a Schubertíada no sería posiblemente lo que es sin la presencia constante de Matthias Goerne, que se ha mantenido fiel desde su origen, de igual manera que el lied, el género en el que destaca el celebrado barítono alemán, no habría alcanzado el nivel de seriedad y profundidad sin la labor del gran Dietrich Fischer-Dieskau, el cantante y director de orquesta de quien se cumple este año el centenario. Goerne lo tuvo de maestro siendo jovencito y este martes le rinde homenaje en Vilabertran (20.30 h), no sin antes conversar con La Vanguardia sobre sus proyectos de madurez o su asidua presencia en escenarios de Israel.
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