
Buenos Aires. – Lo que comenzó como una operación de rutina para su negocio se convirtió en una pesadilla que ya lleva casi dos meses. Un emprendedor argentino, cuyo nombre mantenemos en reserva para proteger su identidad, denuncia estar viviendo un calvario luego de que Ualá, una de las fintech más populares del país, le bloqueara su cuenta de empresa Ualá Bis con $5.000.000 (cinco millones de pesos) en su interior.

El bloqueo, según relata el afectado, fue inmediato. Ocurrió el pasado 19 de junio, justo después de depositar el dinero destinado a la operatoria de su comercio. Desde ese día, no pudo volver a acceder a sus fondos. «Necesito me devuelvan mi dinero. Me bloquearon y nadie responde hace más de 40 días», se lee en uno de los primeros mensajes que envió al chat de soporte de la aplicación, al que este medio tuvo acceso.
Lo que siguió fue un frustrante intercambio con un sistema de respuestas automáticas que parece diseñado para dilatar y no para resolver. En las capturas de pantalla de la conversación, se observa cómo el bot de Ualá responde con preguntas genéricas: «¿Podés contarme un poco más sobre la situación? ¿Te bloquearon la cuenta de Ualá o se trata de un consumo o transferencia que no reconocés?».

La desesperación del usuario escala con cada mensaje. «Ni siquiera puedo transferir, me bloquearon todo. Tengo que asistir a una persona enferma de urgencia, ¡devuélvanme por favor!», implora en el chat, poniendo en evidencia no solo el perjuicio comercial sino también el impacto personal de la situación.
A pesar de la urgencia, la respuesta del sistema no varía. El usuario, sintiéndose estafado, llega a escribir acusaciones directas como «Ustedes me bloquearon mi cuenta, son unos chantas, la estarán trabajando por fuera» y «Ualá Me está robando».
La respuesta final del chatbot es la que sella la impotencia del cliente: «Para poder resolver tu consulta, tengo que derivarte con un agente especializado pero en este momento estamos fuera del horario de atención. Podés volver en otro horario para tener atención en vivo o dejarnos tu consulta y un agente te contactará por mail». Ese contacto, asegura el emprendedor, nunca se concretó de manera efectiva.

Este caso no es un hecho aislado. En redes sociales y foros de consumidores abundan reclamos similares contra diversas fintech que, amparadas en protocolos de seguridad y prevención de lavado de activos (AML), bloquean cuentas de forma preventiva. Sin embargo, el problema central que denuncian los usuarios es la nula comunicación y la falta de un plazo de resolución claro, dejando a las personas y a sus negocios en un limbo financiero.
Mientras tanto, este emprendedor sigue esperando una respuesta humana. Su dinero, esencial para el funcionamiento de su negocio y para afrontar urgencias personales, sigue retenido en una cuenta a la que no puede acceder. Su historia es un reflejo de la vulnerabilidad de los usuarios en el nuevo ecosistema digital, donde la eficiencia tecnológica choca de frente con la ausencia de un soporte al cliente capaz de resolver problemas complejos y urgentes.

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