El ambicioso plan se enmarca en el Programa de Desarrollo de Submarinos (PROSUB), una iniciativa estatal que incluye la construcción de cuatro submarinos convencionales de la clase Scorpene.

Brasil es el único país de América Latina que está incorporando un arma que genera inquietud entre las potencias mundiales: el submarino nuclear.
El plan de Brasil se enmarca en el Programa de Desarrollo de Submarinos (PROSUB), una iniciativa estatal que incluye la construcción de cuatro submarinos convencionales de la clase Scorpene.

Además, el desarrollo del primer submarino de propulsión nuclear, denominado SN Álvaro Alberto (SN-10), en honor al vicealmirante pionero de la energía nuclear en Brasil.
El potente submarino SN Álvaro Alberto tendrá un desplazamiento cercano a 7.000 toneladas, con 100 metros de eslora y 9,8 metros de manga.
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Su monocasco diseño incorpora tecnologías avanzadas, incluyendo un reactor nuclear de fabricación nacional que genera aproximadamente 64.000 caballos de potencia, permitiendo alcanzar velocidades de hasta 25 nudos sumergido y operar a profundidades de 350 metros.
La construcción se lleva a cabo en el astillero Itaguaí Construções Navais (ICN), en Río de Janeiro, con apoyo tecnológico y transferencia de conocimiento de Francia.
¿Cuál es el estado actual del submarino nuclear de Brasil?
El complejo proceso de construcción del submarino nuclear comenzó de manera formal en 2023 con el corte de acero para la sección experimental del casco resistente, destinada a validar procesos de fabricación críticos.
En 2024, empezó la construcción de la sección que albergará la planta nuclear, la más compleja del casco. En paralelo, se desarrolla el prototipo del reactor naval en tierra, en el Laboratorio de Generación de Energía Nuclear (LABGENE), con su entrega prevista para 2025.

El programa oficial prevé el lanzamiento al agua del submarino entre 2029 y 2031, y su entrada en servicio operativo entre 2032 y 2035. Sin embargo, el programa sufrió retrasos debido a desafíos técnicos y financieros que podrían retrasar su estreno.
De esta manera, Brasil se prepara para entrar en un escenario global cada vez más competitivo, listo para enfrentar los desafíos de una posible Tercera Guerra Mundial con un arma que inquieta a las principales potencias mundiales.