En un asado que se hizo en la noche de este miércoles, el presidentes les pidió que aterrizaran «las políticas en el territorio»; los participantes destacaron el «excelente relacionamiento» del Congreso de Intendentes, y el buen vínculo con el gobnierno.

Foto: El País.
La cita estaba pautada desde hacía semanas, y desde un inicio quedó claro para todos que iba a ser un encuentro de camaradería entre un hombre considerado integrante del «sindicato» de los intendentes —el presidente de la República, Yamandú Orsi— y los 19 jefes comunales que fueron electos en las elecciones del 11 de mayo pasado.
Y de eso se trató la cena que se hizo en la noche de este miércoles, en momentos en que el Congreso de Intendentes —ámbito político que fue particularmente valorado en la reunión— y el Poder Ejecutivo llegaron a un acuerdo —no sin arduas negociaciones previas— por el que el gobierno trasferirá a las intendencias unos US$ 4.000 millones durante este quinquenio para inversiones, descentralización y gestión de los municipios, entre otros ítems.
El intercambio fue todo lo ameno que podía ser entre jefes comunales que se conocen desde hace años, y a esto mismo se hizo referencia durante la reunión —de unas tres horas de duración—, mientras compartieron un asado en la residencia de Suárez y Reyes, acompañado con un vino de Canelones y un flan de postre.
Hubo quienes, señalaron a El País algunos de los participantes, resaltaron especialmente «el buen clima» de convivencia política que hay hoy en el Congreso de Intendentes —lo que incluye a jerarcas frenteamplistas, nacionalistas y un colorado— a diferencia del «fuego cruzado» y el «chisporroteo constante» que por estas horas hay en el Parlamento entre oficialismo y oposición —que, por ejemplo, este miércoles se retiró de la coordinación partidaria en el Senado tras un desencuentro con la coalición de izquierda.
El presidente, por su lado, al tomar la palabra transmitió un «mensaje de cercanía» para con los intendentes —interpretaron varios de los presentes—, ya que, fiel a su estilo, recalcó que para este período estaba «abierto al diálogo directo con cada uno» de los jefes comunales, y afirmó que lo haría «sin intermediarios, como en su momento lo hacía José Mujica«.
«Reivindicó la herramienta y el rol del Congreso de los Intendentes. Se mostró muy receptivo«, dijo a El País el intendente de Durazno, el nacionalista Felipe Algorta.
Asimismo, Orsi también les pidió que se concentraran en la etapa que comienza ahora, ya pasado «el clima electoral», que debería ser de «aterrizaje en el territorio» con obras concretas. «Ya pasó la euforia la euforia electoral que todo lo tiñe, ahora tienen que aterrizar las políticas», sintetizó de los jefes comunales consultados.
Como conclusión, los dirigentes se fueron de la residencia presidencial con la idea de que hay un «excelente relacionamiento» entre todos los jerarcas departamentales «y con el Poder Ejecutivo», y que ambas partes comparten «una agenda común» que buscarán llevar adelante aprovechando la armonía política, ajena a «las trincheras» del Parlamento.
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