Las verrugas en las plantas de los pies son pequeños bultos rugosos que aparecen principalmente en la base de los dedos, la zona metatarsofalángica o el talón, las áreas que soportan mayor presión al caminar. Esto puede hacer que la verruga crezca hacia adentro bajo una capa dura de piel, similar a un callo.
El origen de estas verrugas es el virus del papiloma humano (VPH), que ingresa a la piel a través de cortes o grietas pequeñas. Muchas desaparecen solas, sobre todo en niños, pero otras requieren tratamiento para aliviar dolor o evitar que se multipliquen.
A diferencia de los callos, que se producen por roce o fricción, las verrugas plantares son una infección viral. Esto implica que su tratamiento y prevención requieren cuidados específicos para no empeorar la piel ni propagar el virus.

Qué son las verrugas plantares
Las verrugas plantares son infecciones virales que afectan la capa externa de la piel de los pies, especialmente la epidermis y la dermis. No llegan a capas más profundas, pero pueden ser dolorosas si están cubiertas por piel dura.
Su apariencia suele recordar a una coliflor, y pueden variar en tamaño según la antigüedad y extensión de la lesión. Dentro de la verruga se observan puntitos negros, que corresponden a pequeños vasos sanguíneos coagulados. Al presionar la zona, el dolor puede aumentar.
Existen diferentes tipos: algunas son únicas, otras se localizan en zonas de presión y las llamadas verrugas en mosaico, que forman un grupo de lesiones más grandes y superficiales. Identificarlas correctamente permite elegir el tratamiento adecuado y evitar confundirlas con callos.

Verrugas: síntomas y señales de alerta
Las verrugas plantares pueden reconocerse por algunos signos característicos, aunque no siempre aparecen todos al mismo tiempo:
- Bulto rugoso en la planta del pie
- Dolor al caminar o al estar de pie
- Presencia de puntos negros
Además, pueden formar grupos (verrugas en mosaico), interrumpir las líneas naturales de la piel y generar piel engrosada tipo callo. Es recomendable consultar a un médico si la lesión sangra, cambia de color o forma, persiste tras tratamientos caseros o genera dolor que limita las actividades diarias.
Prevención y cuidados diarios
Evitar la aparición y propagación de verrugas plantares depende de hábitos simples que se detallan a continuación:
- Mantener los pies limpios y secos
- Usar ojotas en vestuarios, duchas y alrededor de las piletas
- No rascar ni arrancar las verrugas
- No compartir calzado, toallas ni herramientas de pedicura
Revisar cortes o grietas en la piel y tratarlas correctamente ayuda a reducir la entrada del virus. Lavar las manos tras tocar una verruga evita el autocontagio a otras partes del cuerpo.

Para eliminar las verrugas plantares se utilizan varias estrategias, siempre buscando retirar la lesión por completo:
- Tratamiento químico: ácidos como salicílico, láctico o nítrico que destruyen la verruga gradualmente
- Tratamiento con láser: quema la lesión mediante calor controlado y requiere seguimiento profesional
- Sustancias más agresivas o cirugía: opciones más fuertes que se aplican solo si otros tratamientos fallan y bajo supervisión médica
No se recomienda el uso de remedios caseros, porque pueden dañar la piel sana y complicar la lesión. Seguir las indicaciones del médico mejora la efectividad del tratamiento y reduce el riesgo de infección.