La inflación mayorista se aceleró en julio y registró un incremento de 2,8%, lo que implicó una suba superior a la del mes previo (1,6%) y al Índice de Precios al Consumidor (IPC), que avanzó 1,9% en igual período. El resultado respondió al impacto de la devaluación del tipo de cambio oficial mayorista, que subió 14% en el mes.
De acuerdo con el Indec, los productos importados encabezaron los aumentos con un alza de 5,7%, seguidos por los productos agropecuarios nacionales, que treparon 4,2%. En el segmento de origen local, también se destacaron las subas en sustancias y productos químicos (4,9%), productos refinados del petróleo (3,9%), vehículos (3,7%) y máquinas y aparatos eléctricos (6,1%).
En términos interanuales, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) acumuló una suba de 20,9%, mientras que en los primeros siete meses del año el alza fue de 12,3%, por debajo del 17,3% que mostró la inflación minorista.
En paralelo, el Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor (IPIB) y el Índice de Precios Básicos del Productor (IPP) registraron incrementos de 3%, impulsados tanto por productos nacionales como importados.
Si bien la escalada del dólar presionó sobre los precios mayoristas, en el caso del IPC el traslado a góndola fue acotado y predominó el impacto de factores estacionales, como vacaciones de invierno, y ajustes en precios regulados, entre ellos transporte, colegios, prepagas, tarifas y comunicaciones.
La inflación fue del 1,9% en julio y del 36,6% en los últimos doce meses