La Policía recuperó en Mar del Plata el cuadro “Retrato de una dama”, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, robado por los nazis al marchante de arte judío Jacques Goudstikker en 1940. La obra fue hallada en una vivienda vinculada a la familia de un ex jerarca nazi. La Justicia investiga por encubrimiento y los herederos del comerciante reclamarán la restitución.
Un cuadro robado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial fue encontrado este miércoles en Mar del Plata, tras décadas de permanecer desaparecido. Se trata de la obra “Retrato de una dama”, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, que pertenecía al reconocido marchante de arte judío-neerlandés Jacques Goudstikker, víctima del saqueo nazi.
Descubrimiento inesperado en un aviso inmobiliario
El hallazgo se produjo luego de que periodistas del diario neerlandés Algemeen Dagblad detectaran la pintura en una fotografía publicada en un sitio de ofertas inmobiliarias. En la imagen, el cuadro colgaba sobre un sofá verde en una casa marplatense.
La familia que tenía la obra decidió entregarla voluntariamente a la Fiscalía, aunque la restitución se concretó después de un allanamiento fallido en el domicilio de Patricia Kadgien, hija del ex jerarca nazi Friedrich Kadgien.
La conexión con el régimen nazi
Friedrich Kadgien fue un funcionario de las SS y hombre de confianza de Hermann Göring, vinculado a la apropiación de bienes y obras de arte durante la ocupación de los Países Bajos. Tras la guerra huyó a Suiza, luego a Brasil y finalmente a Argentina, donde vivió con una nueva identidad hasta su muerte en 1978.
Su hija Patricia Kadgien quedó bajo arresto domiciliario acusada de entorpecer la investigación, medida que también alcanza a su esposo. En un operativo paralelo, en otra vivienda familiar, se secuestraron otros dos cuadros y grabados que ahora serán analizados para determinar si también forman parte del saqueo nazi.
La historia del verdadero propietario
La obra estaba registrada en las listas internacionales de arte robado durante la guerra. Su legítimo dueño, Jacques Goudstikker, fue un comerciante que catalogó más de 1.400 piezas en su inventario. En 1940 huyó con su familia hacia Inglaterra, llevando un cuaderno negro con el registro de sus obras, muchas de las cuales fueron saqueadas y distribuidas entre jerarcas del Tercer Reich.
Reclamo de los herederos y dimensión internacional
Los descendientes de Goudstikker anunciaron que reclamarán la restitución inmediata de la obra, lo que podría derivar en un caso judicial internacional. Expertos señalan que hallazgos en domicilios particulares, y fuera de Europa, son extremadamente inusuales.
El largo brazo de la memoria
Lo que parecía un simple detalle decorativo en una casa terminó revelando un capítulo oculto del mayor saqueo cultural del siglo XX. El cuadro, que se creía perdido, ahora está en manos de la Justicia argentina, reabriendo un debate sobre el destino de las obras robadas por el nazismo y la necesidad de restitución a sus legítimos dueños.