CÓRDOBA (especial para LA NACION).– Recorrieron 3167 kilómeotros para estar allí y no merecían menos. Finalizado el entrenamiento del viernes en el estadio, el último antes del partido, unos 40 chicos de las divisiones formativas de Ushuaia Rugby Club esperaban a sus ídolos de los Pumas para sacarse una foto o volverse con un autógrafo en la camiseta. Uno por uno, todos tuvieron su premio de todos los jugadores. Rodrigo Isgró, uno de los últimos en subirse al Chevalier, no encontraba espacio dónde firmar. El azul y rojo característico del equipo fueguino debería incorporar ahora el negro con que los tiñó el fibrón. A 11 años de su última presentación aquí, el regreso de los Pumas a Córdoba se anticipa como un acontecimiento único.
El partido con los All Blacks, este sábado a las 18.10 en el estadio Kempes por la primera fecha del Rugby Championship 2025, es sin dudas el más esperado del año para el público argentino. Previamente, a las 12, en el Ellis Park, en Johannesburgo, Sudáfrica, el defensor del título se medirá con Australia.
En 2023 se tomó la auspiciosa medida de sacar este duelo del ámbito de la Capital, reducto exclusivo en la totalidad de los enfrentamientos anteriores. La llegada a esta ciudad, en el corazón geográfico de la Argentina, con sus atractivos turísticos y en medio de un fin de semana largo, propició una explosión de rugby. Hasta el viernes a la noche sólo quedaban unas 1500 plateas Artime (a 180.000 pesos) para completar la capacidad habilitada de 57.000 espectadores. La ocupación hotelera de alta gama está colapsada.
Los Pumas llegaron con 10 días de anticipación y tuvieron sobradas oportunidades de embeberse del calor local. Pero también, y más importante, de preparar con tiempo un partido de esta envergadura. Con el antecedente de un 2024 prolífico, la misión de los dirigidos por Felipe Contepomi y es dar un paso positivo en su evolución. De lograrlo, se garantizan al menos ser competitivos, lo que no es poco ante el equipo más poderoso de la historia de este deporte.
Las claves para los Pumas
Los All Blacks perdieron ese aura de invencibilidad que los galvanizó durante años. Pero siguen teniendo jugadores de elite en todas las posiciones y esa capacidad de liquidar el partido en un par de jugadas. De allí a que una de las claves para los Pumas será la de no perder la concentración, absorber los golpes que puedan recibir y reponerse con rapidez. Aceptar, incluso, que pueden ser dominados durante la mayor parte del partido, pero sin claudicar. Después, hay factores que son obvios: imponerse en el contacto físico, ser inteligentes en el uso del pie y clínicos en ataque. El scrum fue deficiente en julio y necesita corregirse para que no sea un factor de desequilibrio. Los All Blacks no lo utilizan habitualmente como arma… excepto que identifiquen que allí tienen una ventaja.
“Jugamos contra uno de los mejores equipos del mundo”, aceptó Felipe Contepomi. “Va a ser un partido totalmente físico, muy dinámico. Si queremos estar en partido hay que llevarlo hasta el último minuto. Vamos a intentar atacarlos, y cuando ellos se nos vengan, poder estar con urgencia para defender y recuperar la pelota. Son un equipo muy peligroso con la pelota. Tienen potencia, velocidad, buenas destrezas, buen juego. Los All Blacks tradicionalmente, y este equipo no es la excepción, es un equipo muy difícil de jugarle por todas esas variables que tienen”.
Tras la victoria ante British & Irish Lions, la ventana de julio no fue prolífica en resultados ni rendimiento para los Pumas a causa de notorias ausencias, pero sí sirvió para ampliar la base. Ello, sumado al regreso de varias figuras que descansaron en el primer segmento del año, le permite al equipo llegar casi en plenitud. La calidad de algunos jugadores que se quedaron en el banco, y aun fuera de los 23, refuerza esta afirmación. Contepomi apostó por un pack más pesado que dinámico y dejó entre los suplentes varios que pueden obrar como jugadores “de impacto”.
El ciclo de Scott Robertson no había comenzado de manera sólida, pero se fue consolidando con el correr de los partidos. Viene de tres éxitos ante un equipo B de Francia que no es parámetro, pero sí su rendimiento ascendente. La baja del medio-scrum Cam Roigard es la única relevante.
Haber derrotado a los tres rivales del sur en el Championship el año pasado elevó el status de los argentinos. Pelear el título hasta la última fecha resultó revitalizante. A fuerza de un rugby atractivo, para más mérito. Con aspectos por corregir o, mirando la otra mitad del vaso, con margen para crecer. Ése es el objetivo de este año, y el certamen hemisférico es el momento indicado para plasmarlo.
“Sabemos lo que somos capaces de dar. Si llevamos a cabo lo que entrenamos en la semana, le podemos ganar a cualquiera”, apostó el segundo centro Lucio Cinti tras el captain’s run en el Kempes, sin esquivarle a la posibilidad de volver a acariciar el título: “Es nuestro objetivo”.
En 2020, los Pumas cortaron el maleficio y vencieron por fin a los hombres de negro por primera vez en la historia. Repitieron, cuatro partidos más tarde en 2022, y lo volvieron a hacer en 2024, otra vez al cuarto encuentro. Los astros no están alineados esta vez, con un solo partido luego de la última victoria en Wellington, en un año impar… y en casa. Mejor no creer en las matemáticas. Vencer a los All Blacks como locales sigue siendo una barrera por franquear.
Los chicos de Ushuaia ya tienen sus souvenirs. Sólo resta regalarles un triunfo.