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Rosa Esperanza | Montevideo
@|Días atrás, distintos gremios se unieron para decretar “medidas de lucha” por algunas cuestiones (nuevas y otras no tanto) que desean cambiar.
Parece que sigue siendo válido detener la circulación, obstruir las calles e impedir que el país funcione porque los objetivos son importantes; y usar discursos y estrados para convencer a los que los siguen.
Escuché varias veces el “discurso” del “Señor” Marcelo Abdala. En él se refirió al conflicto de la pesca que entiendo perjudicó al país, a su economía, pero sobre todo a sus trabajadores.
Como segundo punto, incluyó una extensa defensa del pueblo palestino y su derecho a defenderse del régimen de la derecha Neo Nazi que los agrede y los priva de sus derechos esenciales. El conflicto de Medio Oriente es muy antiguo y tiene explicaciones y orígenes que entiendo el señor Abdala no tiene el conocimiento necesario para analizarlo. Pero más grave me parece que incluya un tema de estos en la agenda de un paro de actividades en el Uruguay. ¿Por qué deberíamos parar por los palestinos? ¿No deberíamos respetar la autodeterminación de los pueblos? ¿Por qué no hacemos paro por el hambre en Cuba? ¿O por las detenciones arbitrarias de un régimen que agoniza pero que no deja de torturar a su pueblo? ¿O por ejemplo, parar también por la falta de transparencia en las elecciones venezolanas y terrible régimen de represalias a quienes se oponen a él?
No creo que el paro de actividades deba continuar como medida ante ninguna reclamación, porque ha demostrado conducir a los privados al hartazgo y en muchos casos al cierre de sus actividades. Pero de hacerlo, ¿por qué no nos ceñimos a nuestros problemas (que son bastantes)?
Sres. sindicalistas: tengo claro que nuestro país no va bien y estoy segura que por este rumbo va a marchar cada vez peor. Nunca había amanecido cada día con alguna empresa por cerrar o preparándose para hacer “reestructuras”, que se traducen en despedir una porción de sus empleados. Los inversores extranjeros están cada vez más expectantes y algo reacios a venir a estos lares.
Sería buena cosa que usaran sus discursos para inducir a los trabajadores a no detener el funcionamiento de las empresas y del país. ¡Cuando se den cuenta, puede ser muy tarde!
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