
Barcelona
De tanto en cuanto aparece el triste anuncio de que cierra algún comercio centenario en la ciudad de Barcelona. Por un motivo en concreto o por causas múltiples: ya sea por el monocultivo turístico, la subida del alquiler o la falta de relevo generacional. Así que cuando una tienda cumple un siglo de vida se puede considerar una proeza en estos tiempos que corren. La tienda de ropa Arc Iris de la Vila de Gràcia sopla velas este año entrando en el selecto club de comercios centenarios de la ciudad. En el corazón de Gràcia, en el número 198 de la calle Gran de Gràcia en la esquina con la plaza de Trilla, este establecimiento, especializado en ropa de hombre en camisas y corbatas, ha vestido durante generaciones a sus vecinos.

Joana Candell y Josep Capdevila son la tercera generación familiar al frente del negocio
Ana Jiménez / Propias
Una placa en la fachada recuerda que funciona desde 1925. También destaca su característico rótulo que forma parte del paisaje urbano de la ciudad. El nombre del local se debe a una revista de época que trataba temas de moda. La tienda empezó con la venta de medias y calcetines hace un siglo, a pocos metros de donde están ahora, en el número 155 de la calle Gran de Gràcia. A los diez años de permanecer abiertos, se trasladaron a su actual ubicación. Los pioneros fueron Josep Riera y Joana Obré, los abuelos de Joana Candell, actual propietaria y tercera generación de la saga familiar, quien comparte el negocio con su marido Josep Capdevila.
Este comercio solo ha cerrado a lo largo de su historia un par de meses, y fue por la pandemia. Durante la Guerra Civil siguió con su actividad. El actual local también sirvió como vivienda familiar. Y donde hoy está el escaparate de la plaza de Trilla con los maniquíes vestidos, antaño fue la ventana del comedor. De hecho, la actual responsable, quien nació aquí igual que su hermano, rememora que su madre, Montserrat Riera, cuando era joven y estaba sentada en lo que era antes el salón, vio por la ventana salir de una trampilla en la plaza de Trilla a un miliciano con una metralleta. La guerra había empezado.

La tienda está especializa en camisas y corbatas
Ana Jiménez / Propias
Joana estudió turismo aunque nunca ejerció de ello. Tras casarse con su marido, con veinte pocos años, decidieron dedicarse al negocio familiar, aunque ella desde pequeña ya estaba implicada. Su pareja, Josep de 70 años, empezó a estudiar químicas, pero cambió las fórmulas por la moda: “La primera vez que vi una camisa fue aquí. Nos adaptamos y hemos disfrutando trabajando”. “Son muchas horas y es muy sacrificado, pero cuando trabajas a gusto no cuentan las horas”, añade Joana.
Esta inquebrantable relación laboral y de amor cuenta con un precedente similar en la familia. La madre de Joana y anterior propietaria, se casó con el aprendiz, su padre, Francesc Candell. Todavía conservan el primer contrato de cuando él empezó a trabajar en el establecimiento.

Fotografía en la que se ve las dos tiendas a cada lado de la plaza de Trilla
Archivo tienda Arc Iris
En 1981, Arc Iris inauguró una segunda tienda en el barrio, al otro lado de la plaza, especializada en ropa infantil, pero hace unos cuatro cerró sus puertas. En el actual local se vende todavía este tipo de prendas personalizadas y pintadas a mano. Además de la calidad del género, explican que algunas de las claves del éxito para alcanzar el siglo de vida han sido su trato personalizado y su vínculo con el barrio.

Esta tienda que alcanza el siglo de vida ha sido un referente comercial en la Vila de Gràcia
Archivo tienda Arc Irs
En cuanto al futuro, sus hijas, Mireria y Clara, vivieron el negocio desde pequeñas y les gusta aunque se han dedicado a otras profesiones. “Tenemos fuerzas y ganas para continuar. Cuando se acabe, se acabará. Si queda un buen recuerdo, ya estaremos satisfechos. Ahora no nos los planteamos”, concluye Joana, con 69 años. Como dice ella, a partir de los 100 años de Arc Iris, ahora le siguen los puntos suspensivos.