
David Guerrero
L’Hospitalet de Llobregat
El nuevo pabellón de Fira de Barcelona en el recinto Gran Via de l’Hospitalet tiene varios elementos que lo hacen singular a nivel arquitectónico y todos ellos pueden intuirse en la zona de obras, donde el trajín es constante. La estructura perimetral del espacio ya está construida, aunque lo más llamativo a primera vista es el puente que conectará internamente el recinto ferial existente con el nuevo pabellón por encima de la amplia avenida Juan Carlos I de l’Hospitalet. La instalación de la estructura se hizo a trozos y ya ha finalizado, los operarios ahora trabajan en el hormigonado.
Menos visible para los curiosos que se acercan a mirar las obras desde fuera es la cubierta, que se ha montado en el suelo durante los meses de julio y agosto y desde esta semana se está izando y ensamblando en altura. Son unas tareas de cierta complejidad técnica que cuando finalicen alumbrarán bajo cubierto el gran espacio diáfano que será a partir del año 2027 el nuevo pabellón bautizado como Zero.
Unas columnas en forma de palmera son el sello de Toyo Ito en el proyecto creado junto a Fermín Vázquez
El espacio expositivo como tal ocupará la mitad del solar y contará de una primera planta sin columnas a la que se accederá mediante escaleras mecánicas. En las imágenes virtuales se dibuja un gran avión dentro de la estructura para visualizar el gran tamaño que dispondrá la construcción diáfana y sin pilares, lo que abre grandes posibilidades a nivel ferial pero también de entretenimiento y ocio, como posible escenario de conciertos de tamaño medio. No en vano, la cubierta en proceso de instalación se compara con la del Palau Sant Jordi.
Debajo habrá otra planta a pie de calle que sí que tendrá pilares, igual que también los habrá en el vestíbulo de distribución de la entrada, desde donde se accederá al centro de conferencias con salas de reuniones y de eventos de distintos tamaños, una de las principales reivindicaciones del Mobile.
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Esas grandes columnas están llamadas a ser precisamente uno de los elementos distintivos a nivel arquitectónico. A las medusas que Toyo Ito hizo en el recinto Gran Via se le sumarán ahora unas palmeras que el arquitecto japonés ha querido hacer como símbolo distintivo del nuevo proyecto, diseñado de manera conjunta con el estudio de arquitectura b720, liderado por Fermín Vázquez. En la imagen pueden verse esas columnas blancas que se alzan hasta un techo aún inexistente. Justo encima suyo, en el frontal más cercano a la plaza Europa, habrá un jardín exterior en altura del que podrán disfrutar tanto los congresistas como los trabajadores de la torre de oficinas de 12 plantas que se está construyendo en el extremo del recinto y a la que se accederá desde el mismo vestíbulo con las estilizadas columnas de gran altura.
El futuro techo se ha construido en el suelo y ahora se está elevando por partes para ser ensamblado en altura
La cubierta que se está montando estos días es la pieza principal de la segunda fase de las obras, que ya ha superado su ecuador. Antes, la primera fase (correspondiente a la cimentación) ya se dio por acabada. La tercera y última fase apenas acaba de empezar, tras ser adjudicada en abril a FCC y Comsa –igual que las dos fases anteriores– por un importe de 125 millones de euros.
La inversión total del proyecto se eleva hasta los 365 millones de euros, 160 más de los previstos en el 2021, debido en gran parte a unas expropiaciones de los terrenos más costosas de lo presupuestado y la incorporación posterior de un proyecto complementario para dotar el pabellón de la última tecnología.