernández a ese mismo poste que había impedido el gol danubiano. Fue un 0-0 que no dejó del todo conforme a ninguno.
A veces lo más interesante de un partido no está dentro de la cancha ni tiene que ver con el juego, aunque el complemento entre los dos equipos tuvo minutos muy entretenidos. En el entretiempo llamó la atención una particularidad en cuanto a los servicios que brindó Belvedere en la vuelta del fútbol uruguayo luego del receso tras el Intermedio.
Mientras los jugadores se fueron al descanso, la voz del estadio le anunció a los hinchas de Danubio que podrían disfrutar de los servicios de cantina; aunque puede que no fueran lo que imaginaban.
En la tribuna local de Belvedere, ingresando a la derecha, los hinchas del equipo negriazul tienen un kiosco de muy buenas dimensiones y una barra que ofrece bebidas y golosinas, pero los hinchas visitantes no tienen las mismas comodidades.
Liverpool decidió ofrecer un servicio de cantina algo improvisado para los hinchas de Danubio y algunos decidieron mostrar el llamativo funcionamiento de este en las redes sociales. En un video que subió a X (ex Twitter) un parcial de La Franja se puede ver cómo una chica aprovechó la tribuna de la calle Carlos de la Vega (inhabilitada para el público) para venderles refrescos que tenía en una conservadora a la parcialidad del equipo de la Curva de Maroñas, que hacía la fila y sus pedidos del otro lado de la reja que separa ambas tribunas.
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