El miércoles 13 de agosto marcó un capítulo clave en la larga y dolorosa batalla judicial que Julieta Prandi sostuvo contra su exmarido, Claudio Contardi. El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana lo condenó a 19 años de prisión, con detención inmediata, por abuso sexual con acceso carnal reiterado, violencia psicológica y amenazas.
El juicio había comenzado la semana pasada, tras años de denuncias, audiencias y una férrea determinación de la modelo por llevar su historia hasta las últimas consecuencias. La fiscalía había solicitado una pena de 20 años, mientras que la querella, representando a Prandi, había pedido 50.
Durante las audiencias, Julieta recordó con crudeza cada uno de los episodios de violencia y abuso que denunció haber vivido en manos de Contardi. Él, por su parte, negó todos los cargos. Pero la prueba y los testimonios presentados durante el proceso inclinaron la balanza hacia una sentencia condenatoria.
Horas antes de conocer el fallo, Prandi se mostró firme y segura frente a los medios. Desde la puerta de su casa, lista para dirigirse a los tribunales, expresó: «Estoy segura, lo siento y lo sabe todo el mundo», en relación a la condena que esperaba para su exesposo. Y pidió a viva voz que los jueces aplicaran una «sentencia ejemplificadora».
En diálogo con A24, admitió: «Estoy con mucha ansiedad y mucha angustia, necesito escuchar la sentencia. Ya no puedo reflexionar más, espero que hayan reflexionado los jueces como para tomar una decisión y dar una sentencia ejemplificadora. Es lo único que estoy pidiendo».
Consultada por las penas posibles, fue categórica: «20 años o más. Estoy segura, lo siento y lo sabe todo el mundo».

En medio del desgaste emocional que implicó este proceso, la conductora y modelo se tomó un momento para agradecer el sostén recibido: «Emanuel (Ortega) es de fierro, es increíble, es mi sostén, es mi amor, es el amor de mi vida», declaró visiblemente emocionada.
La familia de Julieta también vivió la jornada con intensidad. Cristina Damiano Caballero, su madre, acompañó desde el inicio y se mostró esperanzada: “Durante estos últimos días estuvimos con seguridad”. Sobre su exyerno, fue contundente: «Es una persona muy peligrosa. Fueron muchos años de padecimiento, mucha distancia entre nosotros. Perdimos cinco años de disfrutar a Julita y a los nenes».
La lectura del veredicto
El momento de la lectura del veredicto estuvo cargado de tensión. Cuando se escuchó la condena de 19 años, Julieta aún no había llegado a la sala.
Esta resolución, que implica la detención inmediata de Contardi, cierra una etapa judicial pero abre otra: la de la reconstrucción personal y familiar. Para Julieta, el camino de la denuncia se transformó en bandera, y su caso se convirtió en un ejemplo de resistencia frente a la violencia de género.
Con el fallo ya firme, la modelo dejó en claro que su lucha no fue solo por ella, sino también por sus hijos, Mateo y Rocco, y por todas las mujeres que atraviesan situaciones similares en silencio. Porque, como repitió a lo largo del proceso, «la verdad siempre sale a la luz».