Hay algo especial en estrenar material escolar: el olor a cuaderno nuevo, la suavidad de las hojas en blanco y la ilusión de darlo todo en un nuevo comienzo; de que nuestra historia, un año más, está por escribirse. Elegir mochilas, estuches, libretas o bolígrafos no es solo un trámite, sino un pequeño ritual que marca el inicio de una nueva etapa. Y hacerlo con antelación significa empezar septiembre con todo en orden, sin prisas ni carreras de última hora, con la satisfacción de tener el escritorio listo y la mochila preparada para el primer día de clase.
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