Grindetti, Montaña, Seoane y el abogado Walker van a reunirse con la Conmebol.
La noche del miércoles, que prometía ser una fiesta futbolera en Avellaneda, terminó con una postal lamentable y violenta. Durante el encuentro entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana, hinchas del Rojo ingresaron a la tribuna visitante y atacaron a simpatizantes chilenos que aún permanecían en el estadio. El partido fue suspendido por los incidentes y la conmoción se instaló rápidamente en el ambiente deportivo sudamericano.
La situación se volvió incontrolable en minutos. Las fuerzas de seguridad actuaron tarde, mientras los heridos eran retirados del lugar. La violencia no solo detuvo el juego, sino que generó un escándalo internacional que hoy pone al club argentino bajo la lupa.
Desde el lado chileno aseguran que hubo al menos 19 heridos. La Policía Bonaerense, en cambio, informó solo siete. Los relatos de los testigos y las imágenes en redes sociales muestran escenas impactantes.
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Independiente rechazó toda responsabilidad institucional y calificó los hechos como actos aislados de violencia. No obstante, la Conmebol analiza duras sanciones. El club se juega más que un partido en esta historia.
Este jueves al mediodía, una comitiva del Rojo voló a Paraguay para estar presente en la sede de la Conmebol en Luque. El presidente Néstor Grindetti, junto al vicepresidente Carlos Montaña, el secretario general Daniel Seoane y el abogado Maximiliano Walker, buscarán exponer su posición. “Vamos a defender los intereses de Independiente”, declaró Grindetti antes de partir.
En la reunión se tratará el futuro inmediato del club en la Copa Sudamericana. Todo indica que el partido ante Universidad de Chile no se reanudará. Ambos equipos podrían quedar eliminados del torneo y recibir sanciones económicas.
La referencia inevitable es el caso de Boca en 2015. Aquella vez, River recibió gas pimienta en pleno Superclásico por parte del famoso “Panadero” Napolitano. La Conmebol sancionó duramente al Xeneize y eliminó al equipo de la competencia.
Rodolfo D’Onofrio, entonces presidente de River, fue clave al viajar de inmediato a Paraguay y reunirse con los dirigentes del fútbol sudamericano. “Madrugó” a su par Daniel Angelici, y logró influir en la resolución. Esa jugada diplomática es hoy espejo para la dirigencia del Rojo.
La diferencia es que ahora hubo violencia de ambas hinchadas. Tanto Independiente como la U de Chile quedan en el centro de la polémica. La Conmebol evalúa si uno o ambos deben recibir castigos.
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En paralelo, el recuerdo de los incidentes recientes, como los de Colo-Colo en 2023 donde murieron dos personas, también pesa en las decisiones. El fútbol regional convive cada vez más con hechos de violencia. Los organismos quieren dar señales firmes para evitar que se repita.
La dirigencia de Independiente no quiere que el club cargue solo con la culpa. Por eso el viaje, la estrategia legal y la presencia directa en las negociaciones. No quieren ser sorprendidos como lo fue Boca hace diez años.
Los dirigentes buscan evitar un golpe que profundice la crisis deportiva e institucional que atraviesa la institución de Avellaneda. En medio de un año complicado en lo económico y lo futbolístico, esta situación suma presión. El Rojo necesita evitar un castigo que lo margine del plano internacional por largo tiempo.
Las próximas horas serán determinantes. La decisión final podría conocerse antes del fin de semana. Independiente espera que la gestión directa en Paraguay incline la balanza a su favor.
