Entre el 1° de enero y el 30 de septiembre de 2025, se registraron 167 femicidios y vinculados, un lesbicidio, un transfemicidio y 12 femicidios vinculados de varones, según el Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano”.
Un nuevo informe del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, que depende de La Casa del Encuentro, revela que entre enero y septiembre de 2025 se produjeron 181 víctimas de violencia de género. Entre ellas, 167 femicidios y vinculados de mujeres y niñas, un lesbicidio, un transfemicidio y 12 femicidios vinculados de varones adultos y niños.
Los datos muestran que 166 hijos e hijas quedaron sin madre, de los cuales el 52% son menores de edad. En el 59% de los casos, los agresores eran parejas o exparejas. Tal como lo demuestran los informes anteriores, el lugar más inseguro para una mujer sigue siendo su propio hogar o la vivienda compartida con el agresor, ya que el 63% de los femicidios se produjo allí.
Si bien los femicidios ocurrieron en todo el territorio nacional, Buenos Aires es la provincia con más casos, seguida por Santa Fe, Córdoba y Chaco. Entre los hechos recientes, destacan el triple crimen de Florencio Varela ocurrido el 24 de septiembre, donde murieron Morena Verri, Brenda Loreley del Castillo y Lara Gutiérrez, de 20, 20 y 15 años respectivamente.
El informe subraya que la violencia de género se entrelaza con la violencia económica, la explotación sexual, las redes de trata y la narcocriminalidad. Las mujeres son sistemáticamente víctimas de crueldad extrema, con sus cuerpos convertidos en espacios de conflicto y objetos de venganza, reforzados por discursos de odio y la exposición mediática en redes, televisión y publicidad.
El Observatorio incorpora además la categoría de femicidios en contexto de narcocriminalidad, reconociendo que las redes narco utilizan a las mujeres como objetos para sus fines, hasta la muerte misma. Desde 2023 hasta la fecha, se registraron 70 mujeres asesinadas bajo este contexto, lo que evidencia la necesidad de abordar la violencia con perspectiva de género y de forma estructural, frente a un Estado que sigue fallando en políticas de prevención y protección.