Una mujer vivió una experiencia sobrenatural luego de haber quedado al borde de la muerte por un accidente automovilístico, según su relato.
La autora de esta anécdota se llama Jeanette Hedström, tiene 42 años y es de Suecia. Hace más de dos décadas, protagonizó un incidente que marcó su vida.
Una vez, en 2004, Jeanette emprendió una travesía en auto en compañía de su hermana. En una parte del trayecto, el coche en el que ambas viajaban tuvo un choque frontal con otro vehículo.
A raíz del accidente, Jeanette fue la más afectada de las dos. Ella afirmó que los órganos internos de su cuerpo se movieron hacia arriba, quedando justo por debajo del corazón. A su vez, aseguró que sus intestinos sufrieron desgarros, su diafragma se rompió y sus pulmones terminaron perforados.
Luego del choque, la mujer, aún consciente, empezó a gritar. «No podía respirar y me dolía todo. No paraba de gritar ‘me estoy muriendo‘ una y otra vez. Lo único que quería era irme a casa«, declaró en una reciente entrevista con el portal de noticias Need To Know.
Así fue su experiencia sobrenatural
Segundos más tarde, de acuerdo con su versión, ella sintió que «abandonó» su cuerpo en forma de «alma«.
«Vi desde afuera cómo se desarrollaba todo, como si fuera una escena de película. No podía comprender cómo mi cuerpo físico seguía en el coche y yo ahora era solo un alma flotando en el aire«, dijo la ciudadana sueca.
Enseguida, según sus palabras, escuchó una voz que le pidió que se dejara llevar por las circunstancias. «Te tengo a salvo«, le avisó presuntamente esta voz misteriosa.
“No quería morir. Mi cuerpo luchaba con todas sus fuerzas para sobrevivir, pero me rendí al escuchar esa voz”, manifestó al respecto.
Jeanette aseveró que, inmediatamente después de esta situación, un «rayo de luz brillante» la transportó a una especie de «sala de espera«. Este lugar era «cálido» y «tranquilo«.
Cuando llegó a la «sala de espera», fue recibida por tres seres en forma de «energías«: de acuerdo con su explicación, uno de estos seres era su madrina fallecida. Y los otros dos eran «ángeles«.
A continuación, estos «ángeles» en cuestión le revelaron parte de su futuro: según ella, le mostraron al hombre con el cual iba a casarse y también sus futuros hijos.
Jeanette comentó que los «ángeles» le dieron la opción de regresar a la Tierra o permanecer allí con ellos.
Una imagen de la mujer durante su internación en el hospital, en 2004. Foto: Jeanette Hedström.«Me sentí perfecta en la sala de espera; tenía un profundo sentido de pertenencia. Pero rápidamente me quedó claro que esto era solo un paso en mi camino y tenía que regresar a mi cuerpo roto para sanarlo«, indicó.
“Los ángeles me mostraron lo importante que era para mí continuar viviendo. Además, en ese entonces, oí las voces de todos en la Tierra rezando por mí (mis amigos, mi madre, mi padre y mi hermana). Todos me pedían que sobreviviera y luchara. Sabía que no podía defraudarlos, (…) así que tomé la decisión de regresar”, aclaró.
Qué pasó en el hospital
Cuando Jeanette se despertó, notó que estaba en la camilla de un hospital. Los médicos y su familia le informaron que llevaba tres días internada. Durante ese período, fue sometida a una cirugía de urgencia para intentar salvar su vida. Y se la conectó a un respirador.
En un principio, los especialistas del centro médico pensaron que ella no iba a sobrevivir. Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzaron a tener esperanzas de que la paciente saliera adelante.
Al final, la ciudadana sueca logró salvarse. «La forma en que me recuperé se consideró un milagro. Durante la internación, me cosieron los párpados, me colocaron una varilla de titanio en el brazo y me fusionaron tres vértebras de la columna», expresó.
«Los médicos no sabían cuál sería el resultado de los procedimientos: si volvería a caminar o si tendría dolor crónico. Pero finalmente solo tardé un mes en recuperarme. La rapidez con la que me recuperé fue inexplicable«, agregó.
Cómo siguió su vida
Tiempo después, Jeanette conoció a un hombre. Este hombre se convirtió luego en su marido, con el cual tuvo dos hijos. Ella cree que los «ángeles» predijeron su futuro. Y que la «sala de espera» era un «portal» hacia el «renacimiento» de su «alma».
La mujer, junto a su marido, en la actualidad. Foto: Jeanette Hedström.«Nunca vi físicamente a mi esposo en la sala de espera, aunque sentí su energía con mucha claridad. Era como si hubiera reconocido su alma mucho antes de conocernos. Y sí, resultó ser el hombre adecuado, aquel que en lo más profundo de mi ser sabía que estaba destinada a conocer. También sentí la presencia de nuestros hijos; los percibí antes de que llegaran«, reflexionó.
«Cuando mi futuro comenzó a desarrollarse, lo sentí como un recuerdo profundo, más que como una sorpresa. Era como si la vida confirmara lo que ya había visto antes«, acotó.
Por otro lado, la mujer aseguró que quiere vivir mucho tiempo más y que no le tiene miedo a la muerte.
«Haber estado a punto de morir fue uno de los mejores regalos que recibí: Me enseñó lecciones de vida tan valiosas (…) No querría volver a cómo eran las cosas antes: ya no vivo con miedo, sino con amor y valentía. La muerte ya no me da miedo porque sé lo que me espera al otro lado. Que mi hora llegue cuando tenga que llegar», opinó.
