ESPN.com
17 de ago, 2025, 08:30
“Sale Lisandro López, hace su debut en la Selección Argentina Lionel Messi, señores”, destacaban los narradores a los 18 minutos del segundo tiempo del amistoso ante Hungría.
Como Diego Armando Maradona, Leo tenía sus primeros minutos en la Mayor en un amistoso ante ese seleccionado europeo. Mismo rival, mismo contexto. Diego debutó en La Bombonera, a Messi le tocó en Budapest.
Si bien ambos partidos terminaron con victoria Albiceleste, el de Lionel Messi no fue del todo grato para él. Apenas duró menos de un minuto, en realidad ¡43 segundos en cancha!
Ya en la semana previa no se hablaba de otra cosa que no fuera del debut del rosarino en aquella Selección de José Pekerman.
La Pulga venía de ganar el Mundial Sub 20 en Países Bajos con el seleccionado argentino, siendo figura y goleador del certamen. Entonces todo el mundo futbolero aguardaba expectante que llegara el ansiado bautismo de Lionel con la casaca de Selección Argentina mayor. Era 17 de agosto de 2005, una fecha para recordar.
Aquellas, para algunos “odiosas”, comparaciones con Maradona ya eran moneda corriente. Zurdo, habilidoso, con perfil más bajo, pero tocado con la misma barita mágica que Diego.
“Toqué dos pelotas, creo”, analizó unos años más tarde Leo, aun resignado, en declaraciones televisivas.
Y continuó cuando le volvían a mostrar la jugada: “A lo sumo era amarilla eso. No lo toco. Tenía 18 años yo. Lo primero que pensé es ‘entré y me echaron, no vuelvo nunca más’. Se te cruzan un montón de cosas por la cabeza, ese día fue terrible”.
El alemán Markus Merk fue el árbitro de aquel partido, el responsable de que el debut de un Leo de 18 años terminara así.
Franco; Scaloni, Ayala, Heinze, Sorín; Lucho González, Bernardi, Maxi Rodríguez; D’Alessandro; Crespo y Lisandro López fueron los once que saltaron al campo en aquella oportunidad.
Los minutos pasaban y ganaba la ansiedad por ver el purrete rosarino que la rompía toda.
Leo tocó tres pelotas en 43 segundos hasta que el jugador húngaro Vilmos Vanczák se interpuso y “sobreactuó” para algunos.
Messi recibió de Bernardi, intentó ir para adelante a pura velocidad, pelota al pie, Vanczák lo tomó de la camiseta y, en su instinto natural de sacárselo de encima, dejó volar el brazo derecho. Merk no dudó y le sacó la roja. Así, como si nada. Decidido.
Tocalli, ayudante de Pekerman en aquel entonces, recordó: «En ese momento vimos que ni lo había tocado, por ahí un poquitito después de verlo tantas veces. Lo primero que hicimos fue llegar al hotel y mirar la jugada. Nosotros nunca protestamos a un árbitro ni hicimos gesto. Fue una decisión y tuvimos que aceptarla, pero ni lo tocó«.
Lo concreto es que un jovencito Lionel dejaba el campo desahuciado, triste, como no entendiendo lo que pasaba. Atrás de él, Sorín, Scaloni, Heinze, entre otros, iban a la caza de Markus Merk.
Según se supo con el tiempo, Messi estuvo más de treinta minutos entre lágrimas y bronca en el vestuario. Se duchó para bajar las revoluciones y, entre Tocalli y el cuerpo médico, le dijeron lo que necesitaba escuchar: «Son cosas del fútbol. No vamos a cambiar la opinión que tenemos sobre vos y vas a estar con nosotros en el próximo partido».
Tras la victoria, llegaron sus compañeros y los referentes lo contuvieron. Messi estaba destinado a tener otra historia con su Selección y esto era solo un inicio. Doloroso, pero así se escribían las cosas.
Cada vez que se le consulta, Lisandro López señala que quedó en la historia por haber salido para que Messi hiciera su debut. “Quedé en todos los libros anotado. No toqué una pelota en ese partido, pero Leo entró por mí”, rememoró el ex-Racing en 90 Minutos de Fútbol.
“Le hice el pase y lo echaron, je. Me hizo quedar en la historia. Messi lloraba en el vestuario y nosotros le decíamos que se quedara tranquilo porque su futuro estaba asegurado. Era distinto«, recordó Lucas Bernardi en el programa radial Ataque futbolero.
Claramente otro que quedó en la historia, aparte de Messi, fue el tristemente célebre Markus Merk.