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domingo, agosto 24, 2025

Urugodd: vivía en Progreso y levantaba cebollas para pagar internet, hoy suma casi tres millones de seguidores

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De cortar uva y levantar cebolla para poder pagar el internet en Progreso, a convertirse en uno de los streamers uruguayos más seguidos en el mundo. Brandon Monzón, más conocido como Urugodd, pasó en poco tiempo de tener apenas 10 espectadores en Twitch a acumular millones de vistas en YouTube y TikTok.

Su historia es la de alguien que no se rindió cuando las cosas parecían estar en su contra, que aprendió solo a editar y construir una comunidad, y que hoy enfrenta tanto las luces como las sombras de la fama digital. En esta charla con Sábado Show, Urugodd repasa sus comienzos, los desafíos de crecer en Uruguay, la polémica con Speed y los planes que lo llevaron a México en busca de nuevas experiencias y locuras.

—Para empezar, ¿cómo es tu nombre real y de dónde sos?
—Mi nombre es Brandon Monzón. Nací en Montevideo, pero a los 14 años me mudé con mi familia a Canelones, a Progreso, y ahí estuve hasta los 22 o 23, más o menos. Ahora volví a Montevideo, recién en 2024 me animé a dar ese paso. Fue difícil, porque vivía con mi madre y siempre estuvimos en una situación complicada. Yo vengo de no tener nada, de estar muy ajustado, y eso me marcó mucho.

—¿Y cómo entran las redes sociales en tu vida?
—Las redes me cambiaron la vida. De verdad. Pasé de estar buscando trabajo, entrenando currículums en el supermercado Covadonga de Progreso, a dedicarme a esto que terminó explotando. Antes de que esto me funcionara, estaba generando 100 dólares cada dos meses, lo que no es nada. Para ayudar en casa tuve que hacer de todo: cortar uva, levantar cebollas, lo que apareciera, para pagar el internet y darle algo a mi vieja. Y así poder seguir transmitiendo.

Streamer uruguayo Urugodd.
Streamer uruguayo Urugodd.

Foto: Gentileza.

—Durante la pandemia todos los streamers y youtubers explotaron.
—Sí, la pandemia me ayudó, porque al estar encerrados pude meterle más. Pero después la pandemia terminó, mis números bajaron, y no me veía nadie: 10 o 15 personas en Twitch. Entonces tuve que decidir: o conseguía un trabajo común, o lo intentaba de verdad. Me puse la meta de que en un mes iba a lograr algo, que me iba a dar una oportunidad más. Y ahí fue cuando empecé a estudiar a otros creadores: qué hacían, cómo subían sus videos, qué editaban, cómo funcionaban sus canales. Lo hice solo, sin equipo, aprendiendo con programas básicos. Al principio los videos eran espantosos, pero de a poco fui mejorando. Antes de que terminara ese mes ya me habían empezado a explotar algunos clips. Y a los tres meses, todos mis videos. Fue increíble, y decidí no dejarlo más.

Urugodd es uno de los streamers más conocidos de Uruguay. Tiene 2,7 millones de seguidores en TikTok, donde tiene videos que acumulan más de 48 millones de Me Gusta. Además, tiene más de 1,2 millones de suscriptores a su canal de Youtube, más de siete millones en su cuenta Urugoddos donde sube shorts que tienen más de 81 millones de visualizaciones.

—¿Cuándo pudiste decir “esto ya es un trabajo”?
—A los cuatro o cinco meses de meterle en serio empecé a ganar plata en YouTube. Ahí fue cuando le pude mostrar a mi madre y decirle: “ma, mirá, finalmente puedo ayudarte más”. Después el crecimiento fue tan rápido que hasta hoy me cuesta dimensionarlo. Gente que lleva 12 años creando contenido sigue peleándola, y yo aparecí de la nada, a huevos, y explotó todo. Obviamente no fue solo suerte, porque yo me adapté muy bien, absorbí información y la transformé a mi manera. Reaccionaba a videos graciosos, a terror, a cosas que me mandaba la comunidad. Y de repente tenía un video largo con 25 millones de visitas, que es un número enorme para un streamer. Después con los shorts directamente fue absurdo: algunos llegaron a 70 u 80 millones de visitas.

—¿Cómo fue pasar de estar con tu familia a vivir independiente?
—Ese esfuerzo inicial me dio la base. Después vino otra etapa, en la que tuve que crecer más como persona que como creador. Eso frenó un poco mi crecimiento laboral, pero me sirvió para armar una base sólida: vivir en un lugar lindo, ser independiente, invertir en mi trabajo y también en viajes. Ahora, por ejemplo, me voy a México a hacer contenido, probar comida, juntarme con amigos que están allá.

—Muchos creadores uruguayos terminan yéndose, como le pasó a Fede Vigevani. ¿Vos lo pensás?
—Me cuesta. Entiendo lo que hizo Fede Vigevani, que se fue a México y creció mucho. Pero a mí me gusta Uruguay, me gusta mi país. Sé que tiene limitaciones: acá no tenés tantas actividades, los equipos tardan un mes en llegar o son carísimos, y hay cosas que ni llegan. En México o en Estados Unidos tenés todo a mano. Pero mi contenido tuvo la suerte de trascender fronteras. Hoy me siguen en México, España y otros países. Eso me permite seguir acá, hacer contenido en Uruguay y que igual me vean desde afuera. Y mientras pueda mantener eso, no tengo planes de irme.

Streamer uruguayo Urugodd.
Streamer uruguayo Urugodd.

Foto: Gentileza.

—¿Cómo vive un streamer famoso el día a día en Uruguay?
—Acá es bastante tranquilo. Tengo 2,7 millones de seguidores en TikTok, pero en la calle la gente es reservada. Te saludan, te piden alguna foto, charlamos. Es distinto en Argentina, donde la gente es más intensa. Acá podés caminar tranquilo, salvo en eventos de anime o cosas así, donde sí te piden 200 fotos fácil. Al principio era una locura, ahora es más estable. Incluso hay gente que capaz ya no consume mi contenido, pero sabe quién soy. Eso ayuda a que la imagen se refuerce con el tiempo, porque en Uruguay es difícil imponer un nombre. Lo normal es que pegues un video, dures dos meses y desaparezcas. Yo tuve la suerte de mantenerme.

—En esa exposición también te tocó vivir polémicas, como la que pasó con ek streaner Speed. ¿Qué fue lo que pasó?
—Fue muy pesado. Yo lo tenía allá arriba, lo admiraba, y cuando vino a Uruguay no me gustó nada cómo me trató. No me miraba a los ojos, me basureaba por no hablar inglés, no le interesaba nada de lo que le proponíamos. Y acá no tenemos tanto para ofrecer: el fútbol, el Parque Rodó, poco más. Yo estaba muy cansado, había dormido una hora, y exploté. Lo expresé enojado, demasiado enojado. Mucha gente me bancó, sobre todo la grande, pero él es uno de los streamers más famosos del mundo. Entonces, ¿a quién iban a basurear? Al más chico. Recibí hate de todos lados, no solo de Uruguay. En Twitter me mataban. Fue durísimo: durante un tiempo fui “el más odiado del mundo”. A nivel exposición me sirvió, sí, porque me conoció mucha más gente. Pero ¿a qué costo? Yo no quiero ser famoso de esa forma. Encima quedó marcado afuera: todavía hoy subo un video y hay gente que comenta “ah, este es el que lloró por Speed”. Cuando en realidad fui yo el que lo recibió, el que hizo que pudiera estar en ese lugar. Fue decepcionante.

—¿Cómo se hace para seguir después de eso?
—Lo tenés que girar. Si no, te deprimís, tirás todo y dejás. Me costó meses, pero seguí adelante. Ahora quiero reforzar mi imagen, reconectar con mi público, porque siento que después de eso me desconecté un poco. Este viaje a México también lo tomo como una forma de recargar energías y reencontrarme conmigo mismo.

Streamer uruguayo Urugodd.
Streamer uruguayo Urugodd.

Foto: Gentileza.

—En lo personal, contaste que terminaste una relación. ¿Cómo es tener pareja siendo tan expuesto?
—Es muy complicado. Nosotros teníamos videos con millones de visitas, entonces cuando cortamos fue un tema enorme. Soy de Uruguay y el video en el que hablé del final de la relación tuvo más de dos millones de visitas en TikTok. Ahí te das cuenta de la exposición que tiene todo lo que hago. Las parejas en este ambiente necesitan mucha paz mental. Una mínima discusión ya me complica el trabajo, porque lo mío es transmitir alegría, humor, energía. Si estoy mal, no puedo. Y además aparecen chismes, rumores, cosas inventadas. Yo soy muy tranquilo, me gusta la paz, estar en la mía. Eso no siempre combina con la exposición.

—¿Y ahora que estás soltero? ¿Se te tiran mucho?
—Sí, pasa. Obvio. Estoy yendo al gimnasio, me visto mejor, y eso se nota. Te da una carta de entrada que la gente te conozca, que admire lo que hacés. Eso genera atracción. Me pasa con mujeres y también con hombres. Pero hay que ser muy cuidadoso. Siendo conocido, no podés mandarte cualquiera.

—¿Qué viene para vos después de México?
—Volver con otra energía, refrescado. Quiero ver cómo me cambia el viaje, qué proyectos quiero reforzar, cuáles quiero empezar. Tengo claro que lo más importante es seguir reinventándome y mantener esa conexión con la gente, que es lo que me trajo hasta acá.

Redacción

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