A lo largo de más de siete décadas, el concurso de Miss Universo ha coronado a mujeres que se convirtieron en íconos globales. Más allá de la belleza física, las reinas de este concurso que lograron un impacto duradero se distinguieron por su inteligencia, su carisma y la influencia que ejercieron durante y después de su reinado.
Pero el certamen, más que un concurso, es una plataforma que propulsa a sus ganadoras a una celebridad instantánea y les permite viajar por el mundo como embajadoras de diversas causas sociales.
Si bien la elección de la «mejor» Miss Universo es subjetiva, los expertos en la materia coinciden en destacar a un selecto grupo de ganadoras que trascendieron su momento y dejaron una marca indeleble en la historia del certamen. A continuación, se detallan los perfiles de siete de ellas.
Un reinado que va más allá de la belleza
Irene Sáez, Miss Venezuela, fue coronada Miss Universo en 1981. Su victoria se atribuye a una combinación de belleza clásica y una personalidad arrolladora que la catapultó a la fama, convirtiéndola en una figura política en su país, donde se desempeñó como alcaldesa de Chacao y candidata presidencial. Su reinado se caracterizó por una elegancia y un aplomo que marcaron un antes y un después en el concurso.

En 2008, Dayana Mendoza, también de Venezuela, se alzó con la corona. Considerada una de las Miss Universo más carismáticas, su reinado estuvo marcado por un intenso trabajo de caridad y su participación en programas de televisión, lo que consolidó su imagen como una de las reinas más populares de la última década.
Ximena Navarrete, de México, ganó el certamen en 2010. Su victoria se destacó por su imponente pasarela, su seguridad en el escenario y su elocuencia en la ronda de preguntas. Tras su reinado, se convirtió en una reconocida actriz de telenovelas y empresaria.

La Miss República Dominicana, Amelia Vega, se coronó en 2003, resaltando por su imponente altura y una presencia escénica que la diferenciaba del resto de las participantes. Su reinado estuvo enfocado en causas sociales, y luego consolidó una exitosa carrera como cantante y presentadora de televisión.
Sheynnis Palacios, de Nicaragua, fue elegida Miss Universo en 2023, la primera nicaragüense en lograrlo. Su victoria fue un hito para su país y su carisma le valió una gran popularidad. Tras su coronación, Sheynnis se ha convertido en una figura de gran impacto mediático, utilizando su plataforma para defender la salud mental.

Catriona Gray, de Filipinas, ganó en 2018. Su triunfo es recordado por su «lava walk», una caminata icónica que se volvió viral, y su traje de noche, inspirado en el volcán Mayon.
Catriona demostró que la preparación exhaustiva y la originalidad eran claves para el éxito en el certamen, lo que consolidó su imagen como una de las ganadoras más preparadas de la historia.

Gabriela Isler, la venezolana que se llevó la corona en 2013, destacó por su elegancia y su fuerte presencia en el escenario. Durante su reinado, se enfocó en proyectos de ayuda humanitaria y su labor le valió el reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas.
El legado de las reinas
- Impacto cultural y social: el rol de Miss Universo se ha expandido más allá de los desfiles de moda. Muchas reinas utilizan su plataforma para visibilizar causas sociales, desde el activismo por la salud mental hasta la lucha contra la pobreza, lo que las convierte en importantes figuras públicas.
- Transformación profesional: el título de Miss Universo no es el final de un camino, sino el inicio de una nueva etapa. Las ganadoras suelen capitalizar su fama para construir carreras exitosas en el mundo del espectáculo, la política, la moda o los negocios.
- Cambios en el concurso: con el tiempo, el certamen de Miss Universo evolucionó para enfocarse más en la inteligencia, el liderazgo y el activismo de las participantes, lo que refleja un cambio cultural que va más allá de los estándares de belleza tradicionales.