Viñedos y costos de energía.
La energía cara, la distancia y la protección de la marca “Patagonia” se convirtieron en las tres grandes preocupaciones del sector vitivinícola patagónico. Así lo plantearon representantes de bodegas neuquinas en una reunión con autoridades provinciales, donde también se definió una agenda común para exigir respaldo de Cancillería.
“Mi factura eléctrica suele ser mucho más cara que la de otra bodega de iguales características en Mendoza”, afirmó Ana Viola, presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia, y referente de bodega Malma, en diálogo con medios regionales.
Viola detalló que el riego mecanizado y la defensa contra heladas requieren bombas eléctricas, lo que incrementa de forma sostenida los costos operativos. Según sus cálculos, la energía representa casi el 6% del costo total de una botella.
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La propuesta incluye gestionar una ampliación de la red de gas natural. Las bodegas hoy dependen del gas envasado para controlar la temperatura en tanques, algo que podría cambiar si se instala una planta reductora en cercanías del gasoducto troncal.
“Estamos lejos de los proveedores y también de los centros de gran consumo”, recordó Viola. Las distancias encarecen el acceso a insumos como botellas, corchos y etiquetas, además de ralentizar los tiempos logísticos.
Pero la disputa más compleja ocurre en el plano internacional. Las bodegas patagónicas contrataron un estudio privado para vigilar en tiempo real cualquier intento de registrar vinos con el nombre “Patagonia” sin cumplir con la Indicación Geográfica.
“Cuando se detecta una alerta, tenemos la posibilidad de oponernos”, explicó Viola, que también advirtió sobre un conflicto vigente con la firma chilena Concha y Toro en tribunales de Estados Unidos. El grupo busca utilizar la marca en un producto que, según los bodegueros argentinos, induce a error al consumidor.
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Viola recordó que en Chile la Patagonia no existe como unidad política, y que el uso del término por parte de empresas trasandinas “es un intento de engaño al consumidor”. Por eso exigen que Cancillería se involucre en la vigilancia de la “clase 33”, donde se registran bebidas alcohólicas en organismos internacionales.
En 2020, las provincias y el Gobierno nacional lograron registrar el Emblema Nacional Patagonia ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Ese avance, sin embargo, aún necesita respaldo activo para frenar intentos de apropiación de la marca.
“Vamos a tener una reunión con Cancillería y representantes provinciales para definir los próximos pasos”, anticipó Viola.
Desde el Gobierno neuquino, el ministro Guillermo Koenig aseguró que acompañarán las gestiones: “Esta actividad genera trabajo y riqueza para la provincia, vamos a estar presentes en cada instancia”, afirmó.