Tras distintos indicios de que la soledad es un fenómeno que alcanzó niveles preocupantes en Corea del Sur, el Gobierno de ese país decidió tomar cartas en el asunto.
Luego de varios estudios, decidió crear las «tiendas de conveniencia», que constan de lugares físicos adonde las personas pueden asistir para conversar con otras o simplemente para gozar de ciertas comodidades y entretenimientos.
La medida tuvo un impacto mayor al esperado, y otros países, que han implementado políticas similares, la observan con interés.
La soledad, un problema alarmante
Hace tiempo que Corea del Sur dejó atrás su pasado como nación agraria devastada por la guerra y se convirtió en una economía desarrollada.
Décadas atrás, en sus ciudades, era común ver familias de más de seis hijos que vivían bajo el mismo techo. Pero con los años, ocurrió una masiva migración hacia las ciudades, lo que redujo las composición familiar y trasformó a lugares como Seúl en metrópolis en expansión.

En dicha localidad, la vivienda inasequible, el aumento de los costos y las jornadas laborales extenuantes han llevado a que cada vez más jóvenes rechacen el matrimonio, la paternidad o ambos.
Además, aunque todo ello no fuera así, algunos adolescentes deciden retraerse de la sociedad de forma voluntaria, con el propósito de alejarse de las exigencias y el trato con otros.
Un estudio de 2022 reveló que aproximadamente 130.000 jóvenes (de entre 19 y 39 años) de Seúl están aislados socialmente. También encontró que la proporción de hogares en los que vive una sola persona alcanza casi el 40%.
Estos datos alarmaron al Gobierno, que tiene el objetivo de revertir la caída de las tasas de matrimonio y natalidad.
A pesar de ello, lo que realmente asustó a las autoridades fue el creciente número de «muertes solitarias»: personas que fallecían en soledad y sus cuerpos eran encontrados muchos días después, ya que nadie los reclamaba.
Además, una encuesta nacional de 2023 reveló que, en dicho país, un tercio de los adultos no tienen a quién pedir ayuda con las tareas del hogar o con quién hablar cuando se sienten tristes. Por tanto, antes de las tiendas, el primer paso del Gobierno fue abrir una línea telefónica directa para aquellos que necesitan hablar con otra persona.
El sorprendente éxito de las «tiendas de conveniencia» en Corea del Sur
En marzo de 2025, el Estado coreano construyó lo que denominó «tiendas de conveniencia»: lugares físicos para que concurran las personas que se sienten solas, y puedan compartir momentos con otras.
La elección del nombre es un intento deliberado de distanciarlas de las clínicas psiquiátricas. Esto resulta clave en Corea, donde aún existe un estigma cuando se trata de pedir ayuda en temas de salud mental, especialmente entre las personas mayores.
El área escogida para llevar a cabo la construcción fue el distrito de Dongdaemun-gu, en el este de Seúl, pues allí hay muchos hogares de bajos ingresos, que son más propensos a tener integrantes que viven en soledad.
Este proyecto estimaba que los nuevos lugares recibieran 5000 personas durante todo 2025. Sin embargo, en agosto, esa cifra ya fue superada holgadamente, lo que demuestra el tamaño del problema de la soledad en Seúl: 20.000 personas han visitado al menos cuatro «tiendas de conveniencia» desde que estas abrieron.
Las tiendas están diseñadas para ofrecer un ambiente cálido, similar al de una cafetería. Al ingresar, las personas completan un breve cuestionario sobre su estado de ánimo y condiciones de vida.
Tras ello, pueden sentarse a comer el clásico plato de fideos «ramen», ponerse a ver una película o simplemente recostarse en un sillón de masajes automáticos. Pero lo más importante: tienen la posibilidad de interactuar con otras personas que viven la misma situación.

La medida tomada por el Gobierno coreano, si bien es innovadora, no constituye la primer acción a nivel mundial para abordar esta temática.
La soledad parece ser una problema global. En 2018, Reino Unido nombró un «ministro para la soledad», medida que fue copiada por Japón, en donde el aislamiento social se conoce como hikikomor, en febrero de 2021.