
Barcelona
Han pasado casi 150 años desde que el visionario doctor Andreu, conocido por su fórmula de las pastillas para la tos, adquirió una finca a los pies de la montaña del Tibidabo. Y casi 120 desde que el Ayuntamiento compró la cima más alta de Collserola, donde se construiría el parque de atracciones que sigue entusiasmando a los más pequeños y haciendo revivir viejos tiempos a sus padres.
La inauguración de las instalaciones, en octubre de 1901, con el tranvía y el funicular promovidos por el doctor Andreu, es una de las fechas importantes en la historia del Tibidabo, que en los años siguientes incorporaría telescopios y prismáticos, columpios, tiro Flobert, bolos; los conocidos espejos y los autómatas, y hasta una estación de palomas mensajeras. Entre los edificios, el que albergaría El Gran Café Restaurant Tibidabo y el Hotel Restaurant Coll. En 1910 llegó el carrusel eléctrico; cinco años después el ferrocarril aéreo; en 1921 la Talaia y en 1928 el Avió, réplica del aparato que hizo el primer vuelo Madrid-Barcelona.
Mientras las atracciones conservan su encanto, con los años la oferta culinaria en la montaña mágica barcelonesa fue languideciendo. Pero por fin se mueve ficha y BSM, la empresa municipal que gestiona el parque de atracciones del Tibidabo, anuncia que en la primavera del 2026 abrirá un nuevo restaurante en el edificio histórico de La Masia. Quien llevará las riendas es el cocinero andaluz Rafa Zafra, que trabajó durante años con los hermanos Adrià (primero en El Bulli, después en la sevillana Hacienda Benazuza y posteriormente en el Heart de Albert Adrià en Eivissa). Actualmente regenta dos restaurantes de alta cocina en Barcelona, el Estimar y el Amar y dos con su firma Per Feina, de oferta más asequible. Además, está al frente del que sin duda es el chiringuito de lujo más exitoso de Eivissa: Jondal.
Ocupará la planta baja de La Masia y el interior, inspirado en el imaginario del parque, será versátil
Zafra se ocupará de la propuesta gastronómica del nuevo establecimiento, que ocupará la planta baja del edificio histórico de La Masia, totalmente remodelado. Asegura que está ilusionado por tratarse de un lugar “lleno de recuerdos, sonrisas y emociones compartidas”. Ha explicado que es un reto apasionante y que quieren ofrecer una propuesta gastronómica “atractiva, honesta y divertida, que haga sentir a los adultos como niños y que permita a los niños empezar a amar la buena cocina. Queremos que se coma con la ilusión de un niño y el conocimiento de un adulto”.

Render del restaurante en la planta baja de La Masia
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El equipo Varis Arquitectes, que lidera el arquitecto Daniel Freixes, se ha encargado de la rehabilitación de La Masia, donde el restaurante será un espacio versátil que irá modificando la luz y el ambiente en función de las necesidades de uso. La decoración está relacionada con el imaginario del parque y tendrá capacidad para 300 comensales distribuidos en tres zonas: las salas interiores, la terraza, y la sala mirador, donde se podrá disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad. Con esta novedad el Tibidabo, refuerza mucho su oferta, que esperan que atraiga también a la clientela local, con la gastronomía como aliciente.