¿Qué aprendimos del mapeo de experiencias de aprendizaje socioemocional en América Latina y el Caribe?
137 experiencias en 16 países de la región constituyen la primera versión de la base de datos del mapa regional de Aprendizaje Socioemocional (ASE). Las prácticas registradas son heterogéneas en los escenarios que usan, son diversas las rutas de acción, múltiples los modos de implementación y enfrentan diferentes desafíos para su sostenibilidad en el tiempo.
¿Cómo se realizó el mapeo?
Se recopiló información a través de un formulario ad-hoc aplicado en 16 países de las cuatro subregiones (Norte, Sur, Caribe y Centroamérica) recopilando 137 experiencias. El análisis se estructuró en torno a cuatro preguntas clave:
- ¿En qué escenarios ocurre el aprendizaje socioemocional?
- ¿Qué rutas siguen las experiencias para lograr transformaciones?
- ¿Cómo se implementan concretamente estas iniciativas?
- ¿Qué dificultades enfrentan?
¿Qué dimensiones se usaron en su análisis?
La referencia central para el análisis fue el reporte “Transformar-nos: Marco para la transformación educativa basado en el aprendizaje socioemocional en América Latina y el Caribe” que -similar con trabajos recientes publicados por UNESCO– propone un enfoque sistémico y de abajo hacia arriba en su implementación.
Este reporte define cinco ámbitos claves para la integración del ASE:
- Prácticas pedagógicas y formativas. El ASE debe estar integrado en los métodos didácticos, los materiales de enseñanza, y todas las intervenciones formativas que se desarrollen dentro y fuera de la escuela para reforzar el desarrollo integral de estudiantes.
- Formación y bienestar de equipos. Todas y todos los educadores y equipos deben contar con las condiciones para desarrollar su propio aprendizaje socioemocional, con políticas de cuidado y autocuidado, relaciones significativas con sus pares, condiciones de laborales apropiadas y un ambiente de trabajo colaborativo.
- Organización y cultura de espacios educativos. Es clave que los espacios educativos integren el aprendizaje socioemocional en el clima escolar, influyendo en un rol de directores y líderes de equipos y promoviendo el protagonismo de estudiantes en todas las acciones.
- Marco curricular. El aprendizaje socioemocional junto con el aprendizaje conductual y cognitivo deben ser incorporados en los planes y programas estudio de forma vertical (en todos los niveles) y de manera horizontal (en todas las asignaturas), así como en las evaluaciones de aprendizaje y propósitos formativos de las instituciones.
- Comunidad y redes. El ASE debe estar presente en todos los espacios de la vida educativa y social, creando un lenguaje y visión común con las familias y comunidades en torno al bienestar integral de estudiantes y de sus territorios, generando las condiciones en el hábitat escolar, promocionando redes de colaboración y reconociendo y valorando los saberes locales.
¿Cuáles son los principales hallazgos?
- Las prácticas de ASE registradas en la región son heterogéneas en los escenarios que usan y diversas en las rutas que desarrollan. Ahora bien, se observa una preeminencia de su incorporación por medio de prácticas pedagógicas cotidianas, su inclusión nominal en los planes y programas de estudio y acciones de formación docente; y una subatención de su transversalización en la comunidad y las redes en general, la integración en la gobernanza y cultura escolar, en las evaluaciones, en los materiales de estudio y en las condiciones laborales de equipos.
- Los casos de ASE analizados para América Latina y el Caribe muestran que su implementación es polisémica. El análisis identificó 35 formas de implementación para todos los escenarios. En las prácticas pedagógicas y formativas: talleres temáticos y proyectos, actividades estructuradas en el aula y creación de materiales propios; en la formación y bienestar de equipos: formación continua y espacios y círculos de reflexión; en la organización y cultura de espacios educativos: programas multicomponentes de convivencia escolar, fortalecimiento de capacidades del estudiantado y fomento del liderazgo pedagógico de directores; a nivel curricular: la incorporación por medio de otras asignaturas y evaluaciones multi-facéticas y multi-informantes; y en comunidad y redes: casos de fomento de la participación de los cuidadores dentro de los espacios educativos, la flexibilización en el uso de las instalaciones educativas, la articulación con los servicios sociales y el rescate y preservación de la memoria local.
- Las experiencias de ASE descritas en el mapa de aprendizaje socioemocional para la región enseñan los enormes retos que enfrentan ellas en la práctica. El análisis identificó 11 desafíos para la implementación transversales a todos los escenarios: escaso apoyo de la comunidad educativa, la falta de interés de los participantes, las preconcepciones de la cultura escolar, las resistencias docentes, los factores de contexto, el bajo apoyo institucional, la debilidad en las capacidades de actoría, el déficit de recursos institucionales, las dificultades en la continuidad de las acciones, las limitaciones para integrar acciones y actores, y la sobrecarga horaria de la escuela.

UNESCO
¿Qué recomienda UNESCO a partir de este mapeo?
En consonancia con el llamamiento general de la UNESCO a un ASE que sea transformador, locamente situado, orientado a la justicia social y aplicado a través de enfoques radicalmente participativos, el mapeo recomienda:
- Enfoque ecológico. Una transformación educativa desde el ASE apunta a que todos los espacios de aprendizaje, y las ciudades y sociedades, se conciban a sí mismos como lugares de cuidado y de relaciones de afecto entre pares y grupos sociales, por ende, deberían orientar todos sus procesos hacia esa dirección. Se debería impulsar de manera armónica el ASE en las prácticas pedagógicas y formativas, en los marcos curriculares, en la formación y bienestar de los equipos, en la cultura y organización del espacio educativo, las redes y el territorio completo, y a lo ancho de todo el sistema y en toda la sociedad.
- Transformación socioeducativa. Una transformación educativa desde el ASE no pueden ser acciones aisladas y fragmentadas, sino estrategias integrales con vocación transformativa sistémica, es decir, trabajar sobre el ser de los educandos y la cultura de todos los actores de la educación, y transformar la gobernanza en todas sus áreas; una verdadera metamorfosis del sistema escolar.
- Implementación de abajo hacia arriba. Una transformación educativa desde el ASE debe ser entendida y atendida como un auténtico esfuerzo de diálogo, de mediación y de negociación cultural. Las acciones no pueden ser implementadas por decreto, como un agregado a una larga lista de responsabilidades para escuelas, docentes, familias y estudiantes, pues el aprendizaje socioemocional sería aceptado con dificultad para su apropiación y despliegue si se trata de una imposición o una indicación externa. Debe necesariamente ser cultivado de abajo hacia arriba, y construir el vínculo social y el soporte institucional que lo sostenga en el tiempo.
Este primer mapa regional confirma que el ASE es vital para lograr una educación transformadora en América Latina y el Caribe. La tarea pendiente es fortalecer su integración institucional y territorial para que pase de experiencias aisladas a una verdadera transformación educativa y social.