Incluso en porciones menores se obtiene magnesio, potasio, fibra y vitamina E, nutrientes vinculados a la salud del corazón; también contribuye al crecimiento muscular.

Foto: Goodfon.
Redacción El País
Estudios indican que consumir almendras puede mejorar la salud intestinal y prevenir enfermedades cardiovasculares. Este fruto seco concentra fibra, proteínas y grasas saludables, convirtiéndose en un alimento clave para sumar a la dieta diaria.
La nutricionista Emily Leeming explica que las almendras son fuente de fibra prebiótica, un nutriente fundamental para estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas en la microbiota. Además, su aporte de vitamina E —un antioxidante poderoso— ofrece protección frente al estrés oxidativo y favorece la absorción de nutrientes, ayudando al buen funcionamiento del sistema digestivo.
Respecto al mejor momento para consumirlas, puede adaptarse a cada persona: en el desayuno, como tentempié, después del ejercicio o incluso en pequeñas cantidades antes de dormir.

Además, según la especialista Emily Holt, las almendras contribuyen a mantener estables los niveles de glucosa en sangre gracias a su composición en grasas monoinsaturadas, fibra y proteínas. Esto ayuda a reducir el colesterol LDL (“malo”) y elevar el HDL (“bueno”). Otros beneficios son:
- Cuidado cardiovascular: incluso con porciones menores, como dos almendras al día, se obtiene magnesio, potasio, fibra y vitamina E, nutrientes vinculados a la salud del corazón.
- Huesos más fuertes: su aporte de calcio, fósforo y magnesio favorece la estructura ósea.
- Control de azúcar en sangre: su combinación de fibra y grasas saludables ayuda a prevenir la diabetes tipo 2.
- Fortalecimiento muscular: 50 gramos de almendras aportan 12 gramos de proteína, ideal para la recuperación y el desarrollo de los músculos.
Este pequeño fruto seco es mucho más que un snack: es un aliado natural para el sistema digestivo, el corazón, los huesos y los músculos.
En base a información de El Tiempo/GDA
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