En el universo de las series que buscan captar al público en pocos episodios, El silencio se transformó en una de las grandes sorpresas del catálogo de Netflix. Este thriller español, con tan solo seis capítulos, se instaló rápidamente entre las producciones más vistas por la fuerza de su relato y por el modo en que administra la tensión de principio a fin.
El relato se centra en Sergio Ciscar, interpretado por Arón Piper, un joven que a los 16 años asesinó a sus padres y pasó seis años recluido en silencio absoluto. Tras su liberación, lejos de recuperar una vida normal, se convierte en el foco de una investigación liderada por la psiquiatra forense Ana Dussel (Almudena Amor), que intenta descifrar si su mutismo oculta un peligro latente. La premisa se vuelve cada vez más inquietante: ¿qué hay detrás de esa ausencia de palabras? ¿culpa, manipulación o un plan todavía más oscuro?

La historia, creada por Aitor Gabilondo, combina un clima opresivo con un juego psicológico donde nada es lo que parece. El mismo guionista ya había sorprendido con Patria, una serie que exploró el impacto de la violencia de ETA en dos familias vascas y que fue nominada a un Emmy Internacional. Con El silencio retoma su interés en las heridas íntimas y en los dilemas morales, ahora a través del género del suspenso.
Cada episodio, de aproximadamente 45 minutos, profundiza en la tensión entre los personajes y multiplica las teorías posibles. Los vínculos frágiles, las apariencias engañosas y los silencios cargados de significado convierten la experiencia en un recorrido incómodo pero irresistible.
Tal como señaló la prensa española, la ficción consigue “meter al espectador dentro de la mente de su protagonista y hacer que dude de cada gesto que observa”, en referencia a la labor de Piper, quien se luce en un papel distante y perturbador.

El elenco se completa con Cristina Kovani (La caza: Monteperdido), Manu Ríos (Élite), Aitor Luna, Aria Bedmar y Mikel Losada, todos figuras que sostienen con solidez la trama coral. Almudena Amor, por su parte, aporta la mirada clínica que poco a poco se quiebra, revelando que la obsesión puede ser tan peligrosa como aquello que se intenta controlar.
Con un formato breve y un final que invita a la discusión, El silencio es una propuesta ideal para quienes buscan intensidad en poco tiempo. Una miniserie oscura, adictiva y psicológicamente desafiante que ya se convirtió en una de las recomendaciones obligadas dentro del catálogo de Netflix.