En un contexto regional e internacional adverso, Argentina continúa mostrando un sendero inusualmente consistente de consolidación fiscal. Según el último Reporte de Política Fiscal – Agosto 2025, publicado por AFISPOP (Área de Finanzas Públicas del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA y el Conicet), el Sector Público Nacional (SPN) registró en julio un superávit primario equivalente al 1,6% del Producto Bruto Interno, medido en base caja y acumulado en doce meses. Se trata de un giro drástico respecto al rojo fiscal de 2024, con una mejora del orden de 4 puntos del PBI en apenas siete meses.
El informe, basado en datos de la Secretaría de Hacienda y presentado por AFISPOP con su habitual detalle técnico, puede consultarse en el siguiente enlace: Reporte completo – AFISPOP, agosto 2025.
Una poda quirúrgica del gasto
La clave de esta mejora no reside tanto en un boom de ingresos sino en una agresiva reducción del gasto primario, que cayó 1,3% interanual en términos reales durante julio. El recorte más severo ocurrió en los subsidios económicos, que retrocedieron 27% real respecto al mismo mes del año anterior. En el caso de los subsidios a la energía, la caída alcanzó el 28%, producto de aumentos tarifarios, mejoras en el “cost recovery” y un tipo de cambio oficial relativamente contenido hasta fin de mes.
Los salarios públicos también fueron objeto de una poda significativa: la masa salarial cayó 10% interanual en términos reales. Como resultado, los empleados del sector público acumulan una pérdida del 14% de su poder adquisitivo respecto a noviembre de 2023, mientras los salarios privados se mantuvieron estables en términos reales.
El componente previsional: entre la licuación y la recomposición
Un capítulo aparte merece el gasto en prestaciones sociales, que mostró una ligera recuperación real, explicada por aumentos en jubilaciones, pensiones y la AUH. Sin embargo, esta mejora no alcanza a revertir el deterioro acumulado. Según el informe, “el gasto previsional ya no explica la mejora fiscal”, dado que se estabilizó en torno al 7,1% del PBI, tras haberse reducido sostenidamente entre 2019 y 2023.
El sistema previsional argentino continúa mostrando una preocupante fragmentación: quienes perciben bonos fijos han perdido un 9% de poder adquisitivo real desde marzo, mientras que las jubilaciones sin bono se incrementaron un 10% en términos reales desde noviembre de 2023. Esta dualidad refleja los parches aplicados al sistema, con mecanismos ad hoc que distorsionan la equidad y dificultan la planificación a mediano plazo.
Recaudación: selectiva, volátil y sujeta a timing
Del lado de los ingresos, la recaudación tributaria nacional creció 4,5% interanual en términos reales en julio, impulsada principalmente por los Derechos de Exportación, el Impuesto a las Ganancias y los aportes a la Seguridad Social.
Los Derechos de Exportación treparon un impresionante 50% real, favorecidos por el ingreso de operaciones registradas en junio bajo alícuotas aún reducidas (Decreto 38/2025), y por el impacto del tipo de cambio. Este dato, sin embargo, podría no repetirse en los meses siguientes: los cambios normativos posteriores (Decreto 526/2025) implican nuevas reducciones arancelarias, cuyo efecto recaudatorio será regresivo.
El impuesto a las Ganancias también mostró un salto de 17,7% real, aunque el acumulado anual sigue debajo del de 2024. En este caso, el incremento se debió a vencimientos puntuales y a una base de comparación atípicamente elevada. La recaudación de la Seguridad Social (+10,5% real) refleja la mejora del empleo formal y el impacto estacional del medio aguinaldo.
Por otro lado, el IVA apenas creció 0,7% real, limitado por mayores devoluciones a exportadores y una base artificialmente alta el año anterior. La eliminación del Impuesto PAIS a fin de 2024 también comienza a hacerse sentir en las estadísticas.
¿Un superávit sostenible?
Aunque el resultado fiscal luce sólido, los economistas advierten sobre la calidad del ajuste. Gran parte del esfuerzo proviene de la licuación del gasto en términos reales y de ingresos extraordinarios o de difícil repetición. El gasto de capital, por ejemplo, cayó 31% interanual en julio, un dato que no augura buenos resultados en materia de inversión pública o infraestructura.
Además, el contexto externo no es favorable. El acuerdo vigente con el FMI establece un objetivo de superávit primario de 1,3% del PBI para este año, pero el gobierno anunció su intención de elevar esa meta en hasta 0,3 puntos, en respuesta al endurecimiento de las condiciones financieras globales.
En ese marco, el desafío no es solo sostener el superávit, sino hacerlo sin deteriorar aún más el tejido social. Como señala el propio informe, la consolidación actual no ha logrado revertir del todo los efectos contractivos de la reforma previsional de 2020-2023, ni ha garantizado un sendero sostenido de inversión pública.
El equilibrio fiscal existe. Pero el costo social y político de mantenerlo podría exigir, tarde o temprano, una reconfiguración del esquema de ingresos y gastos que supere la lógica del recorte. El verdadero desafío será construir una política fiscal que no solo cierre las cuentas, sino que también abra horizontes.
Fuente: AFISPOP – Reporte de Política Fiscal, agosto 2025. Disponible en: https://iiep.economicas.uba.ar/publicaciones/informes-reportes/