En octubre de 2020, la tranquilidad del pequeño pueblo de Beal City, Michigan, se rompió de forma abrupta. Una adolescente de 13 años, Lauryn Licari, y su entonces novio, Owen McKenny, comenzaron a recibir mensajes anónimos desde un número desconocido. Lo que al principio parecía una simple broma de mal gusto, se transformó en una pesadilla de dos años: amenazas, contenido sexual, vigilancia y un hostigamiento constante que afectó la vida de ambos adolescentes. Hoy, la historia se convirtió en un documental estremecedor que es furor en Netflix: Número desconocido: Un escándalo de ciberacoso escolar.
Los mensajes, que a veces llegaban a 50 por día, eran tan personales que dejaban en evidencia que el acosador estaba cerca. La situación escaló a tal punto que las autoridades locales comenzaron una investigación que incluyó interrogatorios a alumnos, sospechas sobre amigos e incluso acusaciones directas hacia la propia Lauryn, a quien llegaron a señalar como responsable de autoboicotearse para llamar la atención.

Pero el giro más impactante no tardó en llegar. Tras una exhaustiva investigación en la que intervino el FBI, lograron rastrear la dirección IP del dispositivo desde donde se enviaban los mensajes. El resultado fue desconcertante: la acosadora era Kendra Licari, la madre de Lauryn. La mujer confesó haber sido la autora de los textos, reconociendo que durante dos años utilizó aplicaciones para ocultar su identidad y generar nuevos números, mientras se hacía pasar por múltiples personas. El impacto emocional para la víctima fue devastador: no solo había sido acosada, sino que la responsable era alguien de su propia familia.
Kendra fue arrestada en diciembre de 2022, se declaró culpable de acoso a menores y fue condenada a una pena de entre 19 meses y cinco años de prisión. Sin embargo, en agosto de 2024 obtuvo la libertad condicional. Participó del documental con la intención —según dijo la directora Skye Borgman— de “poder contar su versión para que su hija pudiera verla”. A pesar de su arrepentimiento, el vínculo con Lauryn quedó gravemente dañado: la joven, que en un principio deseaba recuperar el lazo con su madre, ahora se muestra cautelosa y en pleno proceso de sanar.

Número desconocido no solo reconstruye el caso con material policial y entrevistas a todos los involucrados, sino que también ofrece una mirada profunda sobre los límites del control parental, el impacto del acoso digital y las secuelas que este tipo de violencias pueden generar en la adolescencia. La directora plantea incluso que el comportamiento de Kendra podría encuadrarse dentro de un “trastorno facticio impuesto a otro”, más conocido como síndrome de Munchausen por poder, aunque no se llegó a un diagnóstico formal.
La producción ya se encuentra entre los documentales más vistos de Netflix desde su estreno el 29 de agosto. Con una duración de poco más de una hora, logra generar un debate necesario sobre las nuevas formas de acoso y la importancia de la salud mental en la crianza. Porque lo más aterrador, en este caso, no fue el anonimato: fue descubrir que el peligro venía desde adentro del hogar