Carolina Pereyra, mamá de Harold Sánchez Pereyra, un niño tandilense de 4 años, reclama a la obra social IOMA la cobertura total de un casco protector especial, necesario para resguardar la salud de su hijo tras una reciente intervención quirúrgica.
El pequeño atraviesa un complejo cuadro médico a raíz de una fractura de cráneo grave. «Hace un mes lo volvieron a operar y le sacaron la prótesis porque se partió y además su cabeza creció. Los médicos me sugirieron que, en este tiempo que está sin protección, le consiguiera un casco especial que se fabrica en la empresa Plagiocefalia», explicó la madre.
Según relató, el trámite se inició con rapidez debido a la urgencia del caso, ya que la falta de protección expone al niño a un riesgo vital ante cualquier golpe. Sin embargo, el 8 de septiembre IOMA le informó que «si bien el trámite está auditado, ellos son los encargados de elegir la ortopedia que se adapte a su presupuesto».
«Mi pregunta es: ¿a quién tengo que recurrir para que le pague a la empresa? El casco está hecho, ya me lo van a mandar, pero IOMA dice que ellos eligen la ortopedia», manifestó Pereyra.
En ese sentido, cuestionó el accionar de la obra social: «Los afiliados no elegimos cuánto pagar por nuestra salud y, sin embargo, recibimos un servicio de cuarta. Esto no queda así. Mi hijo va a tener su casco protector como sea, y la obra social debe pagar el presupuesto presentado por la empresa».
Por el momento, Harold se encuentra «física y neurológicamente bien», aunque sin la protección necesaria. Los médicos le explicaron a la familia que en unos meses podrán colocarle una nueva plaqueta, pero hasta entonces el niño debe utilizar el casco confeccionado por la firma mencionada.
