La acción individual de Raúl, por la nula participación del resto de la comunidad, sin dudas es un compromiso social por la defensa de los derechos colectivos.
Que los miércoles los medios de comunicación porteños muestren como las “fuerzas de seguridad” reprimen a jubilados y jubiladas que se manifiestan en inmediaciones del Congreso, es un clásico que indigna.
A 700 km. de aquellas imágenes que duelen, el derecho a la protesta es ejercida de manera solitaria por un vecino de nuestra ciudad: Raúl Sosa, “El artesano”, un jubilado de 69 años. Su historia, desconocida hasta hoy, tomó estado público esta mañana, en diálogo con Walter Godoy en el programa Punta Noticias Radio (lunes a jueves de 7 a 9hs. por Mega 97.5MHz).
“Por lo general voy entre las 2 y 3 de la tarde. A veces un poco antes, depende. Porque salgo a caminar, para mantener lubricadas las articulaciones, como todo jubilado”, contó.
La presencia de “El artesano” quizás haya pasado inadvertida en todo este tiempo porque no lleva pancarta o bandera que llame la atención al resto de los vecinos.
“No llevo ningún cartel. En su momento, cuando militaba, solía ir con carteles al Concejo Deliberante para reclamar por una garrafa social, por las facturas de agua o la luz”, comentó.
Y agregó: “Todo el mundo usa redes sociales ahora. Por redes sociales yo reclamo. Se ve que la gente está bien porque nadie reclama. Yo sé que mucha gente está mal”.
“Nadie reclama. Solamente cuando me encuentro con alguna persona pensionada o jubilada, me dice, viste que la plata no alcanza. Pero nadie sale a manifestar su malestar”, sostuvo.
Nos sobran los motivos. La acción individual de Raúl, por la nula participación del resto de la comunidad, sin dudas es un compromiso social por la defensa de los derechos colectivos.
“A las 2 de la tarde voy, me quedo parado frente al mástil (de la Plaza Gral. Belgrano). Veo pasar los autos y algún conocido me toca bocina, pero no llevo carteles. El tema es que la gente piense, porque hay cosas que no están bien”, insistió.
En este sentido, enumeró diferentes situaciones negativas que la clase pasiva debe enfrentar para poder vivir. Algunas de ellas: “Los medicamentos no se pueden comprar, la canasta familiar de un jubilado es arriba del millón de pesos y está ganando $300 mil, la obra social IOSFA que no funciona. O sea, no me alcanzan los dedos de las dos manos para contar los motivos para reclamar. Hay muchos motivos en Punta Alta como en el resto del país, pero no sé por qué la gente no se manifiesta”.
Mientras la mayoría lo mira por TV, lejos del gas pimienta, las corridas o los golpes, Raúl reconoció sentir “mucha rabia” por la agresión que sufren sus pares en Buenos Aires, tal como lo muestran los canales de televisión en directo, casi todas las semanas.
“En el gobierno de Carlos Menem quedé desocupado cuando privatizaron la empresa donde trabajaba. Participé de los primeros piquetes en Cutral Co y en Neuquén. También fui apaleado y gaseado. Tengo un par de cicatrices de bala de goma en las piernas y me da mucha bronca porque sé lo que se siente estar frente a esa represión reclamando un derecho”, recordó.
Este miércoles no fue la excepción. “El artesano” concurrió como casi todas las semanas a la plaza principal de Punta Alta. Esta vez no estuvo solo. “El miércoles que viene voy a volver”, anticipó.
La entrevista con Raúl Sosa en Punta Noticias Radio se puede escuchar arriba.