A cuatro días de que Los Fabulosos Cadillacs (LFC) regresen para tocar en la ciudad de La Plata, VIVE presenta la entrevista exclusiva con su bajista: Flavio Cianciarulo (1964).
El creador de “Matador” y “Manuel Santillán, el León” revela los momentos en que dio vida a estos dos éxitos, recuerda a su compadre, Ricardo Iorio y al manager marplatense que los impulsó en sus inicios, y habla de la importancia del Jiu-jitsu y del veganismo en su vida.
El concierto del grupo, anunciado para este sábado 13 de Septiembre, a partir de las 21hs en el Hipódromo local, forma parte de su «LFC Tour 2025. 40 aniversario», que este año ya los hizo girar por ciudades de España, Inglaterra, Alemania, Francia, Ecuador, Costa Rica y Colombia.
El suceso de shows de la banda argentina también se traslada y amplifica en, por ejemplo, la plataforma digital Spotify: los hits mencionados alcanzaban cerca de 279 millones y 115 millones de reproducciones, respectivamente, el día que se grabó esta entrevista (12 de agosto).
Y ante este dato exorbitante el músico expresó: “Es el delirio de la inmensidad digital, que desborda y excede, y son parámetros muy amplios de entender, porque hay cosas que se escuchan por millones y otras no tanto, como todo”, y agregó: “Gracias igual, que lo escuche tanta gente. Muy feliz.”

¿Recordas el momento en que creaste esos temas?
El León Santillán la compuse, letra y música, como suelo hacer la mayoría de mis temas que compongo las dos cosas. No es una cuestión egoísta, sino que simplemente un gusto personal de ser autor, compositor porque, bueno, me gusta proponerme e imponerme el desafío de hacer las dos cosas, bien, o al menos lo mejor que uno pueda. “Manuel Santillán, el León” la compuse en una quinta que habíamos alquilado, en la zona de Tortuguitas, provincia de Buenos Aires.
Estábamos en baja nosotros en cuanto a popularidad; habíamos estado de moda y las modas sabemos que te ponen y te echan, entonces, había que pasar ese cimbronazo, ¡o no!, o muchos no lo pasan, esos famosos 15 minutos de suceso, de éxito, de moda, ya la palabra es jodida, ¿viste?
Aunque la convocatoria en los recitales de LFC de comienzos de la década de 1990 era exigua, la situación no mermó la energía del grupo, y así lo recuerda Sr. Flavio: “De la sala de ensayo hacia adentro nosotros estábamos muy bien juntos y muy unidos.
Creo que era lo que nos mantuvo, en esos momentos, porque justamente el estar tan bien, era como si nosotros solamente confiábamos en nosotros mismos y nada más, ya nadie mucho confiaba en nosotros (rie), o al menos, menos gente lo hacía. Lo cual eso también sabemos que provoca una fuerza inversa, ¿nocierto? O te destruye o te fortalece, bueno, en nuestro caso nos fortaleció.”. Y retoma el relato desde lo estilístico musical.
Yo me acuerdo que habíamos empezado a abrirnos de ser una banda con tanto amor y cariño al ska y ciertas cosas satelitales, y a investigar, antes del León Santillán, en ritmos latinos, con mucha simpleza, con la forma que nosotros lo hacíamos. No hacíamos salsa, los incorporábamos a nuestro universo rockero, desde donde nosotros veíamos el rock, que no era el rock tan ortodoxo.
Estábamos diseñando, sin darnos cuenta y medio intuitivamente y con algunos destellos de punkitud, un ritmo latino de rock. Y estábamos encerrados en esta quinta, con mucho sacrificio pusimos unos pesitos cada uno, alquilamos la quinta que tenía una canchita de fútbol donde por lo general el ritual del día era el fútbol y después se ensayaba. Estábamos ensayando El León, el disco, que no tenía nombre.
Yo me quedé a vivir en la quinta, durante ese tiempo, y los que se iban a sus casas para dormir regresaban al otro día al mediodía y, posterior al almuerzo, arrancábamos los ensayos o preproducciones propias para El León.
En ese contexto un día, antes de que lleguen los chicos, me debo haber despertado diez de la mañana, nueve, y me voy hacia un solcito agradable al costadito del arco, con una birome, un papel y una guitarra criolla y ahí compuse “Manuel Santillán, el León”, letra y música. El concepto de la canción es lo que después se escuchó.
Yo quería imprimirle a la canción, sobre una base de reggae ska muy Cadillac, una melodía muy salsera (la canta), ubicada en una base que no era salsa. Eso fue El León.
Meses después, cuando nos vamos a grabar a Los Ángeles – que lo hicimos con un sacrificio enorme, había que comer una vez al día, estábamos durmiendo todos en living, pero bueno, estábamos grabando en Los Ángeles-, un percusionista que viene para hacerle back up también, a nuestro querido percusionista “el Toto” (Gerardo Rotblat, fallecido en 2008).
Un gran percusionista, un sesionista, que tocaba en ese momento con Madonna, Prince, así, en ese level de percusionista, sesionista muy top… Luis Conte, un cubano americano, se hace amigo por una cuestión de empatía percusiva y de colega, con “el Toto”, increíblemente rápido.
Y Luis Conte le dice: «Qué bueno este tema, qué loco, porque es como una melodía de salsa puesta sobre, montada sobre un reggae.». Bueno, era lo que yo había me había planteado como herramienta, como alquimista, que el compositor autor es un alquimista, me había decidido a poner eso, a veces te sale, a veces no, las fórmulas te extravían y no lo lográs. Bueno, logrado el concepto, en una letra muy porteña.
¿Y de “Matador” recordas el contexto?
Perfectamente, si cierro los ojos lo visualizo como si fuera hoy. Todos los temas que me estás preguntando recordemos que pertenecen y responden a una época de la vida predigital, o sea, no había esto (señala el celular) que estamos hablando ahora, que yo estoy con mi teléfono hablando contigo, tú estarás con la computadora, bueno, no había nada.
Micro (de gira), era una época ya en la que estábamos girando muchísimo con los Cadillacs por el interior del país, una época muy linda, donde no solo nosotros, muchas bandas, grandes, medianas e inclusive chicas, podían tomar lo que hoy en día es casi lamentablemente imposible, porque los costos no dan, podían tomarse los famosos micros de gira, que estaban divididos en secciones: eran una parte asientos, tal vez alguna parte camas y el resto era carga.
¿Por qué? Había que cargar todo, porque en esas épocas no había lo que hoy en día existen en cada bar que llegas, sea chico, mediano o grande, lo que llama el backline (Sr. Flavio explica este término acá)
Creo que estábamos yendo hacia la querida provincia de Santa Fe y yo estaba mirando, estaba sentado junto a una de las ventanillas mirando el llano rural, con sus vaquitas y con todo su paisaje y una melodía empezaba a dar vueltas sobre mi mente que era “Matador”, una melodía que se… y también le empiezo a meter un contexto dentro, en la cabeza, ¿no?, porque creo que ni papel y lápiz tenía.
Suena, suena la melodía, suena la melodía, llegamos a la ciudad, a esta ciudad de Santa Fe, me acuerdo que entro al hotel y en el hotel en esas épocas, hoy en día tal vez todavía hay, había unos papeles en blanco con unos sobres para que escribas cartas, y una birome, lo primero que hice fue empezar a escribir la letra con nada, no tenía ni siquiera una criolla, como había compuesto “Manuel Santillán, el León”, y en mi cabeza sonando la orquestación básica de la canción, y enseguida, la letra, así escribí “Matador”.

Después de tocar el 13 de septiembre en el Hipódromo de La Plata, la ruta aérea llevará a LFC a Uruguay, Estados Unidos, Puerto Rico, Chile, México y, los días 13 (entradas agotadas) y 14 de diciembre, su tren musical los depositará en el estadio Ferro de la ciudad de Buenos Aires para cerrar el año en casa. Ante la necesidad de verlos en vivo en tantas latitudes americanas, Sr. Flavio demuestra gratitud: “No tengo más que agradecer a la Providencia y al público por permitirnos estar allí presentes.”, afirma.
“Es una bendición de la existencia y de la vida poder estar acá, aún en estas épocas, tocando”, expresa el artista marplatense, quien agrega “que la música, lamentablemente, es muy difícil para muchos, entonces puede tocar de la mejor manera, puede ser un gran músico, pero simplemente la gente mira para otro lado y mira para otro lado, a todos nos pasa en algún momento, y es así.
Obviamente debe ser en función a muchos factores, hacer canciones que le gusta a la gente, no sé, llámalo como quieras, tocar bien o más o menos bien, o lo que sea, pero la verdad que es bellamente loco que con 40 años de banda, no nos hayamos convertido todavía, que en realidad sí lo somos, pero no: cuando tenes muchos años tocando, te convertís inevitablemente en una pieza de museo, como en una leyenda.”, y se explaya:
Cuando una banda que perdura, si logra trascender, por lo menos estar juntos, se convierte inevitablemente en una pieza de museo. ¿Qué quiere decir eso?, que la gente quiere ver el que vos eras antes y los temas que hacías antes.
- No, pero ahora vamos a hacer un disco, ópera rock.
- Sí, bueno, está bien, háganlo caprichosos, pero no me importa, yo quiero que vos toques “Matador”, “Mal bicho”, “Gitana”, etcétera.
Bueno, pero sí soy caprichoso y quiero hacer un disco, quiero hacer una Opera Rock, porque todavía tenemos tela para cortar y la vamos a seguir haciendo; lo hicimos, con La salvación de Solo y Juan (2016) y lo vamos a seguir haciendo, vamos a seguir grabando.
¿Sabías que Flavio colabora con el comedero marplatense Los chicos del fondo? El artista lo explica en la entrevista completa que subimos al YouTube de VIVE (click acá para verlo)
¿Y cómo vive en cuerpo y mente los conciertos, a sus 61 años, el bajista de Los Fabulosos Cadillacs? Porque en abril de 2024, Sr. Flavio fue operado tras sufrir un daño neurológico, a raíz de una lesión cervical degenerativa que le provocó una parálisis de la mano derecha, y no pudo tocar el bajo durante un tiempo. ¿Influye en su desempeño en los escenarios su práctica del Jiu-jitsu brasileño? Así responde el compositor:

El show de los Cadillacs yo siempre quiero y necesito que sea intenso, y mi show personal quiero que sea y necesito que sea, físico también y muscular, como podría ser un ejemplo en otro orden de rock, un Pete Townshend de los Who: es físico su show también. El show de Keith Moon, de la batería de los Who, soy muy fanático de los Who, era físico también. No es que exijo que todos mis compañeros se muevan físicamente, pero a mí me gusta, me hace bien y me preparo para ello porque me agrada y me place.

El Jiu-jitsu es una forma de vida que he adquirido. Yo había hecho ya artes marciales en los 90s, full contact, kick boxing, siempre me gustaron las artes marciales, siempre me gustó el deporte, ir al gimnasio a hacer fierros, siempre me gustó la vida sana, y nunca me gustó y le escapé a la vida insana.
Tengo la forma de ver la vida – completamente libre en cuanto al otro, a la otra persona, que cada uno haga lo que quiera, como decía (Aleister) Crowley: haz lo que quieras ser y haz lo que quieras hacer. Eso desde ya. Pero a mí me gusta la vida sana y creo que estoy cosechando y la estoy disfrutando con mis 61 más que nunca.
El Jiu-jitsu es una forma de vida que adquirí a los 56, y es un poquito como pasa con el surfing, también, vos podés probar: o te toma o te saca por completo. El Jiu-jitsu es para todos, pero no todos son para el Jiu-jitsu. Hay gente que queda completamente pegada y enviciada, a mí me pasó eso.
Y el Jiu-jitsu tiene algo muy especial, muy pragmáticamente filosófico también, fácil de aplicar a la vida. Bueno, hoy estoy hablando con vos y hace unas horas atrás tuve mi primera clase de la semana de Jiu-jitsu, suelo ir tres o cuatro veces a la semana.
Doy clases también, ayudo a mi profesor y me dan un cierto número de alumnos, de los cuales me hago cargo y me gusta muchísimo. Algo que nunca pude hacer con el bajo, que es dar clases, porque nunca entendí cómo hacerlo y nunca tuve la pedagogía pertinente para dar clase de bajo, de repente, increíblemente la descubro en el Jiu-jitsu y amo dar clases y me gusta dar clases, y voy a terminar o voy a seguir dando clases en la medida que las giras me dejen, dando,
¿Sabes quién es otro Jiu-jitsero?: Dave Mustaine, de Megadeth. Es también un fanático, se lleva su profesor de giras y practican en los camarines.
¿Y cómo incide en tu vida y tu trabajo el veganismo?
Obviamente fui muchos años vegetariano, muchísimos. Debo tener como veinte o más como vegetariano; en los últimos años pegué una vuelta más de clavija y me convertí al veganismo. Empecé siendo vegetariano como una curiosidad, y como una dieta, porque por lo general el vegetarianismo se encara como dieta, algunas personas no son tan estrictas, disminuyen la carne, pero de vez en cuando comen, bueno, yo dije: «No, voy a ser vegetariano.»
Y la respuesta y lo que recibí fue inmediatamente bueno, como supongo que le pasa a la gente que deja de fumar tabaco y dice, «Opa, bueno, me costó mucho sacrificio, pero a los dos, tres meses, qué bien me siento, corro dos cuadras.», por suerte eso no me pasó porque fumé tabaco poco y nada y nunca me interesó.
Pero el vegetarianismo, hace 22 años atrás, enseguida mi cuerpo lo sintió. Era muy gracioso porque 22 años atrás, de gira con los Cadillacs, en el interior lo primero que te homenajeaban, y lo siguen haciendo, es con un asado, y el manager ya sabía que a mí me tenían que llevar una tarta de verduras, mínimamente.
Me han llegado a preguntar si estaba enfermo, el señor que repartía los pedazos de vacío, sangrantes y humeantes me decía, y yo le decía: «No, gracias, no gracias.» Y después me veía con una tarta, ¿viste? Empezar como vegetariano es como una curiosidad, donde evitas las carnes y empezas a comer como vegetariano; como te dije que la respuesta fue inmediatamente buena, rápida, que es lo que le suele pasar a la gente que ingiere menos carne o directamente abandona.
Y después vinieron los años donde torcí al veganismo y ahí ya fue una cosa más de principios, y un principio ético, que me lo impuse para mí.
A mí no me gusta el vegano que anda queriendo modificar al mundo, yo modifico mi propio mundo, vos hacé lo que quieras. Si me querés preguntar, yo te cuento, pero no ando evangelizando y tratando de modificar el pensamiento, porque aparte se crean unos debates horribles, que se prestan a la payasada, que no me gusta el lugar ni que ocupan los veganos ni el lugar que ocupan los otros, no me presto, es un debate que lo dejo de lado, si veo que eso se debate, no me interesa.
Yo soy vegano. ¿Qué es el veganismo? Según yo lo entiendo es un principio ético donde te propones el no maltrato animal, por eso del vegetarianismo salto al veganismo, porque en el vegetarianismo yo ingería tarta con huevo, queso, bueno, cuando empiezo a ver el dolor que tiene una vaca cuando es separada de su ternero, cómo lo llama, cómo llora, y ni hablar, de ahí para arriba todas las torturas que les infligen a los animales, yo ahí decido hacerme vegano.
Me cuesta mucho, a veces como mal, tengo que tomar (vitamina) B12 todo el tiempo, pero también la respuesta es buena y la respuesta del físico es buena. Soy un vegano vago, el vegano por lo general es de cocinarse.
Yo soy un vegano CHatarra (señala al cronista), porque me gusta la porquería vegana. O sea, yo me puedo comprar, por ejemplo, hoy, un paquete de galletitas Oreo y vos decís: «Sí, pero eso es una porquería.» Sí, bueno, pero vos si lees está hecha con lecitina de soja, o sea, no tiene producto animal.
Entonces, es chatarra, pero es vegano. Obviamente no se puede vivir solamente de ensaladas y ensaladas y ensaladas, y me gustan, no sé, por Palermo hay unos lugares para los gordi vegan como yo (sonríe), hay lugares de hamburguesas que son terriblemente malas para el cuerpo, obviamente también, pero ¿qué pasa?, no han tocado ningún animal para hacerlo, bueno, ese es el fin de por lo que yo me propongo ser vegano. El no maltrato animal.
Dale click acá para conocer los padecimientos mentales que Flavio sufrió en su infancia, y enterarte de la influencia del straight edge del punk en su vida.

Contame de la importancia del “Ruso” Azlor en tu vida.
“El ruso” fue alguien que nos vio en verano del ‘84 en la ciudad de Mar del Plata, nosotros no teníamos dónde tocar porque decíamos que éramos seis -los Cadillacs originales en ese momento éramos seis-, y en Mar del Plata en esa época se tocaba algo muy, muy acústico. Eran, a lo sumo dos personas, un formato Sui Generis y más no había, o sea: unos micrófonos, con suerte y listo. Decían:
- ¿Cuántos son?
- Seis.
- ¿Qué hacen?
- Ska.
- ¿Qué es el ska?
- Bueno, no importa, hacemos música ska.
“El Ruso” tenía un bar (Vía Fellini) frente al cementerio de la ciudad de Mar del Plata, en la calle Almafuerte, un bar muy pequeño y ahí fuimos a tomar un café porque, realmente era impensable tocar ahí (se ríe). Y nos dice:
- Pero, chicos, ¿qué están haciendo?
- No, que tenemos una banda y no conseguimos lugar para tocar.
- ¿Y por qué no tocan acá?
Y ahí empezó una relación con “el Ruso”, hermosa, enseguida, a la semana. Le encantó los Cadillacs cuando nos vio, como nos vestíamos, dijo: «Bueno, tengo un vecino que tiene un Cadillac, lo voy a hacer que lo traiga a la puerta del local y vamos a hacer la primera sesión de fotos.».
En seguida nos arregló una sesión de fotos y no contentos con eso: “La semana que viene, les conseguí un recital en una discoteca de la Avenida Constitución”, donde, justamente vivía mi viejo, ahí no más, a una cuadra, ¡qué loco!, de la casa de mi viejo en Mar del Plata, Constitución.
Bueno, ese fue “el Ruso”, fue nuestro primer manager que vio y se enamoró enseguida de la banda, y nosotros nos enamoramos de él, porque hacía un montón de cosas. Obviamente, después volvimos todos a Buenos Aires y la relación, digamos, siguió de amistad, pero bueno, él después voló hacia otro plano.
Era un surfista…, guardavidas, muy marplanauta, como se le dice al bohemio marplatense, marplanauta, un bohemio hermoso, hermoso, que se lo extraña.
Sobre su compadre, Ricardo Iorio.

Cuando el cantante Ricardo Iorio falleció (24 de octubre de 2023), Flavio se guardó a silencio, por respeto “a los que estuvieron toda su vida con él, con mucho respeto a los músicos que compartieron mucho tiempo con él, inclusive muchos más años que yo”, aclara. Y cuenta que “lo nuestro tal vez fue de las últimas épocas, pero fue muy intenso.
Sin darnos cuenta, creamos o terminamos juntos en una relación muy intensa, inclusive de Anita Mourin de Iorio, que en paz descanse, también, su señora, y la mamá de Daiana (y de Sofía); una hermosa mujer en todo sentido, que había escrito un libro que lo tuve y vos sabes que me desespero buscándolo y no lo encuentro: V8, un sentimiento. Ese libro lo escribió Ana Mourin de Iorio, y era alguien muy mágico y muy especial.”, se extiende el bajista cadillac.
Yo me guardé a silencio, justamente vi que los que más lo conocíamos fuimos los que menos hablamos, ¿sabes? (sonríe). Todo el mundo hablaba de Ricardo y vos fíjate que, nunca en esos tiempos escuché, ni a mí, ni a los Hermética, ni a los Almafuerte, en ese momento, como que todos guardamos un respetuoso silencio, la gente que lo conocíamos más y la gente que lo conocíamos de verdad.
Mira, una anécdota graciosa, para ponerle un tono de humor a esto, ¿no? Cuando decidimos hacer el Iorio Flavio (el álbum Peso argento, 1997), yo un día voy a Distribuidora Belgrano (Norte), este local donde se hacen muchísimos discos, estoy en la sala de espera y uno de los que estaban sentados, había como cuatro o cinco personas también, dice, «Ah, ¿vos sos Flavio, no? El amigo de Iorio.», y salta uno de atrás, dice, «Sí, el único que le queda.».
Era un momento de Ricardo muy difícil, o sea, es gracioso, pero es tragicómico también porque era un momento muy difícil, Ricardo se había separado de sus compañeros de toda la vida y estaba batallando y luchando, creando Almafuerte, que después fue lo que fue y pasa lo que pasa, pero, nadie se acuerda de lo difícil que fue para él, eso.
En este contexto, apenas pasa todo eso, yo entro como productor del segundo disco de Almafuerte, que tuve el inmenso honor y la dicha de ser productor artístico de Del entorno; primero fue Mundo Guanaco y después fue Del entorno. En ese tiempo a mí se me ocurre la loca idea, la disparatada idea, ¡Che!, ¿y si hacemos un disco juntos?

Pero no se lo dije a él, porque me daba pudor y me daba vergüenza, se lo dije a nuestro queridísimo amigo y grabador de discos y leyenda Alvarito Villagra. “Che, Álvaro, ¿si hago un disco con Ricardo?”, “Bueno, si querés le pregunto”, me dice Álvaro. Así que Ricardo… tuvimos una relación muy intensa de compañerismo y amistad, muy mágica, que se plasmó, creo, en ese disco mágico que es el Iorio Flavio 1.
Y lo extraño enormemente, sé que algún día me voy a encontrar con él, no sé dónde ni cuándo, pero vos fíjate una cosa, cuando él se fue, yo había hablado unos meses antes con Álvaro, habríamos hablado como para julio con Álvaro y dijimos: “Bueno, basta, voy a ir a ver a Ricardo, desde Chapadmalal. Álvaro: te paso a buscar por Lujan”, que es donde tiene el estudio de grabación. “Te paso a buscar por Luján y de ahí nos vamos a verlo al “loco”, como le decíamos, a mi compadre Ricardo.
¿Por qué le digo compadre?, porque él me decía compadre. Porque fuimos compadres. Porque cuando yo me casé con mi esposa por ley, porque ya estábamos juntos y casados ante la luna y ante el mar y ante la vida, pero cuando requerimos, como ella era mexicana, requeríamos de formalizar esta burocracia del papeleo, nos casamos en el municipio de Tigre, donde yo vivía en aquellas épocas, entonces dijeron: «Bueno, pero necesita dos testigos, y padrinos de la boda”.
Imagínate, mi vieja vivía en aquella época y se ofendió, me dice: – «Eh, loco, te casaste y no me invitaste.» – “No, mamá”, para mí fue como hacer un documento único. Yo ya estaba casado con la jefa (Jenny) de cuerpo y alma, y Ricardo y Anita Mourin de Iorio fueron mis padrinos de boda, por eso eran y siguen siendo y lo serán mis compadres.
Sintonicen los parlantes: el León del Ritmo llamando.

De cara al recital que Los Fabulosos Cadillacs ofrecerán en el Hipódromo de La Plata este sábado 13 de septiembre, a las 21hs, el creador de “Matador” afirma que tiene buenos recuerdos tocando en esta “ciudad con tanta juventud y cultura de rock, donde han salido bandas tan emblemáticas y tan increíbles.”.
Y asegura que “siempre es lindo estar ahí y poder tocar en una ciudad de un acervo rockero cultural tan intenso”. Y para el cierre de esta entrevista, arenga a los lectores de VIVE que vayan a verlo con el grupo:
Muy bien, 13 de septiembre, platenses queridos, El León del Ritmo llamando: El león del Ritmo tiene el honor de poder volver a tocar en La Plata, una vez más, y que sean muchas más, pero estamos muy felices de poder ir a tocar. Así que: platenses, sintonicen los parlantes, El León del Ritmo llamando.
Muchísimas gracias, Flavio.
Bueno, el agradecido, permitirme ser yo, CHatarra querido, porque siempre que hagamos una nota va a ser… las buenas entrevistas terminan siendo, para los que somos entrevistados, una hermosísima charla. Esta es una de ellas y siempre, yo sé que con vos, así va a ser, así que te agradezco muchísimo por el espacio.
Por info de la gira de LFC: https://fabulososcadillacs.com | Instagram LFC: https://www.instagram.com/lfcoficial/ | Instagram Sr Flavio: https://www.instagram.com/srflaviooficial/
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Producción, entrevista y redacción: Fernando CHatarra Fauszleger | IG: @soyfernandoabel | Imágenes: Ignacio Arnedo / Focco Produ y Agustín Dusserre (gentileza PopArt), y gentileza Sr. Flavio, LFC Rarezas, Argentina Indymedia (Iorio y Flavio) y Radio Gráfica. Agradecimiento: Mariela Custodio (Siberia).
Excelente nota!
Muchas gracias, Trostrigo, saludos transcordilleranos.