La visita del gerente de las Redes de Bosques Modelo de América Latina, Fernando Carrera Gambetta, puso nuevamente en foco el potencial de Futaleufú, en la Patagonia argentina. Se trata de uno de los tres territorios del país que integran esta red internacional, que impulsa la conservación y el desarrollo sostenible en paisajes únicos del mundo.
El concepto de bosque modelo se basa en la articulación entre comunidades, municipios, centros de investigación y organizaciones civiles para generar prácticas que permitan cuidar la naturaleza y al mismo tiempo fortalecer el desarrollo local. Futaleufú representa un caso singular por su ubicación en el extremo austral, donde confluyen biodiversidad, identidad cultural y oportunidades de turismo sustentable.
El desafío que enfrenta la región no es menor. Tras años de inactividad institucional, el proyecto busca reactivar su directorio, establecer nuevas reglas de participación y elaborar un plan estratégico. El objetivo es recuperar la visión original del bosque modelo y adaptarla a las demandas actuales, desde la conservación ambiental hasta el fomento del turismo comunitario.
El especialista destacó que el potencial de Futaleufú es enorme, tanto por su paisaje natural como por la riqueza cultural de sus comunidades. La nieve, los ríos y las montañas conforman un escenario que, aunque cotidiano para sus habitantes, resulta extraordinario para visitantes de otras latitudes.

Juventud, turismo y raíces culturales
Uno de los ejes centrales de este proceso es la participación de la juventud. El proyecto impulsa la integración de jóvenes en redes regionales e internacionales, lo que fortalece la visión de futuro y promueve el intercambio de experiencias con otros bosques modelo del mundo.
Además, la identidad cultural se perfila como un valor esencial para el desarrollo turístico. Emprendimientos comunitarios como caminatas, cabalgatas y actividades rurales se orientan a rescatar la herencia ancestral y mostrar al visitante la relación profunda entre las comunidades y su entorno natural.
La naturaleza, el clima frío y la tranquilidad de Futaleufú constituyen un atractivo que se combina con la hospitalidad local. Este contraste entre un ambiente austero y la calidez de su gente refuerza la idea de que la sostenibilidad no se limita a la conservación, sino que también abarca la preservación de las costumbres y la calidad de vida en las chacras y pueblos patagónicos.
Futaleufú se proyecta así como un ejemplo del equilibrio entre conservación ambiental y desarrollo comunitario. Su potencial turístico, su juventud comprometida y la fuerza de sus paisajes lo convierten en un territorio clave para consolidar el modelo de gestión sostenible más austral del planeta.

Cómo llegar a Futaleufú
El acceso a Futaleufú, ubicado en el noroeste de la provincia de Chubut y cerca de la frontera con Chile, puede realizarse por distintas vías. Desde Esquel, la ciudad más cercana con aeropuerto, se llega por la Ruta Nacional 259 hasta Trevelin y luego se continúa por caminos provinciales hacia el destino final. El trayecto, de aproximadamente 80 kilómetros, recorre valles y cordones montañosos que anticipan la belleza de la región.
Otra alternativa es ingresar desde Chile, a través del paso Futaleufú, que conecta con la Región de Los Lagos. Este camino resulta una opción frecuente para turistas que combinan circuitos en ambos países y buscan experiencias de turismo de aventura, como rafting, senderismo y pesca deportiva.
El transporte público hacia la zona es limitado, por lo que muchos viajeros optan por vehículos particulares o excursiones organizadas. Sin embargo, esta relativa lejanía refuerza el encanto del lugar: llegar a Futaleufú implica adentrarse en un territorio aún preservado, donde la naturaleza conserva su carácter imponente y el turismo se vive en clave sustentable.