A los 30 años, Agus Agazzani vive su etapa más plena y auténtica. Puede escribirle un poema a la adultez y leerlo en su programa de streaming, o animarse a subir a sus redes un crudo de un casting donde confiesa hasta dónde estaría dispuesta a llegar por sus sueños. Multifacética –título que, reconoce, le ha traído más de un prejuicio–, empezó en el modelaje a los 14 años.
La ambición la llevó a Estados Unidos, donde vivió cuatro meses explorando nuevos horizontes laborales, protagonizó campañas para Zara y desfiló en el New York Fashion Week a pesar de medir 1,63 metros, un hecho casi impensado en el universo de las modelos altísimas. Luego se instaló en Los Ángeles, donde encontró su nicho en la moda comercial.

Pero su verdadera brújula siempre apuntó a la actuación. Comenzó a formarse a los 15 años en comedia musical en la Academia Musical Córdoba, pasó por seminarios con Ricky Pashkus, sumó estudios de actuación frente a cámara y cine en Buenos Aires, y se entrenó en teatro con Moni Bruni. El público la vio brillar en El Encargado, aunque ella todavía sueña con conquistar todas las miradas y las grandes audiencias esperen “su próxima palabra”.
Persistente con su deseo, hoy puede decir que las negativas que recibió en los castings la hicieron más fuerte y la llevaron a romper sus propios límites, lo mismo que la exposición que la llevó a tomar medicación. Sobre ese viaje al abismo, su discreta historia de amor, sus viejos escándalos bajo la perspectiva actual y su dinámico presente, conversa con GENTE.

–Tu presente está entre el teatro (Juzgamos pero no escuchamos) y el streaming (Para eso estamos, por Eltreceprende): ¿qué te está dando cada uno a nivel artístico que el otro no puede darte?
–Aunque parezcan dos mundos muy distintos, para mí no están tan alejados. En ambos soy un personaje expresando un guion o una opinión. Siento que ambos me dan la posibilidad de poder expresarme, y eso es todo lo que puedo pedir como artista.
–Estás protagonizando una obra que da que hablar. ¿Cuál fue la escena o el momento que más te desafió?
–Todo mi personaje me genera un desafío, porque piensa y dice cosas que yo juzgaría y jamás diría. Además de su tono de voz insoportable pero, principalmente, el monólogo, donde cuento la historia de mi personaje y porqué es como es, es mi momento favorito y más desafiante, porque después de mostrarle al público un personaje totalmente banal, en ese momento tengo que lograr llegar a los corazones de todos lo ahí presentes.

–A propósito del título de la obra (Juzgamos pero no escuchamos), ¿por qué cosas creés que más te suelen juzgar?
–Por mi físico. Me gusta pensar que estamos en una sociedad en evolución, pero todavía abunda mucho pensamiento machista, tanto en hombres como en mujeres que, al ver a una mujer linda, inmediatamente solo la encasillan en linda. Muchas veces, a la hora de hacer un casting me han hecho el comentario de “¿pero vos no eras modelo?” Como si eso impidiera que pudiera actuar también.
–Como tu personaje Laura, ¿vos también soñás con casarte? ¿Como te imaginás ese momento?
–Sííí, mi proyecto de familia es tan real y fuerte como todo lo laboral. Me parece asombroso imaginarme de viejita con una mesa llena los domingos y al lado de mi compañero.
–El streaming te expone en tiempo real, sin edición. ¿Te sigue costando mostrarte tan auténtica o ya aprendiste a convivir con esa vulnerabilidad pública?
–Al principio me daba un poco de miedo, como todo lo nuevo, pero ya no. Soy auténtica y no le tengo miedo a ninguno de los pensamientos de mi cabeza que puedan llegar a salir de mi boca. Fue lo primero que me dije y tuve claro al empezar esta nueva faceta en mi carrera.
–¿Cómo manejás la línea fina entre tu intimidad y la exposición cuando hablamos de lo sentimental?
–Mi pareja no tiene nada que ver con el medio, así que lo muestro lo justo y lo necesario. Prefiero evitarlo por respeto a su mundo y al mío. Al menos por ahora es así.

–Si hablamos de los viejos escándalos… ¿hay alguno que hoy veas con humor y digas “¿en serio me preocupé por esto?”
–Todos. No entiendo que tenía de “escandaloso” estar soltera y salir con el que tenía ganas. Volvería el tiempo atrás y me secaría todas las lagrimas que derramé por creerme la peor simplemente por leer comentarios de gente que no me conocía. Llegué a tomar medicamentos por la tristeza que me generaron esos comentarios.
–¿Qué aprendiste de tu relación con la prensa después de haber sido titular por razones que no siempre tenían que ver con tu trabajo?
–Que al final de todo es trabajo.

–Hay quienes dicen que con la madurez se pierde intensidad. En tu caso, ¿qué responderías?
–El que dijo eso que me venga a ver las noches de insomnio donde no paro de pensar que más puedo hacer para seguir creciendo en mi carrera y no quedarme atrás. Estoy segura que no lo piensa más jajaja.
–Si hoy pudieras enviarle un mensaje a tu “yo” de hace unos años atrás, justo en medio del caos mediático, ¿qué le dirías?
–Hacelo peor y disfrutá del caos. Es la cima del mundo que elegiste.
Fotos: gentileza A.A. Agradecemos a Agencia Pura.