De acuerdo con un informe difundido por el Grupo Atradius, uno de los aseguradores de crédito más grandes del mundo y accionista de InSur, el crecimiento económico en América Latina y el Caribe aumentará del 1,7% en 2024 al 2,1% en 2025, para luego moderarse al 1,8% en 2026. Las tres economías más grandes de la región, Argentina, Brasil y México, son las que en mayor medida condicionan la evolución de los países vecinos.
Los cambios en la política estadounidense están creando una presión externa significativa para la región, debido a que tanto América Latina como el Caribe están altamente expuestos a los cambios en las mismas por su proximidad geográfica e integración económica. Además de la falta de certeza que hoy enfrentan muchos países, las tasas de interés persistentemente altas en Estados Unidos, los precios más bajos del petróleo y la depreciación del dólar estadounidense, son foco de alerta para la zona.
Aun así, para Atradius los registros de política interna más sólidos aparecen como un respaldo para una resiliencia más amplia y apuntalada además por bancos centrales independientes, tipos de cambio flexibles y mayores reservas oficiales en la mayor parte de la región.
En este contexto, Argentina comienza a mostrar señales de recuperación tras la recesión, mientras que Brasil permanece afectado por las altas tasas de interés y la incertidumbre política, y México continúa condicionado por la preocupación de los inversionistas sobre la calidad judicial y los cambios en la política estadounidense bajo la presidencia de Trump.
Argentina seguirá recuperándose, aunque con limitaciones: “Se prevé que la economía argentina repunte en 2025 con un crecimiento del 4,2% tras dos años de contracción, impulsada por la inversión privada, especialmente en minería y energía, respaldada por las reformas proempresariales del presidente Milei, y una recuperación del consumo a medida que disminuye la inflación”, aclara el informe.
Por otro lado, “la desinflación se ve amenazada por los proyectos de ley con impacto fiscal aprobados por el Congreso, y por la caída del peso, lo que podría complicar las perspectivas del partido gobernante. Para avanzar con su agenda de reformas, respaldada por un programa del FMI, el Gobierno debe ganar terreno en el Congreso”. En este sentido, se destaca que “las elecciones intermedias de octubre serán cruciales para continuar con la agenda de reformas del presidente Milei”, sostiene el informe.
El reporte advierte que “la fuerte demanda interna y la eliminación de la mayoría de los controles cambiarios han provocado un aumento repentino de las importaciones, en particular en el turismo, superando las exportaciones y lastrando el crecimiento”. De cara al futuro, “en ausencia de una recuperación más amplia de la inversión y dada la continuación de las políticas fiscales restrictivas, prevemos que el crecimiento se modere al 2,1% en 2026”, completa.
“Más allá de la coyuntura, en InSur mantenemos una visión de confianza en el futuro del país dado su enorme potencial. La combinación de reformas estructurales, un sector privado que está a la expectativa, pero que busca recuperar su dinamismo, y el interés de los inversores que se está manifestando en los proyectos RIGI, sientan bases sólidas para un crecimiento sostenible. Nuestro compromiso es seguir acompañando a las empresas argentinas en sus proyectos, respaldando su desarrollo y contribuyendo a fortalecer la economía local”, agregó Juan Martín Devoto, Gerente General de InSur.