“En América Latina, tanto Bitcoin como las stablecoins ya no son sólo cripto, se han convertido en canales de dólares, herramientas de tesorería y una nueva clase de inversión”, compartió Juliana Walenkamp, Responsable de Alianzas Institucionales en Wormhole Foundation, en conversación con Cointelegraph en Español.
Según Walenkamp, si miramos de cerca a Argentina y Brasil: en Argentina, las stablecoins se utilizan de facto como resguardo frente a la inflación y como vía para el capital de trabajo, mientras que en Brasil, ya representan la mayoría de la actividad cripto y están cada vez más integradas con Pix.
Walenkamp subrayó que las stablecoins resuelven problemas regionales concretos relacionados con tipo de cambio, inflación y fricciones de liquidación. Con la mejora de los canales de pago y reglas más claras, las instituciones ahora tienen la confianza para escalar de pilotos a producción.
“Esto no es comportamiento especulativo, es utilidad echando raíz. Desde la perspectiva de Wormhole, este es precisamente el primer paso hacia una adopción más amplia en cadena dentro de las economías regionales”, aseguró.
La interoperabilidad como clave para una adopción masiva
Según Walenkamp, una vez que existan canales de dólares estables y líquidos, la siguiente ola es obvia: depósitos tokenizados y fondos del mercado monetario, activos de financiamiento comercial y flujos de tesorería programables moviéndose entre cadenas y perímetros bancarios.
“Las instituciones exigirán una infraestructura agnóstica a la cadena, con mensajería gobernada, pruebas de estado y portabilidad de activos, donde puedan realizar lanzamientos en un sólo lugar y alcanzar usuarios y liquidez en todas partes sin reconstruir por cadena”, explicó.
En todo esto, según Walenkamp, el stack de interoperabilidad de Wormhole, con mensajería cross-chain y portabilidad de tokens como NTT, es directamente útil; permite a los emisores de tokens y proveedores de infraestructura mantener su cumplimiento, permisos e integridad de datos, mientras operan multichain desde el primer día.
“La interoperabilidad es la base que permite a las stablecoins trascender las limitaciones de una sola cadena y cumplir su promesa de transferencia de valor sin fricciones”, defendió.
Esto es particularmente importante en una región como América Latina, donde las stablecoins ya se usan como coberturas de inflación, canales de remesas y herramientas de tesorería. La capacidad de moverse de manera fluida entre diferentes redes garantiza que usuarios e instituciones no enfrenten fragmentación de liquidez ni retrasos en la liquidación.
La ejecutiva señaló que al conectar piscinas de liquidez y canales de pago a través de múltiples cadenas, la interoperabilidad hace que las stablecoins sean más fiables, accesibles y efectivas tanto para adopción minorista como institucional. La interoperabilidad transforma a las stablecoins de dólares digitales aislados en un instrumento financiero programable que puede interactuar con RWA (activos del mundo real), tesorerías tokenizadas y pagos transfronterizos a gran escala.
“Para América Latina, esto es transformador: significa que las stablecoins pueden evolucionar de ser una cobertura táctica contra la inflación a convertirse en la columna vertebral de la infraestructura financiera regional”, afirmó Walenkamp.
¿Qué necesitan las stablecoins regionales para escalar?
Según expresó la Responsable de Alianzas Institucionales en Wormhole Foundation, la incertidumbre regulatoria, los canales bancarios inconsistentes y la concentración de liquidez en stablecoins globales como USDT y USDC hacen más difícil que los emisores locales logren escalar.
“Los usuarios e instituciones tienden hacia los activos más líquidos y aceptados, y sin la capacidad de moverse fácilmente entre redes y plataformas, las stablecoins locales tienen dificultades para competir”, agregó.
La interoperabilidad aborda esto directamente, permitiendo que las stablecoins latinoamericanas sean instantáneamente utilizables en múltiples cadenas, exchanges y aplicaciones: “En lugar de estar aisladas, podrían integrarse en piscinas de liquidez globales, protocolos DeFi y carriles de pago sin sacrificar el cumplimiento ni el control”.
De acuerdo a Walenkamp, para los usuarios, esto significa que pueden enviar, comerciar y liquidar con stablecoins regionales tan fácilmente como con las globales. Para emisores e instituciones, significa acceder a un mercado mucho más amplio y posicionar las stablecoins regionales como alternativas creíbles que sirven tanto a necesidades locales como a casos de uso internacionales.
La columna vertebral de las finanzas del futuro
Walenkamp defendió que la descentralización en la red de Wormhole es la que respalda su confianza institucional; el diseño de su Guardian Network minimiza puntos únicos de falla, evitando que la seguridad dependa de un sólo operador o validador y apoyándose en un conjunto diversificado de participantes independientes a nivel empresarial.
“La Guardian Network es una red de 19 proveedores de infraestructura y operaciones de staking. Cada guardián observa de manera independiente los eventos en las cadenas conectadas, firma transacciones verificadas y alcanza consenso colectivamente antes de que los mensajes puedan ser transmitidos cross-chain (se requiere consenso de 13 sobre 19)”, detalló.
Para las transferencias de tokens, Wormhole usa un mecanismo de burn-and-mint para preservar la fungibilidad y liquidez entre cadenas, según reveló la ejecutiva. En lugar de envolver activos múltiples veces y fragmentar la oferta, Wormhole quema los tokens originales en la cadena de origen y acuña una cantidad equivalente en la cadena de destino.
Así, el sistema garantiza que la oferta circulante siempre coincida con la subyacente, eliminando la dilución de liquidez y la confusión que generan los tokens envueltos o sintéticos. El resultado es una economía de tokens más eficiente y unificada, donde los activos mantienen toda su utilidad y no quedan atrapados en silos aislados.
“La Guardian Network y el mecanismo burn-and-mint aseguran que los activos cross-chain sean seguros y fungibles, lo cual es crítico para stablecoins y RWAs”, declaró.
Según Walenkamp, las instituciones ya no pueden pensar en silos. La infraestructura de Wormhole está diseñada para convertir la diversidad de las distintas redes en una ventaja, permitiendo a las empresas operar sin problemas en todos los ecosistemas. De esta forma, las instituciones no sólo evitan dependencias de proveedores o cadenas, sino que se posicionan para prosperar a medida que emergen nuevos estándares, regulaciones y tecnologías.
“A medida que el sistema financiero evoluciona, queda cada vez más claro que el futuro estará respaldado por blockchain, no por una sola cadena, sino por una realidad multichain donde diferentes redes se especializan en pagos, cumplimiento, DeFi o liquidación final”, añadió y concluyó:
En un mundo donde la columna vertebral de las finanzas será multichain, la interoperabilidad se convierte en la capa estratégica que garantiza resiliencia, flexibilidad y competitividad a largo plazo
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