La cúspide del éxito de Charlie Sheen estuvo acompañada por momentos álgidos de excesos de alcohol, drogas y un sinfín de escándalos.
En ese círculo tóxico, fue internado sucesivas veces por sobredosis y crisis nerviosas e intentó varios tratamientos de rehabilitación.
Según sus testimonios en distintas entrevistas, en los primeros años de su carrera buscaba las sustancias para calmar su miedo a que el dinero y la fama desaparecieran. “Siempre estaba esa voz de duda, de que todo se iba a terminar, así que había que disfrutarlo lo más intensamente posible”, dijo en varias notas.
Ya con su carrera asentada y una repercusión extraordinaria de sus personajes, llegó su consumo sin límites de cocaína.

Al mismo tiempo, los escándalos sobre su vida personal fueron constantes. Entre estos actos repudiables figuran las denuncias por maltrato y agresiones a sus parejas y la convivencia con dos novias en simultáneo. A esto se suma el anuncio en televisión de ser portador de HIV. El punto repudiable fue que no lo había informado antes a sus ex parejas y relaciones de ese momento.
También mostró su faceta delirante con el desarrollo del controvertido concepto del ADN del mar.
Otra de las costumbres repetidas eran los insultos a productores y la resistencia ante cualquier crítica o límite.
A tal punto fueron las controversias que en 2011, en el comienzo de la novena temporada, fue echado. En la trama, se decidió que su personaje, Charlie Harper, muriera.
En paralelo a sus excesos, Two and a half men fue aumentando su furor. En total, tuvo 12 temporadas y abarcó 262 episodios, estrenados desde 2003 hasta el 19 de febrero de 2015.
El caché de Sheen estuvo acorde al éxito y lo catapultó como el actor mejor pagado de la televisión estadounidense hasta entonces.

Algunas estimaciones indican que Sheen llegó a percibir 1,25 millones de dólares por episodio y unos 600.000 dólares extra por derechos del sindicato de actores. Otras fuentes son más auspiciosas y dicen llegó a cobrar dos millones por capítulo.
De acuerdo a la información publicada por Forbes, en 2011, había alcanzado ganancias de 40 millones de dólares.
En esos años, además, amplió sus ingresos con la gira Torpedo of Truth, que sumó otros 7 millones en tarifas por presentaciones y ventas de merchandising. También cobró derechos residuales por Spin City.
Después de su personaje más famoso, tuvo un contrato con FX, Anger Management que, de acuerdo a The Hollywood Reporter, le implicó entre 75 y 200 millones de dólares si se cumplían ciertas condiciones de éxito comercial, aunque los ingresos exactos no se confirmaron públicamente.
Otra de sus vetas fueron los contenidos pautados para redes sociales. Según People, llegó a recibir entre 200 y 25.000 dólares por tuit y la posibilidad de facturar cerca de 1 millón al año si se mantenía activo.
El balance en su contra
Todos estos ingresos quedaron desbalanceados por sus gastos estrafalarios. En una entrevista en el programa Today Show, aseguró que pagó millones a personas que amenazaban con revelar su diagnóstico de VIH.
Otro de sus descalabros fueron los reclamos con el fisco de Estados Unidos, que suele ser implacable. Su deuda, según Forbes, llegó a los 7 millones de dólares. Accedió a una negociación y se estima que pagó 3,3 millones de dólares.

Al mismo tiempo, sus gustos también eran desorbitados. En su libro The Book of Sheen reconoció compras desmesuradas como un sombrero por 30.000 dólares.
Cómo está Charlie Sheen hoy
Sheen cumplió hace unos días 60 años y desde hace siete está libre de drogas y alcohol.
Ahora, volvió a estar en el centro de la escena con el documental Nombre artístico: Charlie Sheen, disponible en Netflix, donde narra su caótica y controvertida vida.